Cᴀᴘíᴛᴜʟᴏ 3

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—¡Dove! —grité antes de inclinarme en el suelo junto a ella.

No le había pasado una llanta por encima, pero sí la había hecho estrellarse sobre la parte trasera del auto.

—E-estoy bien —me dijo un tanto atontada y yo la miré tratando de sujetarla.

—¿Te-te duele algo?

—¿Estás bien? —escuché otra voz y luego vi cómo la chica nueva se inclinaba a mi lado dirigiéndose a Dove.

—Duele —dijo Dove y la chica sujetó su brazo.

—Está roto —confirmó y luego se quitó un suéter para ponérselo sobre los hombros en un nudo y acomodarle el brazo sobre su abdomen— ¿Puedes levantarte?

Dove negó, y antes de que yo la fuera a levantar, la chica ya la había levantado en brazos.

—Ábreme la puerta —me dijo.

—¿De qué hablas?

—Debemos llevarla a un hospital. —Yo abrí rápido la puerta de mi auto.

—No es necesario —escuché decir a Dove, pero luego noté como sus ojos se cerraban.

—¿Qué le pasa? —pregunté muy asustada.

—La atropellaste —me dijo la chica—. Ahora mueve las nalguitas y vamos al hospital. ¿Crees poder manejar sin atropellar a nadie más?

Yo solo asentí y me subí en mi auto manejando hacia el hospital más cercano, las manos me temblaban pero debía darme prisa y tratar de mantener la calma.

Al llegar al hospital, le abrí la puerta y la chica se bajó entrando con Dove en brazos, yo solo miraba sufrir de dolor de Dove.

—¿Qué sucedió? —preguntó la señorita uniformada de la recepción y el guardia trajo una silla de ruedas.

—E-ella —intenté decir algo pero me bloqueé.

—No vi un auto antes de cruzar la calle y choqué en él —dijo Dove con el rostro pálido y los labios resecos, se notaba el dolor que sentía—. El chico se fue a la fuga antes de ayudarme.

Intenté decir algo pero la otra chica me metió un leve codazo para que no fuera a arruinarlo.

—¿Y ustedes son?

—Ella es mi novia —dijo Dove apuntándome a mí y yo asentí rápidamente.

—Necesito que me llene estos formatos —dijo una enfermera extendiéndonos una tabla, y luego se llevaron a Dove hacia dentro de la sala de emergencias.

—Calma, ya estamos en el hospital —escuché a la chica y luego me extendió una mano—. Joey Lynn.

—Sofía Daccarett —contesté y sentí cómo mis piernas temblaban también.

—Necesitas calmarte Sofía. No la mataste. Al menos aún. —La vi con expresión seria y ella sonrió tocándome el hombro—. Cálmate solo es una broma.

Yo solo asentí y vi hacia la puerta de emergencia.

—¿Ella es tu novia?

El último deseo (Dofía)Where stories live. Discover now