Capítulo 1 Todo partió por una copa P1

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Allá afuera el mundo es mono, es codiciado. Todos tenemos esa aspiración de vivir todas las experiencias posibles, todas o mejor dicho múltiples pero "todas" queda mejor. Soy Giorgio Paolo y tengo 23 años. Mi historia es de esas que en el contar cosas van y vienen, situaciones mil y muy difíciles de escuchar, pero cuando son contadas, te quedas como "whatthefuck" y los sucesos se alinean como debe ser, se transforma en una historia poco temática, el cerebro te hace bum y el desagarre accede desde tus entrañas. Ustedes estimarán ya que se necesitará un ser astuto y quizás sobrehumano para poder vivir todo esto (a juzgar de lo contemplativo de la vida "normal") y es que en cierta forma es la historia de alargar a más el elástico. Pero no por eso se decepcionen por mi astucia y mis ganas consumadas de tener lo que quiero: a veces debemos disculparnos de la vida y entender, comprender que áquella es la que nos trae las cosas y nosotros sólo nos satisfacemos con ella, y, no debiéramos aspirar a nada más. Mi historia es de esas que no querrías vivir ni aunque por vivirla te regalaran un trasatlántico. Mi vida temprana adolió de muchas estupideces —que sí—, me llevaron a la cúspide, a lo más alto, y no dije nada: pensé que se trataba de algo natural. No es así. Fue parte de mi descuido y de mi altanería. Pero no pongamos más adjetivo y adelantación al cual: mal que mal somos nuestro destino y aquí estamos para contarlo.

Todo partió un 3 de Mayo, estaba ansioso por salir de clases. Mis amigos y amigas estaban creando por ahí un panorama para hacer una cosita, una "coshilla", ser feliz por un "ratein", John Wayne, un "ratein". Eso me encendió la llama por terminar las tonteras de la universidad rápido y mal y como debe ser. Las cosas me decía yo hay que hacerlas mal pero hay que hacerlas. De eso nada, lo que viene tiene más sentido pa' esta historia: me bañe rápido, choqué contra varias mesas al pasar a dejar la toalla fuera mientras las luces de casa estaban apagadas... lo de siempre, como ven soy un chico super normal, super ajustado a la realidad, pero no. Algo me tenía que suceder.

Cuando llegué al pub (pub El Misterio, uno muy genial, muy iluminado) no sentí nada, estaba algo plano pero mis amigos me alegraron y todo pasaría a ser una de mis mejores noches, pero no la mejor.

—Paolo— uno— parece que hoy día tienes ganas ¿Cómo no te "chata" esa "U"?

Fue Arturo. Él siempre tiene dudas de todo.

Siempre él (y sus comentarios) pasó a un ritmo como describimos los acontecimientos. Nada nuevo en términos de forma de "relajarse". El mismo pub bailable, las mismas luces a veces de neón a veces de ampolleta y harta, harta cerveza. Una pizza por ahí hay que decir. Llegaron las chicas. Las invitó no este Arturo. Le preguntamos a ellas si conocían "el machata", me dijeron "qué", el jote que vuela y cuando vuela, "ataca". No "tranqui" les dije, es un trago que sirven acá. Eran 6 mujeres, a las 6 les pedimos un "machata". Estaba tan fuerte que una se fue en medio. Estoy seguro que fue a vomitar.

Bueno y es que la noche era una noche como la llaman... cómo es que la llaman... ¿noche de...? de rock progresivo, iba progresando incluso hasta la parte que iban a "explotar" (es innotable pero es la parte más álgida de éste estilo musical) y es que... fue grandiosamente planificada. Es más, para seguir fuimos a la casa de Adrián quien estaba solo y la podría prestar pero no adelantemos: esa parte viene después y sería inespecífico hablar de ello ahora.

La niña volvió. Ahora llegaba la pizza. Era pizza a la piedra, Jimmy intentó probarla (antes de partirla) pero Arturo le atizó una a la mano, lo quedó mirando feo. Entonces alcé un vaso, todos parecían haberse emocionado pero nadie más lo alzó. Había hambre: eso es seguro. Entonces bajé el vaso y Arturo terminó de repartir la pizza y le dio un pedazo un grado de ángulo menor a Jimmy quien no lo vio con tanto entusiasmo pues, de seguro quería morderla o qué se yo: su estómago será algo que hablará con él, "enchuchará". Las luces empezaban a recaer, las luces fuertes de un pub, todo pub que se precie de tal tiene una sensación animal que transmitir. No quiero ahondar desde ya con descripciones físicas y menos metafísicas (si es asi como se dice de lo intangible), quiero perturbarlos un poco con la ambientación "de lo que es". Es decir, podemos decir: se trata de un barrio tranquilo, hay autos, muchos, autos estacionados y todo... vemos gente pasar, en trajes estrafalarios y otros no tanto ¿Esa es la idea? fiesta, bastante: no quiero decir la más, sino... sino que hay una predisposición a la aglomeración de gente y siempre que hay gente, hay conflictos: y esos conflictos se proyectan en el subconsciente y en... en lo que vemos claro, y es que cuando salimos, no sé, a "mochilear" y pasa eso de que la suma de incomodidades provoca a los provocados, pues de esta cadena latera de "ideas" vemos que se produce, la nunca bien ponderada envidia. Esa cosa de la que queremos escapar pero el sexo y las provocaciones eróticas y de la comelona y empinar el codo y pegarse en la pera y como quiera que llames... evita que te lo recuerdes.

Esa es la manera como sucedió todo esto, un inicio puntudo con cosas de imperceptible, veo lo recorrido (todo) y me doy cuenta que incluso cuando estoy generando este puñado de letras no sé o no estoy seguro si es que partió en este lugar todo esto y lo que cuento es como lo que algunos "sofisticados" llaman como la caja del Gato de Schrödinger.

El Asesor --Historia de desmadre y fiestas hasta no tolerar--Where stories live. Discover now