CINCO

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Le costaba horrores aguantar las ganas de orinar, teniendo a Jimin durmiendo tan plácida y tiernamente sobre sí.

Sentía su, según él, perfume de bebé en todo su alrededor, su esponjoso cabello, y sus mejillas medianamente infladitas.

Era demasiado.

—Minnie, bebé— besó su frente—. Necesito ir al baño o creo que me moriré.

En risas somnolientas, el menor se quitó y volvió a soltar una carcajada cuando Jungkook salió corriendo.

Se acomodó en la gran cama, la cual ya conocía a la perfección; cubrió su cuerpo con las sábanas cubiertas con olor a su novio, y el sueño se le volvía pesado.

Pero aún así, no quería dormirse sin él a su lado.

—¿Te cansaste mucho?— volvió—. Planeaba ordenar algo de pizza.

—Hazlo si quieres; sólo tengo algo de cansancio.

—¿Y de qué te cansaste?, ¿Pensar en mí?

—Eso ya es costumbre, Hyung. No me cansaría.

—Entonces... ¿De mirarme?

—¿Por qué todo contigo?— se sentó de repente, haciendo que sus pelitos se paren y estén un desastre.

—Eres la cosita más hermosa que pude haber conocido— tomó sus mejillas—. No sé qué haces conmigo.

—Yo no sé cómo no te fuiste con alguien más, mírame.

—Eres perfecto, ¿Qué mierda estás diciendo?

—¡No digas groserías!

Rió—. Ay Dios. Déjame pedir la comida, ¿Quieres?

—Te dije que lo hagas; estás bien menso últimamente— se recostó de nuevo.

—Así me tienes, bobo.

—Isi mi tiinis, bibi.

Y es que no podía aburrirse jamás de Jimin.

Pasar tiempo juntos era un momento glorioso. Cada cosa que saltaba así de la nada podía con todo su ser.

Su corazón golpeaba muy fuerte en los últimos días; y es que la sensación que le daba tener a Jimin cerca, y la manera en que disfrutaban el contacto constante, era de locos.

En su cabeza no había nada más; sólo tal vez por eso se trababa al querer ordenar pizza, queriendo comer algo más.

Al volver a su habitación acomodando su sedoso cabello, con la idea de dejárselo crecer, vió a Jimin ordenando un poco la cama, la ropa en el suelo, y los libros en aquel escritorio.

—¿Qué estás haciendo, exactamente?

—¿Exactamente? Ordenando este desastre. Yo lo llamaría Park Jimin en la jungla.

No pudo evitar reír—. Como digas, pero no eres un empleado o algo parecido y es mí ropa— se acercó y le arrebató de sus manos—. No quiero que andes de metiche.

—¿Metiche?, ¿Dime tú qué cosas me puedo encontrar, que no haya visto ya?

Rápidamente se le vino aquella vez que Jimin encontró un preservativo.

Sabía lo que era, pero a la vez, su inocencia lo tenía en lo más alto de la ternura.

No paraba de chillar en el rincón, envuelto en mantas.

Justo en esa época cuando le comenzaba a gustar de más su pequeño "amigo".

—Nada extraño— lo acorraló contra la pared—. Pero no quiero que estés ordenando así nomás.

𝗛𝘆𝘂𝗻𝗴, 𝗘𝗻𝘀éñ𝗮𝗺𝗲   ☞ 𝗞𝗼𝗼𝗸𝗺𝗶𝗻  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora