10

181 25 13
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Luego de unos segundos de el beso, Mateo reacciono, y decidió separar al castaño.

- Para, para- hablo agitado mientras se separaba de el beso.

- ¿Q-que paso?- pregunto un Manuel agitado.

- No, vos estas con mi primo, y yo soy el turrito de cuarta, ¿que te da por besarme- el enojo se notaba en su voz, a medida que iba hablando se enojaba mas.

¿Lo beso por venganza, luego lo ignoro y ahora se atrevia a besarlo?

- No se porqué pero me pasa algo con vos- confeso.

- Bueno, va a ser mejor que se te pase, yo me voy mañana y vos tenes que seguir con tu novio e irse a vivir a Palermo- su ceño se fruncio, le molestaba la situación.
Pero para que negar, el beso le había gustado, y mucho mas de lo que quisiera.

- ¿Ya te vas?- por alguna razón quería que dijera que no, que iba a poder verlo por lo menos unos días mas.

- Si, me voy- trato de sonar seco.

Pero algo en los dos dolía, al pensar que no se iban a ver mas, que no iban a compartir otro beso y no iban a sentir esas sensaciones de nuevo.

Uno de los dos tenia que irse de ahí, pero estaban uno enfrente del otro viéndose a los ojos fijamente, y de vez en cuando volvían a analizar cada facción de el otro.
Intentaban encontrar la respuesta a el porque se sentía todo tan bien cuando se hablaba del otro, pero era inexplicable de alguna manera.
Querían quedarse ahí mucho tiempo mas, se sentía una especie de paz, aunque la música retumbaba en el lugar y se sentían voces gritar y cantar.
Con cualquier otra persona, esta situación hubiera sido muy incomoda, mirarse fijamente con una persona, sin decir nada, sin hacer nada, solo estando ahí . Pero con ellos era común.

Porque era común, entre ellos que se conocían tanto aunque no sabían, conocían la profundidad en sus ojos y jamás lo pensarían.
Se sentía normal porque sus almas recordaban los momentos del pasado, esas tardes conectando vistas, Alessandro admirando los hermosos ojos verdes de Lorenzo, y Lorenzo observando y apreciando la manera en que los iris de el castaño se veían mas miel con la luz de el sol.
No había momentos incómodos, a veces solamente se quedaban admirando a su amor oculto, mirando cada pequeño detalle del otro, que era tan precioso, tan único e incomparable.
Se amaban y amaban verse, sentían las mismas sensaciones que ahora Mateo y Manuel sentían recorrer por su cuerpo.
Por un momento todo se sentía conectado, sus almas encontradas y completas, amandose como lo habían hecho hace muchos años.

ᴘᴀʀᴀ ꜱɪᴇᴍᴘʀᴇ {ᴛʀᴜᴇᴘʟɪᴋ}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora