Capítulo 15: Noche de cine

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Los primeros días fueron los más duros. Primero empecé con comidas ligeras, aún tomando mi té verde y agua como bebida. Había dejado de tomar té normal porque tenía que ponerle azúcar. Como todavía estaba de vacaciones solía despertarme tarde y no desayunaba, solo comía lo que fuera necesario para que mi hermano no sospechara nada. Sabía que lo que hacía estaba mal, pero ya no lo haría más. Había visto muchos consejos en Internet sobre qué podía ayudarme y qué cosas no, y cómo lo estaba haciendo todo yo sola, tenía recordatorios para comer cada cierta hora. A la hora de comer no podía dejar migajas en el plato. Tampoco podía mirarme al espejo, porque podía distorsionar la forma en la que veía mi cuerpo. El ejercicio estaba prohibido, al igual que tener atracones y luego arrepentirme por ello, y sobretodo, no podía restringir mi ingesta de comida. También estaba prohibido vomitar, pero nunca había vomitado para estar delgada, así que no hacia falta fijarme en eso. Habían tantas cosas que tenía que hacer... Empecé por lo más fácil: no mirarme en el espejo y no hacer ejercicio.

Cuando comía algo, para no comer más por el hambre que seguía teniendo, dormía. Pero ya no podía hacer eso, tenía que buscar algo con qué distraerme que no fuera dormir. Entré en youtube a ver qué podía ver, pero solo veía vídeos sobre dietas y ejercicios; tuve que poner que no me interesaban esos vídeos muchas veces, tantas que estaba por crearme otra cuenta para encontrar contenido diferente. Dejé el móvil para centrarme en alguna otra cosa: leer. Intenté leer un libro que me regaló mi hermano hace años, pero el misterio no era mi género favorito. Prefería las historias de amor o melancólicas, pero no tenía ninguna. Tenía un manga que me gustaba cuando era más pequeña... No es que ya no me gustara, pero mi vida se había visto envuelta por problemas relacionados con mi peso y aspecto, así que olvidé todo lo demás. ¿Quién era yo, si no estaba haciendo una dieta? ¿Qué me gustaba hacer antes...? Dibujar. Me encantaba dibujar, pero lo dejé hace tiempo.

Cogí una hoja, un lápiz y una goma y me puse a dibujar. Cuando me quedé sin ideas, dibujé los personajes del manga. Cuando acabé, empecé a dibujar animales desde diferentes perspectivas; si quería ser veterinaria tenía que saber cómo eran los animales, ¿no? Y cuando me aburrí, empecé a dibujar personas.

Julia fue la primera persona que dibujé. Ella era muy importante para mí, era como uno de los pilares de mi vida. No sabía cómo pintar, así que en mi cabeza el dibujo tenía colores: su cabello era largo y rubio, sus ojos claros como el cielo, y su piel blanca como la nieve. Era muy delgada, pero ella siempre había sido así, al igual que su madre, que sufría de depresión, y Julia había heredado la predisposición a sufrirlo. Sus padres la amaban y pensaban que no le pasaba nada, solo porque ella nunca les había comentado sobre sus ganas de hacerse daño. Sin embargo, a pesar de todos los problemas, ella seguía delante. A veces tenía días muy malos, y recaía en la tristeza, pero luego se levantaba y enfrentaba la vida con todo lo que tenía.

Después dibujé a Popee. Sus ojos eran de un color azul oscuro y su cabello, que era un poco largo, rubio. Solía llevar cosas de color rosa porque era su color favorito; decía que el rosa era el color dulce del rojo. Quería dibujarle con un gorro de cocinero, pues sabía cocinar varias recetas, e incluso me prometió prepararme algo que me encantaría. No había mucho que decir de él, pues no hablaba de sí mismo. Como curiosidad, no tenía redes sociales. Me lo dijo antes de que buscara su nombre en Internet.

Después de esos días dibujando me di cuenta que por fin tenía algo con que distraerme. Mientras dibujaba me olvidaba de la comida y me sentía con más energía. Una vez comí tres veces al día: el desayuno, la comida y la cena. No dejé nada, y comí con mi familia. Estaba tan contenta de por fin estar mejorando, que hice todos mis deberes que habían mandado en un día.

Cuatro días antes de volver a clase, Matthew mandó un mensaje al grupo. Al parecer había una nueva película de terror y quería ir a verla con nosotros. Hacía tiempo que nadie hablaba en el grupo, así que no me había dado cuenta que Scott estaba allí. Se fue del grupo después de nuestra discusión, y Julia lo metió hace poco. Todos dijeron que iban a ir pues hacía tiempo que no nos veíamos. Habíamos quedado a las cuatro de la tarde en el parque, coger el tren e ir al centro comercial donde estaba el cine. La película empezaba a las siete y media así que estaríamos paseando y mirando tiendas de mientras.

The cute boy |Popee the performer x Reader|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora