Capítulo 7 Quiero encontrarte

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Simplemente salí corriendo de Brainium Palace, estaba exaltado, las pocas personas que pasaban a mi lado me miraban como si se me hubieran soltado todos los tornillos de la cabeza, nunca esperé tremenda revelación, aquel extraño hombre igual de Ciudad Moral tenía razón respecto a ese lugar, ahora si necesito ver a mi madre se cómo era, sé quién es, sé realmente quien soy y cómo llegué aquí, si, debería estar molesto con quiénes me sacaron a la fuerza del hogar donde creí pero eso me da lo mismo si puedo ver a mi madre y abrazarla con la misma fuerza e intensidad de como lo hacía cuando yo era un niño. Comenzando a caminar a pasos rápidos por estas calles, miraba la hora en un telereloj eran las 13:58, el cielo no indicaba eso porque se veía mucho más claro pero bueno, es hora de apresurarme para poder encontrarla, mamá, quiero encontrarte.

Caminé por unas cuantas cuadras, por unas cuantas calles más y a lo lejos divisé algo que me llamó demasiado la atención, era un enorme pilar ¿acaso será posible? ¿será que estoy cerca? Olvidé por un momento la poca cordura que me quedaba y comencé a correr, ignorando a las personas que pasaban, pasé a chocar un par de ellas pero no miré atrás, no era el momento de detenerme a pedir disculpas necesitaba saber si aquello era lo que creía. Sin previo aviso y como estaba corriendo a toda velocidad tropecé con una grieta en la tan quebrada vereda y caigo al suelo con mucha fuerza, lo primero que pensé era "joder que vergüenza ahora todo vieron esto", alcé mi mirada algo apenado pero noté que estaba todo casi vació y que las pocas personas cercanas estaban atento a otras cosas, así que me levante me limpie un poco el polvo de la ropa para alzar mi miraba y allí estaba, no lo podía creer, era exactamente igual a como lo recordaba. Aquel pilar, tan alto, que parecía tocar el cielo, era uno de los decorados de... ¡De plaza 23! Debes estar bromeando, ahora todo tiene sentido, por algo este lugar se llama Meridiano 23, como pude ser tan idiota y despistado, bueno eso me pasa por tener casi siempre mi cabeza en la luna. Aquí crecí, y recorrí con mi madre durante 12 largos y hermosos años, no lo podía creer.

Mi corazón latía a mil por hora, todo estaba tan cerca, y unas cuantas lágrimas de felicidad se deslizaban por mis mejillas, estoy en mi hogar, caminé hasta el centro de aquella plaza y vi aquella pileta que miraba de pequeño, ver como el agua paseaba por toda su extensión, no había cambiado en nada se veía intacto, no como yo que estaba ya más adulto y más destrozado por todo lo que he tenido que vivir hasta ese momento, todo lo que tenido que soportar. Acerqué mi mano para tocar el agua, aquel frío líquido entrando en contacto con mis manos se sentía como una montaña de emociones, felicidad, tristeza, enojo, desespero, ansiedad, todo al mismo tiempo mientras también acerqué mi otra mano para sacar un poco de dicha agua y mojar mi la cara, y así confirmar que esto no era un sueño porque eso era lo que parecía, al sentir aquel frío, aquella humedad me doy cuenta que todo esto es real, en serio estoy en mi añorado hogar, solté una enorme risotada de mucha felicidad al igual que las lágrimas no dejaban de caer, de pronto me percaté que una pareja de ancianos me miraba como si yo estuviera loco, pero si supieran el por qué estoy así pensarían diferente, volví a recuperar un poco mi compostura y comencé a hacer memoria y así recordar cuál era el camino para volver a la casa de mi madre, ya quiero verla, ya quiero encontrarla. Miré a mi alrededor y recordé un árbol, que marcaba la entrada y la salida cada vez que veníamos a este lugar con mi madre, lo divise a mi izquierda, claro estaba sin hojas, pero era ese árbol, así que supe que ese era el camino que debía tomar para lograr mi objetivo.

Muchos kilómetros he caminado, el recorrido cada vez llena de alegría y paz a mi lastimado corazón, las tiendas y pequeñas casas que miraba de pequeño o ya no existían o fueron remodeladas totalmente por el Jefe Supremo y su gobierno, ahora se ven mucho hábitats, y paredes enormes con cárteles que muestran todo el progreso que están haciendo, yo la verdad no sé si alegrarme por aquello o odiarlos por haberme alejado de mi madre, creo que es una relación amor/odio con éste gobierno, pero me da igual ahora solo quiero terminar este recorrido para llegar al lugar de mi niñez.

