Extrañas coincidencias (Harry Styles) Terminada/Editando.

Capítulo 53: Harry.x

En el camino a mi casa en el coche con Harry ninguno de los dos habla. Yo le miro mientras él conduce, y cada vez que tiene la ocasión por haber parado en un semáforo, Harry se gira y me besa.

Cuando me doy cuenta ya hemos llegado a mi casa, mi casa por poco tiempo más. Bajamos del coche y nos quedamos junto a él. Harry me lleva a sus brazos de un impulso. Parece que él si ha estado reservando fuerzas para estrujarme contra él. Mis brazos ya no pueden más, estoy debilitada, pero necesito sentirlo una vez más. Intento no llorar y de momento lo consigo.

- Tranquila nena, esto no acaba aquí.

- Te quiero Harry, por favor, no te olvides de eso nunca. Por favor prométemelo. - Insisto una vez más.

- Te lo prometo.

- No sé si es suficiente decirte que te voy a echar de menos, me parece poco para lo que te voy a extrañar.

- No me digas eso.

- Harry no te voy a olvidar nunca, pero perdóname. – ...por mentirte. Termina de decir mi subconsciente.

- ¿Por qué?

- Tu sólo hazlo, y ya está. No me preguntes nada.

- Te quiero Adelia.

Las lágrimas corren por mis mejillas como si de afluentes se trataran. Mi cuerpo tiembla y me pesa todo. Sorbo mi nariz una y otra vez. Estoy echa un asco. Mi cabeza no da para más, ya no sé cómo me siento, bueno en realidad, me siento como una mierda.

Recuerdo la carta que escribí a Harry cuando compré los billetes. La metí en mi mochila antes de salir de casa para dársela ahora. Me separo lo suficiente de él para sacarla, mientras observa todos mis pasos y temblorosa se la entrego.

- Ábrela mañana. Ni antes ni después. Mañana por la mañana.

- ¿Es una carta de amor? – Dice con una pequeña risa, consigue sacar una por mi parte también.

- Algo así… - Miro al suelo. Dobla el sobre y se lo guarda el bolsillo de atrás. Dirige sus manos a mi cara y la levanta para que le mire.

- Te quiero. Siento tantas cosas por ti que ya no sé ni que decirte… - Ríe sin fuerzas y me lleva a sus labios.

Me besa lento, con sus manos a ambos lados de mi cara, atrayéndome todo lo posible a él. El beso es profundo, quiere mostrarme todo, y yo a él. No sé cómo vivir sin sus besos, sin sus caricias, sin su mirada.

Esta es nuestra despedida.

Hundo mis manos por dentro de su camisa de franela abierta, me refugio en sus fuertes brazos y aspiro su aroma a menta por última vez. Me susurra que me tranquilice, pero no lo consigo, sigo temblando. Empieza a susurrar a mi oído la letra de una canción que no consigo descifrar su autor.

- “I got a heart, and I got a soul, believe me I will use them both. We made a start, be it a false one, I know. Baby I don’t want to feel alone” – su voz es áspera, es demasiado grave, más de lo normal. Pero consigue tranquilizarme a su manera. Cuando se da cuenta de que dejo de temblar vuelve a hablar. – Te quiero Adelia. Gracias por aparecer en mi vida.

Se separa un poco de mí sin terminar de soltarme, con su mano izquierda coge mi mano derecha, abre la palma y la dirige a su pecho, a su corazón. Todo esto parece muy cursi, pero yo me estoy rompiendo por dentro.

- Siempre. Será siempre tuyo.

Está tratando por todas sus fuerzas a no llorar, cuando yo ya he vuelto a empezar.

No puedo alargar más esto. Miro el reloj y ya son las diez y media. Debo irme.

- Lo sé, es tarde. Me voy ya… Cuando puedas me avisas y vengo a por ti, ¿vale? – Joder…