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¿Quieren que ponga la versión de Harry respecto a la ruptura y la pelea?

***

¿Por qué?

Mi voz lo tomó por sorpresa, podía notarlo por la expresión en su cara y ojos, la manera en la que su cuerpo se movió al sonido de mi voz, ronca y rasposa por el llanto.

Cuando vi que sus ojos se llenaron de lágrimas y no abrió la boca para decir nada, volví a preguntarle, esta vez me aclaré la garganta para preguntar otra vez.

—¿Por qué, Harry?

Lo tenía frente a mi, sentado y con las manos debajo de su barbilla, mirándome. Sabía que se sentía impotente al no poder tocarme o ayudarme, porque yo sentía lo mismo, sus ojos miraban mi cara y mis manos, éstas estaban presionadas contra mi pantalón, tratando de sellar la sangre que salía por el corte que me hice.

—¡Respóndeme!

Brincó y vi como desvío la mirada hacia la ventana de la habitación, su nariz arrugándose por las ganas de combatir las lágrimas, pero sin éxito.

—No fue mi culpa—, su voz fue a penas un susurro llorosa, quebrado desde el fondo de su garganta, y me enfureció, él sabía muy bien que no me refería a eso.

—Mírame y contéstame de una vez.

Cuando me volvió a ver hice todo lo posible por no llorar otra vez. Mi corazón me estaba gritando que corriera a él y que lo abrasase, que todo iba a estar bien si estaba con él, pero mi mente me paraba en seco, me hacía odiarlo cuando creí que era imposible.

Habíamos estado así desde hace una hora, mirándonos llorar desde lejos sin acercarnos, la hora más larga de mi vida.

Vi como respiró de golpe, y sus ojos abrirse mientras los estrechaba, oh, Harry estaba molesto.

—¡Que no fui yo, Hannia! Yo no la besé, ella me besó a mi.

—Sabes que eso no me interesa en lo absoluto en este momento.

Me levanté y le di la espalda, me pellizqué el puente de la nariz para tratar de calmarme, necesitaba ser fuerte en esto para irme de una maldita vez y dejar todo en claro.

—Tú sabes que la confianza lo era todo para mi, Harry. Todo. Si tú me hubieras dicho desde un principio cuando te pregunté en Canadá nada de esto estuviera pasando, y tú lo sabes.

Brinqué y me giré cuando escuché algo se estrellado contra la pared. Harry había lanzado el jarrón de la mesa por el aire hasta que dio de lleno contra el muro de al lado. Rápidamente me hice hacía atrás.

Se veía horrible, cabello revuelto, ojos dilatados y rojos, mejillas y nariz también irritadas por el llanto, justo igual que yo.

—¡Lo sé, claro que lo sé, demonios! ¿Pero tú crees que decirte la verdad iba a hacer todo esto mejor? ¡Por Dios, Hannia! Quería decirte pero no pude, quise dejar de hablarle por ti, quise quitármela de encima pero no quería herirla a ella tampoco.

Sus palabras ahora estaban siendo giradas, el eco de su voz ronca y raposa retumbaba en toda la casa y la estupidez de las palabras que estaba diciendo me hicieron ponerme furiosa.

his fame | harry stylesWhere stories live. Discover now