Intermedio: Una fiesta nocturna.

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Sus mejillas se ruborizaron y se sintió tonto al pensar tanto en ese Dobe. No podía enamorarse de él.

¡Dios, eran hombres!

¡¡No podían!!

Pateó una piedrecilla que estaba enterrada en la arena con mucha fuerza. Esta cayó al agua haciendo miles de ondas que se agrandaban más y más hasta desaparecer nuevamente.

Por alguna razón estaba molesto. Miró el frente, topándose con la isla donde sus compañeros debían estar cumpliendo la actividad.

Entrecerró los ojos de inmediato. Algo dolorosa se había sentido en su interior, algo punzaba su pecho, y el dolor aumentaba...

Sasuke cayó arrodillado sobre la arena, respirando con dificultad y sin un alma que le socorriese.

Terminó desplomándose de cara al suelo y apretando sus nudillos por la intensidad del malestar.

¿Qué estaba pasando?

¿Por qué sentía morirse?

Respiró calmadamente intentando tranquilizarse, pero el malestar no cesaba.

¡¡Sasuke!!

¡¡¡Sasuke!!!

¡¡¡¡Sasuke, te necesito!!!!

¿Me oyes,Teme?

¡¡¡¡¡Quiero verte!!!!!

¡¡¡Ahora, Sasuke, ahora!!!

Sus ojos se abrieron de la impresión. Esos gritos en su mente habían parecido demasiado reales, la voz de su amigo rogándole ir por él... como si necesitara de su ayuda.

¿Ayudarlo en qué?

Tonterías-pensó. No creía en estupideces como esa, seguramente la fiebre que se había ido de él, estaba volviendo junto a cosas raras. Pensaba tanto en Naruto que no le extrañaba escuchar su voz.

Sin embargo, el ojiazul se escuchaba preocupado, asustado...

—¡¡Joder, joder, joder, joder... joder!!-repetía realmente molesto consigo.

Si, eran estupideces. Pero ahí estaba él. Se había escabullido de las miradas del personal y robado una lancha.

¿Por qué?

—¡¡¡¡Maldito, Dobe!!!!

Porque no podía estar tranquilo sin saber que su rubio amigo estuviera bien.

A pesar de sus nervios, había reunido fuerzas para hacer tal cosa. Con el seño más que fruncido llegó en cuestión de minutos, el moreno se mostraba algo desesperado y había acelerado el ritmo del pobre motor.

Una vez pisando el piso arenoso y con piedras enormes, se dispuso a internarse en la isla que no era "La equivocada". Si, estaba seguro que era esa isla donde sus compañeros llegaron.

Solo esperaba no perderse.

Cansado. El sudor adornaba su piel, el maldito sol estaba prácticamente sobre él a pesar de ser cubierto por los altos arboles de la zona. Algo malo, no había traído consigo ni siquiera una pequeña botella de agua mineral, como se arrepentía.

Odiaba la selva. Un par de ramas se habían osado dañar su nívea piel en la mejilla. La herida era pequeña y pronto se cerraría. Pero aun así... como detestaba todo eso.

Y lo hacía únicamente por él.

Una enredadera que estaba en el suelo, se extendía bien a lo largo. Sasuke miraba de frente y no tenía en cuenta lo que pisaba, su pie casualemente, encajó suavemente debajo de la planta. El ojinegro avanzó sin tener idea, la enredadera cumplió su propósito tomando su calzado a su alrededor.

KONOHA HIGH SCHOOL: REBELDES VS POPULARESWhere stories live. Discover now