Intuición sobre ello

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Los chicos la habían pasado bien en la zona de juegos, después de la romántica escena de Aizawa y Hizashi, los demás se acercaron a ellos y Aizawa guardaba el peluche en su mochila (todos tenían sus respectivas mochilas, menos Nemuri, ésta la había dejado en su auto y llevaban consigo el uniforme de diario "formal"), después de esto se fueron a canjear sus boletos que habían adquirido de los juegos para así poder llevarse algo de la zona de regalos/premios.

— ¿Qué costará eso...? — Pensaba Hizashi sujetando su cintura y observando detalladamente.
— ¡Yo quiero las gomitas de mora y frambuesa! — Indicándole con el dedo a la persona encargada cuáles quería. — ¿Y si juntamos nuestros tickets, grandote? — La pelinegra le dirigía la mirada a Toshinori mientras éste observaba lo demás.
— Seguro ¿Pero qué quieres elegir?
— Regalándole una sonrisa, le señaló las gomitas. — Yo elegí eso ¿Está bien? Son de frutos rojos prácticamente.
— Claro, le podemos compartir a los demás. Mejor llevemos un poco variado.
— Me parece bien. — Dirigiéndose al encargado, le señalaba y le decía cuántos y qué dulces iban a ser.
— Por cierto, Aizawa ¿Quieres algo?
El mencionado le negó con la cabeza al más alto, metiendo una de sus manos en el bolsillo y mirando fijamente a los tickets que tenía en la otra mano. No eran muchos pero tampoco sabía en qué gastarlos.
— ¡Yo quiero esos dulces de algodón de azúcar, por favor! — Le entregaron 5 paquetitos de esos, después de que le entregaran lo que había pedido Nemuri. Esos dulces eran los favoritos del peli-azul y en cuanto los recibió, los guardó en su mochila, quedándose con uno en la mano y no se esperó más para poder abrirlo y comerlo.
— Excuse me ¿Ese de allá cuánto vale? — Señalando con el dedo índice, la persona encargada le contestó que valía por 80 tickets y el rubio a escuchar eso se quejó. — Me faltan demasiados... — Se dijo así mismo — Bueno, thank you!

Toshinori y Nemuri hablaban hasta que juntaron a la conversación a Oboro, quien se encontraba comiendo su dulce y les ofreció de este, ellos también le ofrecieron de los suyos, hicieron un intercambio de dulces y empezaron a platicar estos 3.

— Hizashi. — Era una seria y cálida voz que se dirigía al rubio.
— ¿Ah? — Volteando de reojo, observó al pelinegro detrás suyo con los tickets en mano. — ¿Qué pasa, Aizawa?
— Ten, no compraré nada y asumí que los requerías. — Le acercó un poco la mano para que los tomase.
El rubio se sentía un poco apenado en consecuencia de tal acción tan amable. Los tomó y agradeció. — Gracias Shouta...

El rubio juntó los tickets y los empezó a contar, por suerte ya tenía los 80 exactos. (Coincidencia, no lo creo). 
Se dirigió nuevamente al encargado y le señaló que quería ese prendedor de pájaro que le había mencionado que costaba 80 tickets, amablemente lo tomó y se lo dio a Hizashi. El vendedor al recibir los tickets le dijo que estaba todo bien y el rubio simplemente agradeció y sonrió, no pudo esperar y se colocó el broche (prendedor) del pájaro en la camisa.
El pelinegro revisaba su celular y aprovechó que Hizashi estaba distraído, apreciando su broche, para tomarle una foto, fue muy rápido para que no se diera cuenta.
Dirigiéndole la mirada el rubio a pelinegro se abalanzó a él, abrazándole y sonriendo, agradeciendo nuevamente se separó. Aizawa estaba complemente en blanco, sin embargo negó con una mano, no le había dado tiempo de guardar su celular y se lo quedó en la otra mano.
— No es nada Zashi, además está lindo ese broche. — Aprovecho para guardar su celular.
— ¡YEAAH! It's beautiful!

Los amigos nuevamente se reunieron y caminaron hasta la salida del centro comercial, platicaron un rato y se tomaron unas cuantas fotos. Si, se terminaron todos los dulces también, excepto los de Oboro, los seguía teniendo guardados en su mochila.

Le surgió una llamada a Nemuri y era Yu preguntándole si ya iba para donde ella y esta contestaba que si. Observando el cielo mientras guardaba su celular se apresuró en irse.
— Oh cielos... Está por llover, me retiro chicos, tengo que ir con mi amada. Muchas gracias por el buen rato, los quiero. — Les lanzó besos con la mano mientras se retiraba a su respectivo automóvil. — ¡PÓNGANSE LOS BESOS DONDE QUIERAN!

¿Qué siento por ti? | EraserMicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora