Capítulo 28: Su fiesta

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Fue en ese momento en el que Popee sintió miedo. Espero que alguno saliera después de unos minutos, pero eso no pasó. Se sintió mareado, con ganas de llorar y de vomitar al mismo tiempo. Su estómago dolía de los celos, y su corazón parecía que fuera a romperse en cualquier momento. Subió al segundo piso para que los demás no lo vieran llorar cerca de las escaleras. Contuvo sus lágrimas, porque sabía que Alice no haría nada. Ella lo amaba, lo amaba tanto que dejó a los demás por él, no como Kedamono. Él nunca haría algo así. Por eso, Alice era a la que amaba. La quería a ella, solo a ella. ¿Y por qué no salía de es habitación? Se mordió el labio inferior, intentando contener aquellas emociones que sentía, pues no estaba acostumbrado a sentir emociones tan fuertes. Se llevó una mano al pelo, y siguió pensando que tal vez algo le había pasado a su novia. Rezaba para que estuviera vomitando, o llorando quizás, y que Matthew la estaría consolando. No quería pensar que ella lo engañaría.

La puerta se abrió y solo se vio a Matthew irse a la terraza del segundo piso a tomar aire. Popee lo observó de lejos, mientras se aseguraba que Alice seguía en la habitación, esperando que alguno dijera algo para saber qué había pasado. Quería entrar en la habitación y abrazar a su novia pero no podía hacer eso. Si lo hacía ella sabría que él había estado allí toda la noche, y que la había estado espiando por el maquillaje y peluca que llevaba. También podía hacerse pasar por un desconocido, sí, podía hacer eso. Se acercó a la puerta ya abierta y vio a Alice chocar con él. Fue un poco gracioso, pues ellos dos medían lo mismo, pero ese día Popee se puso plataforma para parecer más alto. Se sintió bien al poder verla y tocarla al fin, pero ella lo miró confundida. Después se fue corriendo de allí, con lágrimas en los ojos. Popee no entendía qué había pasado, y quería ir detrás de ella para preguntarle qué había pasado, pero escuchó a Scott hablar con Matthew sobre lo que acababa de pasar. Y escuchó todo lo que debía escuchar.

Fue entonces cuando sintió su corazón romperse. Se acordó de la primera vez que se rompió su corazón... Cuando su padre lo miró con total decepción al ver que no tenía ningún talento, al contrario que su hermana. Ella, que era cuatro años más pequeña que su hermano, encajaba mejor con el negocio familiar que él. La segunda vez fue cuando la vio ganar premios mientras estaba en casa, completamente solo, mirando la sonrisa de orgullo de su padre al lado de su hermana. Al menos, durante esos días, el chofer, Kim, siempre estaba a su lado para apoyarlo. La tercera vez, fue cuando vio a Kedamono alejarse de él. Pensó que no era lo suficientemente bueno, y al ver cómo su vida era tan bonita y alegre, decidió destruirla aunque fuera un poco. Eso solo empeoró las cosas. Él quería a Kedamono solo para él, pero este se fue, lo dejó solo, y le rompió el corazón. Ahora Alice, alguien en quién pensaba confiar plenamente al igual que ella lo hacía con él, le había sido infiel. Había sido solo un beso, pero de todas formas, no pudo evitar sentirse mal. Muy mal.

Matthew se fue a por Alice al enterarse que ella se iba. Empezó a correr para alcanzarla, pues no quería que volviera a casa sola y llorando. Popee se sintió tan impotente al verlo preocuparse tanto por ella... Lo único que podía hacer era llamarla para saber si estaba bien, pero quizás una llamada no era la mejor opción.

Sus pasos se hicieron ligeros, llegó un momento en el que ya no sabía ni lo que hacía, mirando a los arbustos a sus costados. Al final de la calle se adentró en el bosque. No usó su móvil para guiarse por la oscuridad. No lo necesitaba. Solo quería respirar aire fresco. Sus piernas seguían caminando mientras las lágrimas caían por sus mejillas. Su maquillaje estaba totalmente estropeado pero ya no importaba. Se acercó, poco a poco, aún mareado por todo lo que había pasado. Se hizo daño al principio pero nada se comparaba con esos sentimientos que lo consumían vivo. Sus manos temblaron al acordarse de la forma en la que Kedamono lo miró en la fiesta. Se tiró encima al recordar a su novia correr llena de lágrimas. Su corazón se hundió de la emoción al recordar a su padre. Volvió a hacerlo, una y otra vez, agradeciendo a su padre por darle un arma para defenderse. Solo para eso servía su padre, pensó.

Nadie me entiende, pensó.

Esto es lo que tenía que hacer, pensó.

No es mi culpa, dijo.

Y se rió. Se rió entre lágrimas, con dolor en su mandíbula de abrir tanto la boca para reír. No podía parar de reír. Abrazó el cuerpo que yacía debajo suyo, buscando algo que lo confortara. No se podía creer lo que acababa de hacer, pero se sentía tan libre y tan bien que no quería que esa noche acabara. Tocó el cabello del chico y lo miró a los ojos. Su sonrisa nerviosa volvió a salir, mirando los labios de Matthew. Esos labios que habían besado a su novia... Quería quitárselos, pero no podía hacer eso. A pesar de la adrenalina que llevaba en la sangre, no podía seguir así. El camino que tomó Matthew era uno para llegar antes a la fiesta, así que más gente pasaría por allí en cualquier momento. Debía deshacerse de él antes de que la gente los viera. Se puso bien su peluca y tomó el cuerpo entre sus brazos. Pesaba demasiado, pero había estado haciendo ejercicio para impresionar a Alice, así que podía aguantar un poco su peso.

No tenía un plan en mente, Solo quería deshacerse del cuerpo. Mientras caminaba por el bosque se dio cuenta del error que había cometido. ¿Ahora qué haría? Buscarían el cuerpo de Matthew tan pronto como sus padres vieran que había desaparecido. Quedaban unas horas para que los adultos despertaran. Debía darse prisa... No, no lo conseguiría sin ayuda. Si realmente quería deshacerse del cuerpo, debía cortarlo en trozos, pero solo contaba con el cuchillo con el que cortó el cuello del chico. Llevaría siglos cortarlo en trozos... Necesitaba herramientas. ¿Pero dónde conseguiría todo el equipamiento?

Julia llamó a Alice para preguntarle si estaba bien. La chica no contestó, pero le mandó un mensaje para tranquilizarla. Julia suspiró y se tiró en el sofá. Ya no quedaba mucha gente en la fiesta. Se preguntaba si Matthew estaría en casa o con Alice. También se preguntaba si ella y Alice ya eran amigas o no. No le gustaba estar peleada con su mejor amiga, sobretodo si la razón era un chico raro como Popee. Miró el móvil por última vez antes de quedarse dormida al lado de sus amigos. Esperaba que ese fin de semana fuera bien, para todos.

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Hellow!

Um so se ha liado xd

Era de esperar la verdad xD

Bueno, no lo dije en el anterior capítulo but: no hay que ser infiel, el alcohol no es una excusa, no hay que matar a la gente, tampoco jugar con los sentimientos de la gente, no bebáis muy seguido alcohol, y más cosas family friendly.

JIJI eso es todo por hoy amigos xd

¡Nos leemos luego!

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⏰ Last updated: Aug 08, 2020 ⏰

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The cute boy |Popee the performer x Reader|Where stories live. Discover now