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MUCHO MÁS QUE SOLO UN "TAL VEZ"

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Me froto los ojos debajo de mis gafas y suspiro cansado de estar observando la computadora por horas, después de haber trabajado por largas horas en los detalles del hotel pensé que al llegar a casa todo sería diferente, pero no creo que hacerlo a seguir trabajando sea lo mejor.

Ya era demasiado tarde, había decidido pasar hasta el último segundo dentro de mi oficina y aunque Anna pensaba que yo cuidaría de Robbie hoy por la tarde no contaba con los nuevos proyectos y archivos que me ordenó que revisara el señor Sevilla así que le pedí a Josette y Dave el favor de cuidarlo hoy porque no podría salir a la hora acordada. Los ojos me pesaban de tanto estar frente al ordenador y aunque había bebido casi todo el café de la cafetera sentía que no avanzaba tan rápido como quisiera para ir a casa y sentirme tranquilo.

Tomé otra de las carpetas y decidí que era momento de otro café cuando escuché un ruido demasiado extraño en el exterior de mi oficina, fruncí el ceño y vi como los pasos por el pasillo iban y venían por la sombra que alcanzaba a reflejarse por la puerta.

En uno de los segundos en los que parecía que me quedaría completamente en la oficina administrativa, alguien tocó a la puerta y me volví a frotar los ojos mientras articulaba un "pase".

La melena castaña de Paula se asomó primero, dejando ver que entró de reversa porque consigo tenía un portavasos desechable que contenían varios vasos con lo que olía como a café. Ella me sonrió de inmediato, no dudé en devolverle el gesto y dejó los cafés sobre la mesa.

—Vine preparada para la larga estadía que te espera aquí, y como mi cita de esta noche me canceló pensé en pasar tiempo de caridad contigo porque resulta que mi mejor amiga tiene novio y sale con él. —A veces me sorprendía que llegaba a hablar demasiado rápido, era muy elocuente e hiperactiva, del tiempo que había llegado a conocerla pude ver que ella no paraba, ni siquiera para hablar.

Sostuve uno de los cafés que llevaba mi nombre, y le asentí con la cabeza.

—Deberían alabarte por lo caritativa que puedes ser —Levanté mi café—. Gracias por el gesto, Pau.

—Papá me comentó que te salieron unos asuntos pendientes, y como ya no tengo una cita, puedo ayudarte a terminar para poder salir mucho antes a tomarnos un trago.

Elevé las cejas y ella hizo el bailecito que siempre me parecía divertido cuando quería algo.

—No lo sé, primero quiero pasar a casa de mi hermano, tengo una responsabilidad y prioridad antes de divertirme ahora.

—Oh... Es cierto, tu hijo.

—Así es, Robert. Los fines de semana son mis días y trato de pasar todo el tiempo del mundo con él.

Paula bebió de su vaso y tomó una de las carpetas que contenían un mes de expedientes ahí, frunció el ceño y me miró de reojo.

—Los hombres apuestos siempre tienen responsabilidades, y como casi no hablas de tu esposa olvido que tienes una.

—En realidad no tengo una esposa —admití—. La mamá de Robert no es mi pareja sentimental.

Paula se quedó en silencio unos segundos mientras me seguía observando, sus ojos cafés eran una mezcla rara entre brillo y confusión que me hicieron sonreír porque eran pocas las veces en las que ella se quedaba callada.

La chica de mis pesadillas [COMPLETA]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon