Haz que el tiempo pare

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La joven miraba al hombre, quién pasaba por unos pasillos blancos en una cama plateada. Los hombres con capas blancas arrastraban el artefacto por los pasillos, haciendo que el pie de la cama abriera las puertas de par en par mientras pasaban.

"¿No se puede quedar un tiempo más?" dijo la joven mientras secaba la lluvia de los verdes ojos del hombre. Ella corría intentando que el hombre viera su rostro.

La señorita que guiaba al hombre negó mientras arrastraba la cama plateada, la joven vio cómo las puertas del pasillo próximo se cerraban frente sus ojos. Ella, mientras tanto, se quedaba paralizada en el portal de la sala de espera.

"Por favor, papá, haz que el tiempo pare. Ahora mismo, haz que el tiempo deje de funcionar y quédate conmigo, en la casa del árbol."

La joven echó a llorar al ver las luces del pasillo apagarse, el hombre ya había entrado y era demasiado tarde para volver en el tiempo.

El tiempo seguía, y el hombre no pudo pararlo.

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