No me dejes

XXX

Luego de que Mart se fuera de su casa, ya que había ido a visitarla, Giselle se dispuso a llamar a Zhanda.

—Buenas tardes, señor Athana.

"—¿Qué quieres?"

Ella abrió los ojos sorprendida, sin entender porque él se oía molesto.

—Creo que mejor lo llamó en otro momento.

"—¿Sabes qué? No pienso responder ni una puta pregunta más por mensaje, ni por llamada. Si tú quieres continuar con la maldita biografía, ven a mi casa."

—Pero por qué-

"—Esa es mi última palabra, o lo aceptas, u olvídate de todo."

—Está bien, señor Athana. ¿Qué día y que horario le quedaría más cómodo hacer la entrevista?

"—Domingo, ocho de la noche."

—Está bien, entonces el próximo domingo, a las ocho de la noche, estaré en su casa. ¿Le parece bien?

"—Ni se te ocurra venir con tu NOVIO."

—¿Disculpe?

"—Lo que oíste, no quiero a nadie más, sólo seremos nosotros dos."

—Señor Athana, desde que lo conozco, no hemos sido más que nosotros dos en nuestras reuniones. Le recuerdo, que la única vez que hubo una tercera persona, fue cuando llegué de improvisto a su casa, y le pedí disculpas por eso.

"—Ah, ahora lo entiendo —pronunció entre dientes—. Estás haciendo todo esto porque me encontraste en la cama con esa mujer."

—Realmente, no sé de qué habla. Lo que usted haga, a mí no me-

"—No seas inmadura, Giselle, acepta que volviste con tu ex, por el simple hecho de sentirte remplazada conmigo. —la interrumpió."

—Señor Athana, usted está-

"—Deja el maldito jueguito de llamarme usted. Creí que eras más madura, profesional, y sólo demuestras ser una chiquilla estúpida. ¿Quién diablos puede volver con su ex? ¿Quién puede ser tan inmadura para aceptar ser una cornuda consciente? ¿Pero qué más se puede esperar con diecisiete años? No sabes ni-"

—¡¿Y qué mierda haces hablando con una adolescente inmadura como yo entonces, Zhanda?! —le gritó ya harta—. Te crees saber todo, te mofas en mi cara de algo íntimo que te conté ¡Porque creí que podía confiar en ti! Y así me pagas, burlándote. Pero ¿Sabes qué? Tienes razón, soy una estúpida, y no por "volver con mí ex", sino por haber viajado doce horas, a un lugar que no conozco, para encontrarte en la cama drogado, ebrio e inconciente con una mujer cualquiera... Espero que ella sí se preocupe de verdad por ti, yo no fingí nada, pero quizás ella si sepa jugar bien tu juego.

Giselle cortó la llamada, sintiendo un nudo en la garganta, y sus ojos cristalizados. ¿Quién se creía qué era para tratarla de ese modo? ¿Para decirle todas aquellas cosas? ¿Para creer que la conocía?

Por eso jamás hablaba de su vida privada, para que luego las personas como Zhanda, no pudieran utilizar aquello en su contra.

Y al final tenía razón, era una estúpida, pero por haber confiado en él.

***

Zhanda se pasó una mano por el cabello, y luego lanzó el celular contra el sofá... Tal vez se había pasado al decir aquellas cosas.

Quizás tendría que haber medido un poco su enojo. Ni siquiera sabía porque había reaccionado de esa manera.

Y estaba seguro que Giselle no iba a responderle al teléfono ahora. ¿Cómo iba a disculparse entonces?

—Que estúpido —gruñó.

Sólo se había dejado llevar por un arranque de... Ira, sí, ira, porque él no era celoso.

Ni siquiera sabía que eran los celos.

...