FINAL: Siempre fuimos nosotros

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Joaquín POV

Sus ojos se abrieron de golpe con su cuerpo tensándose en la camilla en un impulso por levantarse, alcance a tomarle del brazo impidiendo que lo hiciera y su mirada se enfocó en la mía soltando un suspiró pesado, le dedique una sonrisa sincera estirándome para acomodar de vuelta sus almohadas y bese su frente tiernamente.

― ¿Qué paso? ―suspiré tomando su mano entre las mías y llevándola a mi mejilla, aun cuando los doctores habían dicho que era una herida superficial y que despertaría en cualquier momento, las horas que habían pasado desde el disparo hasta ver sus ojos mirándome de nuevo fueron las más largas que recordaba haber pasado en mi vida.

―Después de que te le fuiste encima a Carter, trataste de quitarle la pistola y él disparó. ―murmuré con la voz ronca después de haber llorado en brazos de todo el mundo en la sala de espera, mi familia, Niko y Carlos, todos esperaban a que mi castaño despertara haciéndome compañía hasta que me dejaron pasar a verlo. ―La bala de alcanzó, pero según los doctores es superficial y vas a estar bien. ―susurré sintiendo el nudo en mi garganta de nuevo, él intento levantarse una vez más y negué firmemente. ―Debes descansar.

― ¿Dónde está él? ―musitó con la voz contenida y fruncí los labios.

―La policía llegó justo después del disparo y se lo arrestaron, ni siquiera puso resistencia, se volvió loco cuando se dio cuenta que te había disparado. ―murmuré recordando los ojos desenfocados de Carter y su rostro bañado en lágrimas gritando el nombre de Emilio. ―Está detenido ahora, los oficiales tomaron mi declaración, la de los hombres de seguridad en la entrada al edificio y dijeron que vendrían a hablar contigo en cuanto estuvieras mejor, pero los padres de Carter ya llamaron a un abogado.

―Se metió a nuestro apartamento, te amenazo con un arma y me disparó, la policía no puede ignorar todo eso. ―murmuró mirándome preocupado, pues mis ojos se habían desviado al decir lo último, Carlos nos había conseguido un abogado en cuanto se enteró que ellos tenían uno, pero estaba claro que iban a usar la enfermedad de Carter para disminuir los cargos lo más posible.

―Él está enfermo, sus padres le dijeron a Carlos que era bipolar cuando entro a trabajar con ustedes, pero aparentemente también está diagnosticado con desorden de personalidad y su abogado está apelando a que lo que sucedió fue culpa de su enfermedad y la falta de medicación. ―murmuré frustrado. ―El oficial a cargo me dijo que van a realizar las pruebas necesarias para dictaminar si esos diagnósticos son reales, pero si resulta ser cierto, es casi seguro que lo hagan pasar un tiempo en un psiquiátrico como pena máxima.

―Llamaré a un abogado. ―exclamó molesto levantándose de nuevo, negué una vez más empujándolo cuidadosamente a la cama y su rostro se contrajo de dolor.

―Tranquilo, Carlos ya llamó a un abogado, está haciéndose cargo ahora. Tú solo tienes que enfocarte en recuperarte. ―susurré acomodando las almohadas una vez más. ―Los oficiales dicen que podemos pedir una orden de alejamiento e incluso si no va a la cárcel, tendrá los delitos en su historial. Sé que es frustrante, pero al final, está enfermo, es mejor que vaya a un lugar donde recibirá ayuda, que a una prisión donde seguramente no tendrá ni siquiera sus medicamentos.

―Joaquín, te apunto con una maldita arma. ―murmuró regresando a su puesto en la cama, el lado sobreprotector de Emilio siempre salía a flote y esta vez no podía llamarlo exagerado, Carter era un peligro para nosotros mientras siguiera obsesionado con él. ―No puedo dejarlo pasar, pensé lo peor cuando te vi ahí llorando. ―su voz temblorosa me recordó mis propios temores y terminé sentándome en la orilla de la camilla, tomando su mano entre las mías para recargarlas en mi regazo.

―Te vi desvanecerte en mis brazos, tu rostro se puso pálido en un instante y no podía ver la herida, se me fue la vida entera solo de pensar que fuera grave y la posibilidad de perderse se hizo una realidad. ―murmuré esforzándome para no volver a llorar, desde que me dijeron que estaría bien y nos dejaron solos en la habitación no dejaba de darle vueltas al asunto.

Mi ExWhere stories live. Discover now