No lo puedo creer, los parajes grises que tanto amaba de pequeño ahora son de color verde, está todo tan diferente, todo tan alegre o al menos así pareciese mostrarse y entonces allí la veo, la villa en donde crecí, en donde estaba mi hogar se veía tal cual que aquella noche, no me pude resistir y como si fuese un niño pequeño corrí con mucha más velocidad gritanto con todos mis pulmones "¡Mamá soy yo he vuelto! ¡Mamá mamá dónde estás por aquí estoy!", ya cansado de todo el esfuerzo que hice para llegar a mi antigua casa puesto que yo no corría desde hace ya mucho estuve frente a la puerta con un enorme nudo en la garganta, nervioso y lleno de ansiedad y golpeé la puerta muchas veces hasta que por fin noté como se iba abriendo lentamente, con cada segundo que pasaba mi ansiedad no daba más y una vez que se abrió por completo, una señora extraña estaba del otro lado, ¿qué carajo está pasando ahora? Pensé, y entonces comenzó a hablarme:

-¿Qué necesita el joven? Que golpea con esa desesperación la puerta de mi casa.

¿Su casa? Pensé inmediatamente, no entendía qué estaba pasando si era mi casa, mejor dicho la casa de mi madre, intentando no mostrar mi frustración y con toda mi compostura decidí responderle:

-Lo siento señora, no quise golpear de esa forma la puerta, pero no logro entender, es que déjeme explicarle, en esta casa crecí yo, junto a mi madre, he viajado desde muy lejos para poder verla pero no entiendo por qué está usted aquí...

-Así que usted es el hijo de la antigua inquilina.

-Si, ¿me podría decir donde está ella?

-No lo sé joven la verdad, se que en esta casa vivía una mujer con su hijo antes pero yo no le compré la casa, me la entregó el gobierno una vez que me jubilé no tengo idea donde puede estar su madre.

-No puede ser, no puede ser.. He hecho todo este viaje por nada, señora por favor no me mienta, no puede ser cierto lo que usted me está diciendo, así que de una vez dígame en dónde está.

-¡Qué no lo sé, y no me hable en ese tono en mi propiedad! O me veré en la obligación de llamar a las autoridades.

Luego de eso no podía aguantar todo el enojo y frustración, además de la enorme tristeza de enterarme de aquello, entonces de pronto recordé algo mis últimas esperanzas.

-Señora disculpe, quisiera pedirle una cosa, ¿me podría dejar pasar a...? ¿Su casa? Creo que hay algo que dejé allí cuando me fui, se lo pido por favor..

Aquella señora me miró, quizás se dio cuenta de mi dolor, o de mi desilusión no lo sé pero accedió a dejarme pasar unos minutos, se que no debí gritarle ella no tiene la culpa de esto, obviamente le agradecí una vez que entré al inmueble y era tal cual lo recordaba, tal cual se mostraba en Brainium, con permiso de la señora subí al segundo piso y allí estaba en éste tiempo nadie se dio el tiempo de revisar aquella abertura tras el lugar de la cama, de mi cama de cuando era pequeño... Y saqué una pequeña cajita, me senté unos momentos para poder abrirla y sacar algo que el tiempo ni el gobierno me ha podido arrebatar, la única foto que tenía con ella.

-¿Todo bien joven? -la señora preguntó desde el marco de la puerta.

-Supongo que sí, al menos podré verla a ella con esta fotografía, no era lo que estaba buscando en realidad pero creo que debo conformarme.

-Lo entiendo, yo igual sé lo que es perder un hijo, yo pensé que nunca más vería al mío, hace poco el se fue, fue hermoso haberlo visto luego de tiempo, me vino a ver porque logró recuperar sus recuerdos y también me contó que será mudado a Ciudad Real y que por estar allá tendrá el privilegio de venir a verme las veces que el quiera. Oh disculpe por contarle esto quizás es inadecuado pero ¿le digo una cosa?, si mi hijo pudo encontrarme usted igual puede, tiene la foto, tiene sus recuerdos debe seguir buscando y no pierda la esperanza, no todo está perdido en este mundo mi estimado joven.

-Esperanza dudo que me quede, pero le agradezco sus palabras señora y gracias por dejarme entrar a lo que fue mi hogar, en serio le digo gracias. -hice una pausa para poder levantarme y acercarme a ella para poder despedirme- Quisiera pedirle una última cosa si, cuide esta casa, cuide este hogar, no quiero que nada malo le suceda y si la vende o algo por favor que el dueño haga lo mismo.

-Por supuesto que lo haré, sabiendo que este lugar le importa a alguien no dejaría que algo malo le suceda.

Luego de eso estrechamos nuestras manos y me retiré de su hogar, con una nueva herida en mi corazón y conteniendo mis lágrimas mientras miraba aquella única foto, el último recuerdo vivo de mi madre, creo que nunca podré verla de nuevo.

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