Capítulo 14

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Rosé la sacaba de quicio. Rosé también la sacaba de apuros. Rosé la ayudaba, aunque fuera la más idiota al comportarse y ella lo sabía. Tardó en darse cuenta de lo que había hecho. Habló con Rosé durante un montón de tiempo para ponerse de acuerdo y al corriente con los temas de las últimas dos semanas, quedaba aún una semana antes de los primeros exámenes y gracias a Rosé se dio cuenta de que seguía en equipo con Lisa, teniendo que mostrar un avance de su proyecto a cambio del derecho de tomar ese dichoso examen.

Claro, eso si Jisoo no movía sus deditos para cambiar eso a favor de Lisa. Las palabras de Rosé resonaban en la cabeza de Jennie. Aún no estaba cien por ciento segura de lo que iba a hacer. Aún había miedo de acercarse a Lisa, pero su amor era más grande que su miedo. Había un pequeño problema, y era como Rosé le había advertido:

''Lisa ya no te pertenece; ya no puedes enojarte con ella. Para ella, no tienes derecho a celarla, a prohibirle algo, ya no tienes poder sobre ella.''

Estaba claro que le rompió el corazón con aquellas palabras, pero era probable que ella misma hubiera roto el de Lisa un millón de veces más y más fuerte. Se había enterado entre los pasillos que Lisa era tutora de otra chica en clase de Solfeo. Decidió salir después de la penúltima clase, de esa manera podría ver por algunos segundos a la menor.

Lisa estaba radiante, hablaba con la chica de la que era tutora desde hace ya algunos días. Jennie disfrutaba mucho verla, aunque no lo aceptase. Disfrutaba ver su preciosa sonrisa que hacía que su nariz se arrugara. Justamente ese lunes, Lisa le devolvió la mirada, haciendo que Jennie se sonrojase, se miraron por al menos diez segundos, en los que Jennie pudo ver el dolor que Lisa aún tenía. Cuando los diez segundos terminaron, la menor dirigió su vista al suelo y se fue. Se desanimó un poco, pero sabía de antemano que eso iba a suceder y que no sería la primera vez.

En la clase de Instrumento también estaba sola, pues Irene igualmente había aplicado la ley del hielo. No valía la pena intentar acercarse, pues Joohyun siempre encontraba la forma de alejarse. Tomó asiento en su lugar habitual, diez minutos antes de que la clase diera inicio. Se perdió visualizando su agenda, hasta que alguien la sacó de sus pensamientos.

–¿Muchas cosas por entregar? –preguntó la castaña mayor, sonriéndole levemente. Jennie la miró de reojo.

–Un montón –dijo, cerrando el pequeño cuaderno–. ¿Ya terminó mi castigo? –preguntó, refiriéndose a que tanto la castaña como Rosé habían decidido hablarle de nuevo. Irene rio– ¡Descarada!

–Te mereces mucho más que dos semanas.

–Estoy muriendo por saber cómo se pusieron de acuerdo las tres. Seulgi ni siquiera me mira.

–Seulgi no ve a nadie que no sea yo. –respondió al instante la más alta.

–No seas celosa, no te la quiero robar. –afirmó entre risas la menor, recibiendo un golpe en el hombro de la castaña clara.

–Que no se te pase por la cabeza traicionarme de esa forma, Kim Jennie. –amenazó la menor, mirándola con los ojos entrecerrados.

–Ya tengo alguien de quién preocuparme, Irene, no necesito a tu acosadora también. –dijo entre risas.

–¿Te conseguiste a alguien o estás hablando de Lisa?

–No me puedo conseguir a alguien, Irene, pensé que eso había quedado claro. Mi destino siempre será Lisa, lo quiera o no. No puedo amar a alguien que no sea ella.

–¿Estás diciendo que la amas? –preguntó Irene, con una sonrisa pícara. Jennie suspiró y asintió.

–Es mi alma gemela, no puedo dejar de amarla. Jamás lo haré.

Scars - JenlisaWhere stories live. Discover now