Hoy no veremos salir el sol.

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Las 5 de la madrugada, empieza a sonar una corneta que hace escalas, al terminar comienza a sonar un tambor, es el denominado Merlú, el toque de batalla. El regimiento avanza hacia el bosque, la noche es clara donde las estrellas parecen faroles que iluminan en la inminente e impenetrable oscuridad, sin tanques ni aviones dicen que estamos muertos pero yo creo que no, hoy lo veremos. Entramos en aquel bosque, entonces se oye un silbido, y otro, y otro, todo el regimiento empieza a silbar una marcha funebre mientras avanzamos a traves de aquellos arboles que hoy verán otra batalla para recordar pase lo que pase.

De repente se oye un disparo, miro hacia los soldados cuyas caras son de sorpresa, ¿nos han descubierto? Decidimos seguir avanzando, no vamos a ceder ni un metro de tierra. De nuevo silencio en el bosque, continuamos avanzando, casi podemos ver a los alemanes durmiendo, de repente un grito en una lengua infernal acompañado de un disparo nos sorprenden, un grito sobresale de aquel albedrio:

-¡A sus puestos, soldados!

Puedo ver que los nazis vienen hacia nosotros, en su cara hay odio, fiereza, ganas de aniquilarnos en esta noche estrellada que pronto será manchada por polvora y sangre. A unos pasos esta el enemigo, comienza el intercambio de disparos con incidencia de granadas, el fuego empieza a aparecer en escena, las trincheras improvisadas del propio bosque poco aguardan ante el enemigo, disparo tras disparo, los nazis no pueden hacernos retroceder con sus armas, rapidamente se dan cuenta y se les oye gritar:

-Bringen Tanks und Raupen! (¡Traer los tanques y orugas!)

Por siguiente, aparecen tres tanques y dos orugas de los nazis, a lo que grita José Ramon como si fuera el Coronel:

-¡Acabar con esas putas maquinas antes de que nos maten!

Entonces me refriego los ojos para ver ese momento, Javi acompañado de tres o cuatro hombres se adelantan con fuego de cobertura hacia esos monstruos del motor mientras José Ramon sigue gritando:

-¡No paréis de disparar, acabar con esos bichos!

Disparo tras disparo, nos están haciendo retroceder, me giro para recargar munición, me fijo que estamos cerca del puente, en la cara de los demás soldados puedo reflejar la misma expresión que la de mi rostro, miedo, inseguridad...¡Explosión! Llegaron los aviones para la cobertura a los nazis y destruir la ciudad, entonces se oye otra explosión, ésta más fuerte, proviene de la ciudad ¡Ha caido un avión! Una inyección de moral para el regimiento, aunque los tanques han quedado inutilizados todavia los orugas siguen operativos, de nuevo se oye:

-¡Hay que acabar con esa ametralladora, soldados!

 Pongo mi arma en posición, apunto al cuello de un soldado nazi y..cae al suelo mientras de su cuello sale sangre disparada como los peces buscan el agua para vivir, de repente en mi cuerpo aparece un cosquilleo, unas vibraciones, sin pensarmelo dos veces salgo de las tricheras y me encamino hacia los alemanes con el grito de:

-¡Defender Fredericia como Linares!

Salgo en dirección hacia aquel Oruga que nos está haciendo estragos, disparo a todo lo que se mueve a mi alrededor, estoy enfrente del Oruga cuando oigo gritos:

-¡Bomba! ¡Bomba!

Alzo la cabeza, veo como un proyectil proviene del aire, rapidamente me resguardo debajo del oruga. A los pocos segundo una gran explosion retumba en el suelo, el oruga comienza a incendiarse, salgo rapido de aquellos bajos, entocnes una ametralladora comienza a dispararme, me giro para ver de donde viene, observo que el regimiento ha avanzado posiciones, me resguardo detras de un arbol. Los disparos sin tregua siguen, veo camaradas en el suelo malheridos, de nuevo un grito español se oye:

-¡Soldados, a por ellos! ¡Hoy no veremos salir el sol!

Como si de una avalancha se tratara, nos lanzamos todos hacia ellos, algunos soldados nazis huyen ante los gritos de sus superiores. Las ametralladoras y oruga parece que no pueden devolvernos a la realidad, el oruga es tomado a la minima sin resistencia, los disparos prosiguen, desde la ciudad las noticias son de tranquilidad, no hay intento por la mar de los alemanes, por aire no hay más aviones, solo queda por tierra vencerlos. Si acabamos con esas ametralladoras...Cojo el fusil, apunto al tirador y...¡fallo! Mecagüenlaputa. Otra vez, apunto y...¡en el casco! De nuevo repito el proceso, cargo, apunto, disparo...¡cayo! Me jaleo a mi mismo. Al minuto, un grito vuelve a oirse:

-¡Bandera blanca, bandera blanca! ¡Formación! ¡No disparen, repito, no disparen!

Regreso a la posición del Regimiento, adelantan posiciones José Ramon y Bobadilla mientras muchos soldados me señalan y le indican al coronel que vengo. Bobadilla se dirige hacia mí y comienza a decirme en un tono serio:

-¿Cual es su nombre, soldado?

-Si le dijera mi nombre, coronel, se desmaya. -Contesto con una sonrisa picara. Todo el regimiento rie mi gracia, de nuevo insite el coronel.

-Le exigo que me diga su nombre, soldado.

-Dejesmolo para después, coronel, vayamos a ver que quieren esos malditos nazis. -Respondo intentando soportar no soltar una sonrisa delatadora, observo que el acepta rechistando.

Nos encaminamos hacia el encuentro con los alemanes, durante el camino noto como José Ramon no para de mirarme, decido darle una pista de quien soy:

-Eh, tú, deja de mirarme o te baño en sangre.

 Suelta una pequeña sonrisa que es acompañada con la mia, nos acercamos a la posición adelantada de los nazis.

-Heil Hitler!

-Que pasa. -Salto yo con tono despectivo.

-Señores, el führer ha sabido de mano nuestra que habéis combatido valientemente, por eso os hace una oferta: salir por mar en nuestros barcos hasta España sin ser arrestados ni fusilados.

-General, agradecemos sus palabras pero digale a su führer que Fredericia es nuestro Linares, la defenderemos hasta que nadie este en pie.

-Le insisto, soldado, en que reconsidere la oferta, van a llegar refuerzos desde mar y aire.

-Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra.

Sentencio con esa cita tras su ofrecimiento, al instante cada uno vuelve a sus puestos, de nuevo empezara el rio de polvora y sangre hasta que sol oquede uno en pie.

La guerra que nos hizo hombres.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant