— Cuando pueda alcanzarte la luna será el mejor día de todos los que viví. Y si no lo consigo yo quiero que la próxima tenga el lujo de poder hacerlo por mí —decía la chica a su enamorado, quien estaba llevando de la mano a su amiga de la infancia, quien tiempo después sería su esposa.— ¿Y si simplemente nadie más que tú lo consigue? —preguntó el chico, aún sabiendo la respuesta.
— Pues déjame decirte que fue la mejor forma de prometer algo que, aunque los dos sepamos que no va a ser posible, aún así lo esperamos.
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Relatos de un marino
Short StoryUna vez existió un hombre, un hombre marinero. Él trabajó en un gran barco tripulado por otros marineros, todos expertos en el tema de navegar por el mar. Cuando el marinero se jubiló empezó a contar sus historias a los nietos de sus compañeros, ya...