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3 días antes de la escapada.

—Apenas empezamos las misiones, no seas tonta.—espetó Cinco en el callejón de la par de su hogar.

—No para de verme cuando me ducho, ¿Qué clase de padre hace eso?—

Iris estaba notoriamente agraviada por la actitud de su padre, eran horas de la madrugada cuando la chica corrió a la academia con una guerra en su mente para rogarle que se fueran antes de lo planeado, Cinco cerró los ojos y masajes su sien.

—Depravado...—murmuró apretando su puño.

—No quiero ser una damisela en apuros, no quiero estropear nada, pero... Mierda, ¿Qué hago si ni siquiera puedo descansar en mi propia habitación? Sabiendo que puede hacer lo que quiera..

—¡No lo digas!—Cinco no podría ni imaginárselo—Los dos estamos conscientes de lo que puedes hacer—subió la mirada a la altucha, era tan intimidante que ella solo pudo bajar la mirada.

—Me lo ha dado todo, no le podría tocar ni un pelo...—la voz dulce que esta tenía se entrecortó, pero tomo una bocanada de aire para no soltar ni una lágrima.

—Ese es tu problema, Iris sabes mejor que esto...—tomo su mano con algo de fuerza, la mano de ella estaba fría y temblequeaba, Iris lo vio de nuevo.

—tomo su mano con algo de fuerza, la mano de ella estaba fría y temblequeaba, Iris lo vio de nuevo

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—Por favor...—un hilo de voz salió de sus finos labios—, unos días antes, s-si quieres me puedo adelantar...

—Esta bien—la interrumpió de nuevo para calmarla—, yo te seguiré. Te lo aseguro.

La coraza que Cinco tenía con el mundo en general estaba desvaneciendo, bueno, con ella. Iris se apresuró a abrazarlo, con lágrimas en el borde de sus preciosos ojos, el azabache se impacto con la fuerza que ella lo tomaba, no tuvo de otra más que regresarlo.

—Yo sé que sabrás encontrarme...—el tierno siseo hizo que los pelos se le pusieran de punta y un carraspeo sonó en la entrada del callejón—.

Iris se separó de inmediato y volteó su mirada a la pelinegra, su amiga querida, Dolores. Quien la apuraba con una ceja alzada y los brazos cruzados.

—¿Cuándo?—preguntó Cinco firmemente.

—Yo te lo haré saber.—dijo caminando hacia atrás.

Las pisadas de sus tenis llegaron a la chica, la cual raramente le hacía un favor como este, simplemente acompañarla a casa. Sana y salva. Cinco seguía con el ceño fruncido, al ver que ambas se disipaban en la noche, se transportó a su habitación en un pestañeó. Siempre con un plan en mente.

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Iris estaba en busca de Cinco, extrañada porque no la llamo ordenándole algo o gritándole que se apresurara. Bueno, para encontrarlo debía pensar como él, supuso. ¿Dónde estaría un viejo amargado de 58? Tuvo muchas ideas, unas muy buena y otras pues... bueno, solo no. ¡DING DING DING! ¡Claro!, el bendito ojo.

Wonderwall ❚ Number Five ❝The Umbrella Academy ❞ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora