入学

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Hizashi lo cargo en brazos aún bostezando, sus cabellos morados todavía revueltos le picaron la mejilla mientras lo cargaba al baño. Tenía puesta una pijama con gatitos impresos de dos piezas y de un material ligero que reemplazaron por un suéter amarillo con un gato sacando la lengua y un pantalón corto azul marino, un atuendo que el mismo niño había escogido de su armario de entre muchos otros cuidando que estuviera perfecto y bien combinado, perfecto para su primer día en la nueva escuela. 

Era una suerte, pensó Hizashi, que las primarias no tuvieran que llevar uniforme fuera de ocasiones especiales y la ceremonia de entrada porque el niño se veía más seguro y animado por tener la opción de decidir pequeñas cosas como su ropa. 

Fue una sorpresa en su momento ver cómo el niño, su hijo, se transformaba en un torbellino de energía cuando se trataba de ir de compras; quizá era la nueva experiencia de gastar en una cantidad exagerada de ropa, o el hecho de ir a una plaza y comer un helado después, sea como fuese el niño saltaba entre ellos escogiendo playeras, suéteres y pantalones que ellos se encargaban después de seleccionar en la talla adecuada. 

Otra sorpresa grata fue descubrir que entre los dos el más susceptible a gastar era Aizawa, Yamada pensó por lo menos cinco veces en detenerlo cuando lo vio comprando el mismo conjunto pero en diferentes colores. ¿Por qué era tan importante que uno de los gatos estuviera cerrando un ojo en una de las playeras y en la otra no? Hizashi casi podía asegurar que la mitad de esas diferencias eran errores en el control de calidad de las fabricas y no parte del diseño. Cómo sea, lo que para él parecía incomprensible parecía ser lógico para los dos grumpy cats que tenía por familia. 

Ese día también tuvieron que ocuparse de comprar útiles, loncheras, una nueva mochila porque aunque Hitoshi estaba tan apegado a su pequeña mochila de gato las correas y el forro estaban a unos días de romperse. El gato se quedaría en casa para ser utilizada en ocasiones especiales después de sustituir la tela desgastada y las cintas. 

De eso ya hacían dos semanas, y hoy finalmente era el día, todos respiraron profundo al despertar esa mañana. Mientras Aizawa se alistaba él hacía lo propio con Hitoshi, de acuerdo a sus horarios su esposo tendría que salir una hora antes en dirrección a su trabajo mientras él se dirigiría primero a la escuela de Shinsō y luego lo alcanzaría.

Se tardaron un rato en conseguir peinarlo, el pequeño Hitoshi se depeinaba cada tanto cuando intentaba que su cabello saliera de su cara en la forma en que había visto a su mamá hacerlo antes. A Yamada se le calentaba el corazón sólo con ver el empeño que ponía en cada cosa para estar presentable, con un mohín en su cara seria, colocándose las calcetas y pasándose una toalla húmeda por el rostro.

—¿Ya están listos?—preguntó Aizawa viéndolos llegar al comedor, sentado frente a la mesa occidental que Yamada se había encargado de comprar cuando se mudaron porque: "Se ve extraño comer en el suelo en un departamento".  

—Sólo falta que desayune— indicó, Hitoshi se las apañó para subir a la silla a un lado de Aizawa, era como ver una copia miniatura con menos ojeras. 

El desayuno terminó pronto, ya en la entrada con los zapatos listos se despidieron con una mano mientras el de cabellos negros se perdía hacía el sur frente a la atenta mirada de Yamada y Hitoshi. La escuela estaba a sólo unas calles por lo que el niño podría ir y venir sin problemas con un pequeño grupo de niños, ya habían comprado el gorrito amarillo por si acaso aunque a Shinsō lo molestaba de sobremanera la idea de utilizarlo.

La escuela era grande, un poco mejor posicionada que la anterior, Yamada alcanzó a ver a algunos niños arribando aunque aún faltaban cerca de treinta minutos para iniciar clases. Yagi Toshinori estaba en la entrada, saludando a algunos niños que lo veían curiosos porque el director estuviera en la entrada de la escuela y no en su oficina. 

Había sido una bendición que un año antes hubiera decidido tomar el mando de la pequeña escuela primaria, aún cuando ocasionalmente impartía clases en la preparatoria a la que habían asistido los tres en el pasado y en la que ahora trabajaban Aizawa y él; su actitud enérgica siempre se había adecuado mejor a los niños, dirigir una primaria era según su criterio la mejor manera de moldear a los futuros jóvenes que harían grandes cosas por el país. Yamada no creía que tuviera que irse tantas generaciones atrás para generar un cambio, pero por el momento la ideología de su amigo les había caído como anillo al dedo.

