Uh, g–gracias. De verdad te agradezco que me hayas dejado utilizar la nota de voz, fue... amable de tu parte.

Le sonreí un poco porque estaba fascinada de poder escuchar su voz de nuevo en persona, había extrañado tanto la vibración que se sentía al escucharlo decir algo. Extrañaba ver a sus ojos moverse sobre mi rostro, inspeccionando sobre lo que sentía y pensaba, extrañaba sus lunares y pómulos altos, su altura y su calor corporal, que aún a la distancia podía ser detectado.

—¿Qué haces aquí? ¿Eso era todo? Me dio... gusto verte, pero tengo un concierto que dar en menos de media hora y tengo que cambiarme, ahora, um, si me disculpas, ¿podrías salir del camerino?

La manera en la que sus palabras sonaron me tomaron con mucha sorpresa y di un paso hacia atrás impresionada, ojos abiertos, como si me hubiese empujado. Me había asustado porque estaba tan perdida entre mis pensamientos que no había notado cuán incómoda se había puesto la situación, y Harry estaba buscando la manera de zafarse de ella, como todo ser humano racional... a veces.
Su voz sonaba contraída, como si no pudiese hablar bien o estuviese teniendo dificultad para hacerlo, tal vez era el nudo en la garganta que tenía que sabía que tenía porque era imposible que no lo tuviese, porque yo lo tenía.

Vi como se volvía impaciente a mi falta de reacción y como sus ojos se volvieron más negros y su respiración cambió a una errática y rápida, incontrolable temperamento estaba resurgiendo.

Cuando vio que no me moví de mi lugar, giró sus ojos y comenzó a caminar por la habitación, recogiendo una maleta y furiosamente colocando varios artículos dentro de ella, al final se acercó a la ropa y metió un cambio, luego sus zapatos y se dio la vuelta, enfrentándome a mi y luego sin más comenzó a caminar a la puerta, murmurando desde lo lejos: "bien, si tú no te irás, me iré yo".

En ese momento me alarmé y reaccioné, como si un interruptor se hubiese prendido en mi cabeza y me hubiese dicho "detenlo, ¡vamos! ¿qué esperas?" Así que caminé rápidamente hasta la puerta y la bloqueé con mi cuerpo.

—Muévete, Hannia, voy tarde.

Su voz hizo que se me erizara la piel con miedo pero aún así no me moví, algo dentro de mi se había vuelto salvaje y no iba a permitir que caminara lejos de mi, no iba a dejar que se alejara de nuevo.

Lo miré a los ojos y vi como ahora el verde en ellos era casi inexistente gracias a la carga de estrés y nervios que lo estaba haciendo pasar y por un momento me sentí mal, pero supe que tenía que actuar rápido y decirle.

—No, no me voy a mover, vine aquí a hablar contigo, Harry.

Él abrió los ojos y se pasó la mano por el cabello y, de repente, todo explotó, comenzó lanzando la mochila por la habitación, haciendo un estruendo dentro de ella, eso causó que yo brincara por el susto y cerrara los ojos, apretando los puños a mis costados, lentamente abrí mis ojos de nuevo y me encontré con su mirada furiosa y su caminar desesperado por la habitación.

—¿¡Ahora quieres hablar!? ¿¡Ahora quieres venir y hablar conmigo!? ¿¡Después de tanto tiempo, después de tantas veces traté de arreglarlo!?

No eran gritos de su parte, eran lamentos estrangulados que salían desde el fondo de su garganta, estaba evitándose las lágrimas lo más que podía, más unas ya habían hecho aparición.
Él ya estaba llorando y yo también, sus palabras me estaban asustando pero no me iban a intimidar para que me fuera, tenía que hacerlo escuchar, era lo único que me quedaba por ahora.

—Si—, aclaré mi garganta y lo miré con los ojos entrecerrados, asentí con la cabeza y volví a hablar: —Así es...—, pero rápidamente me interrumpió y ahora yo me estaba comenzando a desesperar y hartar porque no me dejaba hablar.

his fame | harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora