EL AMOR DE UNA ESTRELLA ES INFINITO

CAPITULO LVII. ESTRELLAS

Chaos estaba sentada en su trono en aquel agujero negro que le brindaba la protección que necesitaba, estaba frustrada por aún estar lastimada, realmente no comprendía porque; levantaba su mano, había una cicatriz en ella, pálida pero aún visible. Se dejó ir, recordando cómo su mano había sangrado y quién le había ayudado, pero también recordaba con dolor como aquella cicatriz había Sido formada.

Si cabeza comenzaba a dar vueltas, durante su encierro sólo podía crear una y otra vez todo aquello que había vivido, como los hermosos y bellos ojos de Astreo la veían con dolor y compasión mientras clavaba la pequeña navaja en la palma de su mano, todo para tratar de detenerla y que no le hiciera más daño a su hermana quién ya estaba sangrando; le había suplicado detenerse, había miedo en los azules ojos que la veìan, pero también una enorme determinaciòn para haberle clavarle aquella navaja en la mano, recordaba cómo se alejaba, primero unos cuantos pasos, la mirò una última vez antes de caer al suelo; la navaja que momentos antes tenìa clavada en la palma y que la detenìa a la pared detràs de ella, entraba directamente en el vientre de Astreo, logrando que comenzara a sangrar demasiado, sus finas ropas se veìan empapadas de aquel rojo y vital líquido, su hermana con angustia se arrodillaba con làgrimas en los ojos; ella habrìa tomado la ventaja de no ser por el poder que emanò en ese momento su hermana al gritar adolorida, lo que habìa ocasionado que Nyx volviera a la pared y se golpeara fuertemente. Su hermana se levantaba, habìa dolor, un dolor inmenso en sus ojos, sus manos llenas de sangre de Astreo, levantaba sus manos y junto a Astreo comenzaban a pronunciar aquellas palabras prohibidas, palabras que en aquel momento no comprendiò su poder y significado. Despuès de aquello todo fue negrura, ella flotaba en un espacio negro sin salida, llena de ira gritò hasta cansarse y dejándose ir por aquella negrura, en ocasiones planeaba su venganza, pero la mayor parte del tiempo se enfrascaba en sus recuerdos con Astreo.

En ese momento una especie de aguja atravesò su pecho. Nyx abrió sus ojos con asombro y se levantó alterada del trono tratando de encontrar el origen de aquella luz. ~No puede ser...eres tú? Decìa desesperada Nyx mientras trataba de nueva cuenta de rastrear el origen de aquella fuerza que la habìa atravesado en manera de advertencia; pero el universo permanecìa en calma, una muy inusual calma que la inquietò.

~Castor! Gritaba frènetica Nyx. pero nadie respondìa, podìa sentir su presencia levemente, asì que decidiò buscarlo.

Al materializarse en Ogle-2005 y llegar al punto exacto dònde Castor se encontraba, podìa ver manchas de sangre secas en el piso, una lámpara rota y Castor tumbado a medias en la cama, no podìa sentir la presencia de Venus ni de Healer; Nyx apretò las manos con ira mientras se acercaba lentamente a Castor y se sentò en la cama a un lado de èl.

~A ti también te engañaron no es asì? Por eso pude entrar tan fàcil en tu cabeza...duele que te engañen...que se burlen de ti...pero sobre todo duele estar solo en la lucha...te ayudarè a vengarte...y tu me ayudaràs a vengarme de aquellos que se han burlado de mi...hoy màs que nunca estoy convencida de que Astreo reencarnò en una guardiana...Decìa Nyx con una expresiòn ausente. ~esa que me encontrè en el plano astral... bastante astuto de tu parte Astreo...pero la batalla final se acerca...y no dejarè que me encierren...no de nuevo...esta vez sufriràn con algo màs doloroso que la muerte.