No podían siquiera considerar hacer volver a Hitoshi a la escuela en la que se encontraba antes; el acontecimiento del mes anterior aún se sentía demasiado fresco, pensar en las madres de algunos de sus compañeros riéndose de su mamá teniendo un infarto aún hacía que la sangre de Yamada hirviera. Por lo menos, en la escuela de su compañero y amigo, podía estar seguro que su hijo estaría completamente a salvo. 

—¿Y a quién tenemos aquí?— saludó Yagi casi pasando de él para entrar en el campo de visión del niño con su sonrisa enorme. Hitoshi sostuvo ante la atenta mirada de los adultos las correas de su randoseru antes de contestar.

—Shinsō Hitoshi. Es un placer conocerlo, por favor, cuide bien de mí.— murmuró dando una reverencia corta. Yagi hizo lo mismo antes de dirigirse finalmente a Yamada.

— Me ocuparé de llevarlo a su salón así que puedes despreocuparte. Te avisaré en caso de que tengas que recoger al joven Shinsō— Yamada asintió, con una sonrisa se tentó a revolver el cabello morado para despedirse, pero al recordar lo que les costó aplacarlo antes desistió, en cambio sólo le dió un corto abrazo que lo dejó pasmado al sentir un pequeño beso en la mejilla.

—¡Mucha suerte! 

Grito cuando se recuperó de la impresión sólo para darse cuenta de que su hijo y su amigo ya se habían perdido dentro de la escuela.

Yagi-san:「¡Me alegro mucho por ustedes, el joven Shinsō parece muy inteligente! ¡Yo también me esforzaré!ヽ(`▽´)/」

つづく
(No es necesario leer a partir de aquí, son anotaciones, corre al siguiente capítulo ¡Vamos!)

Bueno, hola de nuevo~~
A los pocos que leen la historia (y sí, estoy teniendo mi pequeño ataque epiléptico de positivismo gracias al voto, estoy como: "¡Míralo! ¡Ahí está!") quería hacer este capítulo para aclarar qué se ha hecho acerca de la escuela de Shinsō, creo que es lo primero que se revisa cuando un niño cambia de casa o en este caso familia. (?)
El capítulo lo llamé de esa forma porque se refiere a la matriculación, además es una forma no tan específica de referirse al 入学式 que es en sí la ceremonia de entrada a la escuela, sin el último Kanji sólo dice entrada/ ingreso a la escuela. Es como una pequeña ceremonia implícita que hicieron ellos celebrando con dulces, helado y comprando ropa que al menos para Shinsō es más especial que el uniforme formal que se puede llegar a ver en los niños de primaria en la ceremonia... No sé yo me entiendo sjjsjs
Siempre imaginé que si Yagi Toshinori tuviera celular usaría despreocupadamente emojis y esas cosas.
La parte de Shinsō eligiendo su ropa lo saqué de mi hermano mayor cuando era niño, a mi mamá le encantaba verlo hacer eso~ yo nunca he sido cuidadoso en ese aspecto, pero pensé que Shinsō por la vida que le he dado en el fic y su personalidad en sí, sería así de metódico.
Por cierto, para los que vieron la palabra randoseru (ランドセル) en el fic y pensaron: "¿Ahora qué chingados está diciendo? Por si acaso la tuya también"; es la mochila (el tipo de mochila mejor dicho) que usan los niños de primaria (小学校) en Japón, lo tradicional es rojo niñas y negro niños, pero la verdad estoy pensando en ponerlo de otro color.
Sobre la mesa, siempre pensé que Aizawa sería de tener muebles más tradicionales aún viviendo en una ciudad, está muy adecuado al piso como para no dormir en un futón (?), y Mic me pareció el tipo de persona que se esforzaría demasiado por tener cosas más occidentales. También tecnología...
Les recuerdo que los niños en Japón suelen ir por rutas acordadas hacía la escuela, normalmente en grupos y usando un gorro amarillo para que no ocurran accidentes. Yagi se comprometió a llamar a Yamada en caso de que no tuviera un grupo para volver por la tarde.
Me extendí otra vez~~~ lo siento, eso es todo.

夢の外でWhere stories live. Discover now