ᴘᴀʀᴀ ꜱɪᴇᴍᴘʀᴇ {ᴛʀᴜᴇᴘʟɪᴋ}

22

Los jóvenes se abrazaron por un rato mas en aquella plaza, las palabras ya no salían, y el silencio cómodo los invadía.
Habia una especie de burbuja rodeandolos y sacandolos por un tiempo de la realidad, como si intentaran asimilar todo pero a la vez negar lo que había ocurrido.

- Te extrañe estos días.- confesó el menor, haciendo que el corazón de Manuel se oprima, en una mezcla de emoción, ternura, y algo de tristeza por haberse comportado como un idiota.   

- Yo también, muchísimo. Perdón por haberme comportado así.

- No importa, solo quiero que hablemos las cosas, cuando creas algo me lo preguntas ¿si? las relaciones con poca comunicación no funcionan, y quiero que esto funcione.- hablo contra el pecho del mayor, apretando el agarre en el abrazo.

El atardecer iba tomando colores vivos, y Mateo se separo del abrazo solo para verlo con entusiasmo, como si fuera un niño viendo un dulce.
Veía las marcas en el rostro de el morocho y quería salir a buscar al causante, como si fuese su protector o algo, ahora hasta sentía miedo en alejarse de él.

En esos momentos, mientras admiraba la belleza del otro, pensaba en si era probable amar tanto a alguien desde se podría decir un principio. No entendía como, y lo asustaba un poco estar tan perdido, pero no se imaginaba una vida sin ese morocho a su lado alegrando su vida.
Cuando estaban juntos parecía que una extraña magia los rodeaba, como si el tiempo se detuviera, como si el mundo podría arreglarse con la presencia de ellos juntos. 
Llevaban poco tiempo en esa relación que llevaba, pero su amor era mas real que muchas parejas que llevaban años. Se sentían que se conocían de arriba a abajo, como si supieran todo de el otro, no importaba si así no era, el sentimiento era así.  

No era tema de intensidad, si fuera así ninguno de los dos era demasiado intenso ni cariñoso a extremos, era algo de ellos dos, la excepción a todo, sabían que no iban a poder querer a otra persona así, no sabían porque pero era un sentimiento real.

- Yo... Voy a mi casa, ¿vos te quedas aca?- preguntó luego de un rato el menor, ya el atardecer se estaba por ir y no quería que nadie se preocupe, hace rato había salido de la casa de Valentín.

- ¿Te puedo acompañar?- preguntó algo dudoso Manuel.

- Sí obvio.- contestó con una amplia y suave sonrisa el morocho.

El camino hacia lo de Mateo comenzo, no quedaba demasiado lejos. Iban caminado muy cerca el uno del otro, y sus manos se comenzaron a rozar sabiendo lo que querían. Los dos se sentían vergonzosos al tomar iniciativa, así que luego de un rato, Mateo decidió agarrar suave y disimuladamente la mano del mayor, y el contrario se encargo de terminar de unirlas de un apretón, mientras que con uno de sus dedos acariciaba una parte de la pequeña mano del otro.
Cuando el acto estaba completado, y sus manos estaban entrelazadas, a los dos se les escaparon una sonrisa feliz, y se observaron por unos segundos a los ojos, cualquiera que los viera pensaría que su relación era de hace años y pocos pensarían que nisiquiera tenían una relación oficial. 

Cuando estaban enfrente al hogar de el menor, se quedaron unos segundos mirandose, no sabían como saludarse en realidad. Cuando estaban a punto de tomar iniciativa, Pedro apareció por la puerta. Dio una mirada asustada y sorprendida hacia el rostro de Mateo, y luego se tomo un momento para analizar a el joven que se encontraba al lado de su hijo.

Tenia muchas preguntas para hacer, pero no era el momento, por un momento dudo si las marcas las podría haber llegado a causar el castaño, pero luego de ver por unos segundos como observaba a su hijo con amor y protección, decidió confiar que no.
Pedro conocía la historia de Mateo con su ex novio, una parte por lo menos, la mas relevante, y estaba preocupado por que aunque no lo sabia estaba casi seguro que ese tipo había golpeado a su pequeño hijo, otra vez.
Respiro hondo, intentando tomarse con calma la situación, y esperar a un mejor momento para hablar con su hijo.

- Ah, hola pa, él es Manuel.- habló Mateo luego de ese silencio.- Manuel él es Pedro, mi viejo.- dijo ahora mientras observaba a Manuel.

El hombre mayor y el joven se dieron un apretón de manos, acompañada de una especie de sonrisa apretada.

- ¿Y ustedes son...?- preguntó Pedro.

- Algo.- contestó el morocho sin saber que decir en realidad, no eran nada todavía pero a la vez si eran algo, algo sin nombre definido.

- "Algo"- repitió con algo de gracia el hombre.- Cada vez mas especificas las relaciones de los jóvenes de ahora.- dijo con sarcasmo, divertido. Les dio una sonrisa, y antes de entrar nuevamente a la casa volvió a saludar a Manuel con un apretón de manos.      

- Un gusto.- dijo Manuel.

- Un gusto "algo de Mateo".- dijo Pedro con una sonrisa divertida y luego se retiro.

Mateo se acerco lentamente hacia Manuel, a pocos centímetros, ya sus respiraciones chocaban, y en lugar de recibir un beso en los labios como el mayor pensaba, Mateo le dio un profundo beso en la mejilla, y luego un corto pico en los labios. Se sonrieron como los bobos enamorados que eran.

- Despedime bien.- le dijo el mayor mientras observaba los labios de el morocho.

- ¿Vos decís?- hablo el menor mientras posicionada su dedo indice en su labio y hacia una cara pensativa.

- Sí, yo digo.- le dijo el castaño mientras agarraba de la cintura a el menor y lo acercaba a él.

Sus labios se encontraron en un suave y lento beso, cargado de sinceros sentimientos. Y así se despidieron.   

Holaa :)

¿Como empezaron el año? espero que bien.

yo bastante mal jajan't, ese es uno de los motivos por los cuales tarde tanto en actualizar.

me estoy estabilizando mentalmente ponele asi q les traigo este mediocre cap, quedo bastante mal pero bueno queria traerles algo.

pueden contarme que les pareció, si les gusto y todo eso :D

tenia pensado poner muchas cosas en esta parte, pero me da vergüenza ajjsjsjs, así que espero q estén bien, cuidense 

soles y flores para todos, diría manu <3