MAALIK

Capítulo 9 - Muerte segura.

Aumento la velocidad de mis pasos con cierta prisa para llegar a dicha clase y tan solo segundos después de un absurdo y agobiante silencio. Ulises y yo nos encontrábamos corriendo como dos putos simios por los pasillos en lo que se podría decir era una "carrera."

El día transcurrió tortuosamente lento para cuando pisamos la primera clase.

Rebobinando a lo que pasó hace dos semanas, las cosas se han mantenido tranquilas. Aquella noche aún me perturba de cierta manera, pero el hecho de tener a mi madre, Némesis y Circe me reconfortó bastante.

Mi rostro sufrió pequeñas heridas gracias al impacto que tuvo contra la carretera, uno que otro cardenal o rapadura que gracias a Dios, no fueron más allá.

Aunque hasta ahora no han podido dar en el clavo con el actor de aquel acto, tenía fe en que pronto podríamos atraparlo.

Aquella semana no tuve los ánimos de venir, variedad de emociones me atacaron entre largas noches de insomnio, confusión, desagrado, asqueo total y aunque a la siguiente estuve mejor, simplemente no me apeteció verle el rostro a aquellos chicos. A lo que Circe me mantuvo al tanto de las clases.

La semana pasó con una tranquilidad tan masiva que hasta cierto punto inquietaba, mi tía tuvo que volver a su pueblo haciendo que ahora tan solo seamos mamá y yo nuevamente.

Muchas cosas martillaban mi cabeza en cuanto aquella noche, las dudas de aquella silueta aún no disipan de mi mente y la imagen de un posible Maalik tampoco.

Todo en mi vida Justo ahora parecía dar una vuelta de 180 grados, pero a la vez todo de igual manera parecía repetirse.

El ciclo que creí que mantendría comienza a cambiar ¿pero de que manera lo estaba haciendo?

En pocas palabras, al diablo, voy a morir pronto.

Una vez Ulises y yo divisamos la enorme puerta que da al salón, vamos deteniendo nuestros pasos de manera progresiva hasta que finalmente quedamos inmóvil delante de esta.

Entramos a la clase sin titubeos, a partir de allí cada quien tomó su camino por separado.

Una vez pongo avanzo al interior, un reconocido bullicio de charlas y risas me dan la bienvenida, seguido de una sonrisa siniestra de parte de la nueva profesora.

Era tan solo mirar de reojo para darse cuenta de que más de él cincuenta por ciento de la clase no estaba presente.

¿Tanto correr por nada?

Ulises me sigue los pasos, cerrando la puerta a nuestras espaldas.

— ¿Tarde? —cuestiona la profesora acercándose a nosotros.

— En efecto —responde Ulises en un tono dinámico y despreocupado.

— Están de suerte —comenta esta, haciéndonos una seña rápida para que tomemos asiento y nosotros no dudamos en hacerlo. —Me presentó, soy profesora sustituta por esta semana, Anaih Holton, estamos de revisión en la materia, muchos de los alumnos se encuentran en los alrededores, pero otros decidieron quedarse en el salón, si gustan pueden salir, para la próxima ya retomamos.

— ¿Eso significa que la clase de hoy está prácticamente nula? —cuestiona el chuletas boquiabierto.

— En efecto. —asegura la sustituta con una cálida sonrisa.

Circe deberá estar en otra clase, Ulises no saldría de aquí ni porque Dios se lo pidiese y el calor de allí afuera me mataría en segundos.

— Creo que permaneceré aquí —declaró finalmente.