Túnez

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Solamente un consejo: dentro de 5 minutos esto se llena de gente que te conoce…-

Entiendo, me voy yo- abandonó el diario y se paró.

Agarró una última croissant y se la llevó.

Se fue sin saludarlo.

Él la miró salir y se sentó en la misma mesa pensando que si Thea entraba en Libia luciendo esos jeans ajustados no iba a durar mucho intacta.

Ella se encerró en la habitación, tragó el croissant y llamó a Afifi.

Oíme pedazo de idiota- fue el saludo-

Se supone que no me llames por el teléfono de línea-

Tariq Sharawy y unos cuantos más ya saben quién soy-

Qué importa? No saben lo que estás haciendo-

No es idiota, sumó 2+2 y llamó a De Santi-

Si está aquí ya no regresa a Trípoli, no lo encontrarás allá-

Yo no tengo órdenes de ir a Trípoli, solamente llegar a Zintan, y cómo sé que no estamos en el mismo trabajo si nadie me lo dice? Tal vez se crucen los caminos y alguno arruine algo o todo!-

Bueno, por lo menos ahora lo conocés personalmente-

Hizo lo que jamás hacía: consultar.

Compró un chip de celular y llamó.

Thea! Qué pasó?-

Tengo poco crédito, estoy en el Hotel equivocado por culpa de Afifi, acabo de conocer a Tariq Sharawy que por supuesto ya averiguó quién soy con De Santi-

No grites-

Me querés decir si en esto está de nuestro mismo lado?-

Sí, pero Tariq tiene que estar en Trípoli, qué hace en Túnez?

Y sobre todo no en Djerba?-

Calma, seguí adelante con tu mapa de ruta, haré desaparecer a Afifi y vos salí de allí cuanto antes-

Esta tarde retiro otro 4x4, no el que él alquiló y me voy-

De acuerdo-

Y no me crucen más con Afifi o se queda sin atributos varoniles porque se los pateo- dijo furiosa y cerró el celular. Sacó el chip y lo destruyó.

Del otro lado Michele no dejaba de reírse pero a la vez le dolía cierta parte del cuerpo…

El Hotel en Ramada estaba desierto. Raro, pero mejor así.

Pudo sacar finalmente su teléfono satelital y trató de comunicarse con Amira.

Lo logró después de muchas horas, cuando ya empezaba a impacientarse.

No estoy en Sebha porque no es lógico estar tan lejos, está todo bajo control del gobierno además-

Qué proponés?-

Estoy en Nalut, aquí vive una tía mía, vieja y sola-

Estoy cerca, quién me pasa la frontera?-

Tengo que encontrarlo-

Puedo largarme sola hasta unos kilómetros antes…-

No sé cómo está la ruta de aquél lado…-

Cuándo me decís quién viene?-

Dáme unas horas-

De acuerdo-

Colgó y se sentó en la cama. Después se tiró boca arriba y miró el techo blanco.

Recién ahora comenzaba el verdadero trabajo, pero seguía sin confiar en los contactos que la obligaban a seguir.

Amira era otra cosa, no era de ningún servicio y habían hecho la escuela juntas en Italia.

Setenta y dos horasWhere stories live. Discover now