Capítulo 1. todo partió por una copa P2 /2

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Entonces las cosas se iban modulando como si de un acertijo en resolver se tratara. Una chica me hizo ojitos. Estábamos sentados, yo me senté al lado de ella al momento. Los otros (hombres) o se sirvieron más bebida (de esas que echaban "fuego" por la boca) o se colocaron al lado de una de las chicas restantes y a charlar deloquesea se ha dicho. Lo de siempre y eso es todo. Después de hablar cosas que en por supuesto le interesaban a esta chica nos fuimos rápidamente atrás a bailar mientras los otros se quedaron a la deriva con las chicas (a ninguna la vi formidablemente interesada).

Todo bien hasta que me cansé.

La invité un segundo a la barra, sólo para no estar con los otros. Me dijo que no y éramos de los pocos que se encontraban danzando así como así. Bueno y tal fue. No pedía más. Hasta ahora siento una conexión así que no me quejo. Voy a la barra, miro hacia atrás. Están los míos intentando con las otras chicas y a veces, y sólo a veces esgriman una sonrisita que deja un tanto que desear, un tanto no. Sigo, le pido al barman que si me da dos vodkas. La amiga me dice que no a lo lejos, que "no" quiere. "Ah" me digo a mí mismo. Sólo directa y quiere amor. "Jaja" me reí por dentro, pedí el mío y le dije al barman que fuera chico.

—No tenemos chico— me dijo con vozarrón.

—Entonces sírveme menos.

—Muy bien.

Luego un borracho más se colocó al lado mío. Jamás me habló nada. Ya me habían servido el vaso (y estaba deliciosa, se sentía el sabor dulce del vodka combinado) y al de al lado, mientras bebía para dentro, me miraba con enojo. Enojo, sí, injustificado, tal vez, pero no parecía contento de tenerme al lado, y sin embargo estaba ahí pese a que allí habrán dos o tres espacios más. Dejé el trago y ella se me acercó, me puse de pie. El sujeto movió bruscamente la silla mientras me puse de pie. Bruscamente: ojo con ese detalle. Pese a que ella me acarició la mejilla cuando la vi de cerca —así, esas cosas, como dicéndome ay que simpático, qué lindo— el sujeto sentí como una ola de calor que estaba detrás mío y... no es que sea algo paranóico pero lo noté y lo grabé y es que, tengo ese talento de estar siempre despierto. "Whatever", confesando lo que me sucedió dirían que volví al asiento, ella se quedó de pie —no me dijo nada por—, el sujeto se retiró mostrando la misma cara de odio, y yo tomé el vodka. Estaba suave —por defecto— y mientras lo bebía, lo sentí algo diferente como amargado pero azucarado, como que los dos colores se combinaban alegremente. Entonces le dije a la chiquilla medio en broma: "estay rica ricarda". Sentí al decirlo que me salía "fuego" por la boca de lo fuerte y lo curadero que estaba el vodka pero no pasaba nada, en sus palabras, no era una persona jodida. Me reí jajá. Seguí adelante, con ella, me dispuse a dar mis mejores pasos. Ella le gustó, ya me lo decía estando bien cerca cerquita cuando danzábamos a toda música. Las luces de este lugar empezaron a enceguecerme y diría que el resto, sí —espectacular como sí sólo—, bueno, muy bueno, incluyó beso. Es todo lo que desearía ¿Qué más pedir? ¿Qué más desear? Es claro.

El Asesor --Historia de desmadre y fiestas hasta no tolerar--Donde viven las historias. Descúbrelo ahora