Scars - Jenlisa

Capítulo 17+ II (Chaesoo)

Rosé era la niña de papá, el tesoro de la familia al ser la única mujer y por tanto, constantemente seguida y protegida por todos. Todos los días, Rosé era llamada ya fuese por su madre, o su padre, o sus abuelos. Ese fin de semana no era la excepción, y con tal de pasar un buen momento con su novia, habia mentido diciendo que estaria estudiando en el dormitorio de Irene junto a Jennie, incluso se habían tomado fotos con distinta ropa, sólo por si acaso)

¿Cómo iba ella a explicar que estaba en una isla en lugar de en el campus? Eso sin contar que estaba con su novia a la que había conocido hace dos meses (y como extra, era su alma gemela). Jisoo había incluso hablado con Rosé sobre invitar a cenar a los padres de la mayor para presentarse formalmente como su novia y empezar las cosas con el pie derecho, finalmente optando por esperar un poco y unir algunas piezas faltantes en su relación (además de longevidad).

Se encontraba sentada en una hamaca, fuera en el balcón que tenía la habitación en la que se habían hospedado, observando su móvil. Usaba un camisón azul. Y unas panties negras de encaje. Nada más. Jisoo había entrado hace más de media hora a la habitación para intentar llamar a Lisa, sin lograr nada aparentemente. Decidió entrar para ver si había pasado algo.

—Bebé —preguntó en voz baja— ¿Pasó algo?

–No entran mis llamadas. Tendrá el móvil en silencio o algo, quizá después la llame.

Parecía que no importarle mucho, pero Rosé conocía cada gesto de su novia y sabía que no estaba del todo satisfecha con lo que acababa de decir. Optó por no mencionar nada.

–Quizás, corazón. ¿Quieres salir hoy?

La rodeó con los brazos, acercándola a ella para que el estómago de la mayor quedara frente a ella, hundiéndose en él. Rosé comenzó a acariciar la cabeza de la menor.

–¿Quieres que llame a Jennie? Por si pasó algo...

–¿Qué puede saber ella? Apenas te habló a ti, dudo que haya hecho algo con Lisa.

–¿Qué tal a Mina?

–Cariño, déjalo. Más tarde veré, se supone que este fin de semana es para nosotras ¿no?

Rosé asintió sonriendo, un poco confundida. El rostro de Jisoo mostraba cierta inquietud, algo estaba pasando y quizás su novia lo estaba sintiendo. En un intento de hacerle sentir mejor, Rosé se sentó sobre ella. Jisoo la observó, olvidando todo al sentir la piel de su novia contra la suya.

Los pulsos se aceleraron, sus cuerpos vibraban y pedían más roces. Los besos que solían tener eran fuera de lo normal y, ¿Cómo no iban a serlo si eran almas gemelas? Las pulsaciones aumentaban y ellas seguían en la misma posición, mirándose a los ojos.

La conexión entre ambas era tan perfecta que no necesitaban palabras.

Sin pensar, Jisoo rozó con su mano el mulo de Rosé, liberando chispas entre ambas, perdiéndose entre ellas aún más. La mayor se acercó aun más a la pelirroja, haciéndole sentir el encaje de sus panties sobre su pierna, La mano de la menor seguia subiendo, hasta finalmente llegar a las benditas panties de Rosé.

—¿Bebé? —llamó la menor. Jisoo respondió con una mirada fija y pura. Sus ojos resplandecen y aunque no había dicho nada, Rosé entendía el mensaje perfectamente Tomando del cabello a la pelinegra para quedar cara a cara, rozando sus labios, dijo:— Quiero ser tuya.