Capítulo 25: "¿Qué tienes planeado?"

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Narra Harry.

Subí corriendo a mi habitación, no quiero pagarlo con nadie, y mucho menos con Ade. Aun así mientras subo las escaleras veo a Zayn y creo que hasta le he gruñido.

¡Joder! Todo estaba yendo tan perfecto… Ade es mía, por fin, después de todo lo que hemos pasado. Cuando he visto a ese gilipollas hablando con ella he ido corriendo a su lado a ver que ocurría. Una vez le dije que no le dejaría sola nunca y no iba a romper mi promesa. No volvería a dejar que nada le hiciera daño.

Y ahora estoy aquí en mi cuarto, ni si quiera me he despedido de ella, que probablemente ya se habrá ido viendo que pasaba el tiempo y no bajaba. Si es que soy yo el gilipollas. Soy yo el que ahora mismo le está haciendo daño. Y luego es ella la que dice que no me merece. 

Pero más daño le haré si pago mi cabreo con ella, no tiene culpa de nada. Solo de algo, de tenerme enamorado como un tonto y que no se lo crea. Nadie había provocado esto en mí.

Cuando la vi en el aeropuerto y choqué con ella, sus ojos azules se quedaron grabados en mi memoria y la escena se volvía a repetir una y otra vez. Recé por dentro para volver a encontrármela, fuera donde fuera. Pensaba que no sería posible, pero ella me lo puso en bandeja. Al parecer la pobre era un poco torpe y se le cayó su cartera.

Esta es la mía. Cogí la cartera, subí al taxi y escribí aquella nota. Lo hice todo tan rápido que no me acuerdo ni de como conseguí su dirección. Empecé a hacer llamadas y cosas, parecía un pirado. Lo peor es que cuando le vi en su casa no pude mostrarle quien era. Pero no podía enterarse aún de que era yo, que era Harry Styles. Una posibilidad entre un millón de que fuera su ídolo, y al final resultó ser esa posibilidad. Mi posibilidad.

Supe que la quería para mi en ese mismo instante. Una chica con una mezcla de rasgos ingleses y otro que no lograba identificar, hasta que la escuché hablar. Su acento era adorable a pesar de que se estuviera quejando por haber chocado conmigo.

Sonreí al recordar su cara en el restaurante y como no entendía nada del menú. Por suerte los dos preferíamos pizza, y esa tarde fue la mejor que pasé en mucho tiempo. Yo volvía de los Ángeles, de mi retiro del mundo, para pensar solo en mí mismo durante un par de días, y volvería a irme. Solo venía a visitar a mi familia y a los chicos, no estaría probablemente más de una semana.

Desde ese día no pude dejar de verla ni un solo día. Cada día me enganchaba más, necesitaba verla, abrazarla, oler su perfume con un ligero toque a menta, porque siempre va mascando chicle. Así que dejé a un lado mis pensamientos de volver a Los Ángeles, tenía que probar a ver que pasaba con ella.

Por desgracia el día de nuestro primer beso, fue uno de los peores para ella, que cojones, fue el peor día para mí también. Aquel hijo de puta intentó aprovecharse de ella, y cuando lo vi no sé cómo hice para no matarlo ahí mismo. Tuve que relajarme, mirar sus ojos y pensar en su sonrisa, que en ese momento había desaparecido, para dejar de machacar la cara de ese gilipollas.

Lo peor para mí fue la semana que se pasó en su casa. No me faltaron ganas para coger el primer vuelo y presentarme en su ciudad para buscarla por donde fuera. No contestaba mis llamadas, ni mis mensajes. Había perdido todas las esperanzas de que volviera, y ya no sabía qué hacer para convencerla de que viniera. La estaba perdiendo, y luego vi las fotos en twitter de cuando salieron de fiesta.

Ella me llamó borracha y se pensaba que estaba en la cama, pero nunca sabrá que estaba haciendo la maleta rápido para volar a España. Sus palabras me tranquilizaron y me dieron fuerzas para seguir esperando un poco más. Me dijo que me quería y que me echaba de menos, y dentro de mí se enchufó la vela de la esperanza. 

Extrañas coincidencias (Harry Styles) Terminada/Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora