Encuentros Por Accidente (Viaje En El Tiempo) (Tres Generaciones Harry Potter)

Capitulo 29: Marlene Lyra Weasley

—Bien, luego de los estúpidos de mis hermanos creo que yo voy a ser un gran logro— dijo la chica que se subió a la tarima en esta ocasión.— yo soy Marlene Lyra Weasley, hija de Fred y Valeria Weasley née Black.

  Cuando se quitó la pulsera dejó ver a una chica que tenía cabellos pelirrojos, aunque eran bastante oscuros comparados con el típico anaranjado de los Weasley. Sus ojos, eran castaños como el de su tía y abuela materna, pero tenía los pómulos de la madre y la nariz del padre. Como tenía rasgos Black y Weasley, imaginen los suspiros de la población masculina no se hicieron esperar, después de todo, la belleza es parte de ellos.

—Bien, yo soy Hufflepuff— la mesa aludida aplaudió, ya que hace mucho que no oían a alguien que iba para su casa— Tengo 15 años, ya que nací en el 2008, yo digo que nuestra familia se puso de acuerdo para que no nazcamos solos en un año, así que verán muchos con las mismas edades. Emm... No sé si voy a ser Prefecta, porque realmente no han llegado las cartas y ahora es que voy a mi 5to año.

—¡Si lo vas a ser!— gritó una encapuchada.

—Gracias Lilu— dijo ella y se dió cuenta de lo que habia dicho y se cubrió la boca— lo siento.

—Es tan mala guardando secretos como el abuelo— dijo James I y los que estaban a su alrededor ríeron, mientras ambos Sirius se hacían los ofendidos.

—¡Auch! ¡Eso no es cierto! Y así te dices ser mi amigo!— fingió indignación el menor.

—¿Quién dijo que había hablado de ti? Tiene otro abuelo.— fingió inocencia James.

—Si claro— rodó los ojos Sirius.

—Ya ya. Vamos a mí, ya que si seguimos así, mi dramático abuelo no parará hasta que mi abuela no le lancé un hechizo como siempre hay que hacer.— dijo Marlene— bueno, juego Quidditch, soy buscadora, digamos que el tío Harry fue mi entrenador en casa.

—Cuando quieras Marly— le dijo Harry desde su asiento.

—Gracias tío.

—¡Bah! Pero no eres tan buena como lo somos los Potter!— gritó James Sirius, a lo que todos los del futuro rodaron los ojos.

—Gracias James— dijo ella con una falsa sonrisa— aunque creo que nadie pidió tu opinión. Además, si no recuerdo tu eras cazador, por qué hablas?

—¡Oh! ¡Por nada!- le resta importancia el chico.

—¿Así nos vemos nosotros?— pregunta Harry a los chicos— ¿Cuando hablamos de Quidditch?

  Hermione asiente efusivamente, pensando en las tantas veces que había sido testigo de un debate de Quidditch.

—Mis padrinos son el tío Félix y la tía Abby.

—Gracias chicos— asintieron felices ambos, quienes con un además quisieron transmitir "No hay nadie mejor".

—Bueno, para suerte de mi padre, abuelo, primos y tíos, no tengo novio. De momento— susurro eso último— y bien, ahora vamos con mis memorias.

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—Eso es... Un poco más... ¡Perfecto! ¡Estás volando Marly!— la voz del adulto Harry se escucha por toda la habitación.

—¿Lo hice? ¡Lo hice!— celebró la pelirroja, quien por poco se cae de la escoba de no ser por los brazos del azabache, las cuales la envolvieron inmediatamente.

—No debiste haber hecho eso. ¿Cuál es la primera regla a la hora de volar?— preguntó serio pero sin parecer intimidante el adulto.

—No desconcentrarse.— murmuró la pequeña Marlene de entre 3 y 5 años arrepentida, quien se había separado un poco de su tío.

—Exactamente. Ahora, ven acá— la niña no se hizo esperar y le dio un fuerte abrazo.

  Sin embargo, fueron interrumpidos por varias voces provenientes de atrás.

—¡Me has cambiado! ¡Val! ¡Me cambio!— un grito indignado gritó.

—Ya ya, todos te cambiariamos por Harry.— dijo la voz divertida de la Valerie del futuro.

  Ojiverde y ojicastaña se volterearon y allí estaba el matrimonio Weasley número 3 junto con Ginny dos niños de cabellos negros y una niña pelirroja a la cual no se le veía el rostro de la misma estatura aproximadamente de Marlene.

—Tienes razón. Todos cambiariamos a todos por Harry.— dijo divertido Fred.

—Mi amor, ¡oh! Cómo te he extrañado. Las horas ya me parecían más largas y los días eternos. No podía esperar a llegar a tus brazos.— dijo dramáticamente Harry, quien se acercó a Fred y cayó entre sus brazos.

—¡Eh! Ese es mi esposo. No el tuyo.— dijo intentando parecer indignada Valeria y fallando estrepitosamente.

  Sin embargo, los niños si reían a todo pulmón, ya estaban adaptados a que su padre hiciera eso con sus tíos Fred y George, e incluso bromeaba con la posibilidad de hacer un trío.

—¿Qué?— se hizo el molesto el azabache— ¡¿Me has cambiado por esa perra?!

—No mi amor, nunca— fingio sorpresa Fred.

—Yo creía que me amabas— hizo un puchero Harry.

—Ya ya, dejen sus problemas maritales para más tarde— dijo Ginny.— ¿Que hacían por cierto?

—Pues...

—¡Mira tía Ginny!— dijo emocionada la Weasley menor.

  Salió corriendo hacia la escoba, y siguió el procedimiento que su tío le había enseñado, el cual hizo excelente y recibió aplausos de la familia.

—¡Pero ella no lo hace tan bien como nosostros!— dijo James Sirius de aparentemente 6 o 7  años.

—¡Si! ¡Ella no tiene la cosa de volar!— gritaron los otros dos.

—No tendrá la cosa de volar de los Potter. Pero ella es mi protegida. Asi que también dará clases con ustedes— sentenció Harry, al ver los ojos llorosos de la niña.

—¿Y por qué ella?— la niña sin rostro dijo y tenía la voz quebrada.

—¡Princesa no te sientas mal! Ella es mi protegida, pero tú eres mi princesa. Ustedes dos son las mujeres de mi vida.— la calmo con un abrazo.

—¿Y yo? — dijeron las adultas.

—¿Ustedes? Son mis reinas.— se excuso el hombre.

—¿Y yo?— pregunto James

—¿Y yo?— esta vez Albus.

—¿Y yo?— Fred

—¿Y yo?— se escucharon como 20 voces y por allí venía toda la manada Weasley junto con los Malfoy, Zabini, Nott, Krum demás y demás, eran muchos como para contarlos.

  Harry solamente pudo comenzar a lloriquear mientras las dos pequeñas pelirrojas lo abrazaban.