-Parece que aquí se esconden mujeres hermosas, que raro que no me fijé antes.

-Te puedo presentar a unas amigas que tengo aquí.- comento irónica.

-Celosa, tranquila lobita que sólo tu te envuelves en mi cuerpo.- me besa.- Lo mejor es comprar algo dulce, quiero comer pie de limón.

Idiota, me alegra el día con las cosas que me dice, maldito Ian, no puedo dejar que me gane la apuesta.

-Lástima que no hay.- observo que justo una señora se lleva el último.- Tendré que cocinar uno yo.

-Tú.- levanta sus cejas.- No creo que lo puedas hacer.

Ruedo mis ojos, pongo todos los ingredientes en el carrito, siempre me subestiman, me encanta cocinar cosas como queques, pasteles, berlines, tartaletas, son lo mejor.

-Yo pago, al fin y al cabo soy yo el que quiere comer.- saca la tarjeta.

-Bien entonces echaré más cosas.- río pasandole una caja de cigarrillos con una botella de whisky.

-Muy malo tú vicio.- niega pagando las cosas.

Tomo las bolsas, me ayuda a llevarlas, por suerte estamos a dos minutos de mi casa.

**

Ya tengo la masa en el horno, me pongo a exprimir los limones en la leche condensada, a él lo tengo batiendo el merengue, no sé que es más apetecible si Justin o el chocolate, es tan guapo para mis ojos.

-Esto ya está.- pregunta deteniendo la batidora.

Le tomo la consistencia y lo pruebo.

-Si, buen trabajo.- termino el pie de limón decorando con el merengue y metiéndolo por última vez al horno.

-Déjame probar.- me toma hacia él succionando mi boca.- Está ideal.

(☡☡)

Lo tomo del cuello haciendo que continúe más apasionado, quito su chaqueta tirandola lejos, me deja sobre el sillón, levanta mi polera besando por mi ombligo hacia abajo, desabrocha mi pantalón mirando mis ojos, siento su mano helada, muerdo mi labio inferior, baja su boca aún más llegando a mi flor, suena el horno, que preciso, nos ponemos a reír, camino a sacarlo.

-Espero esté sabroso.- encojo mis hombros.- Hay que dejar que se enfríe.

-Ven acá, me tienes hot.- apreta mi trasero.

-Continua.- me acuesto en el sofá.

Quita mis pantalones junto con las bragas, no siento ninguna vergüenza a su lado, sube por mis piernas dejando besos húmedos hasta llegar al centro del placer, lame y chupa de mi flor, enredo mis manos en su cabello haciendo que continúe por un buen rato, uf me enciende las ganas de tenerlo sólo para mi.
Saca mi polera, se gana sobre mí peinando mi cabello.

-Me encantas.- sonríe.

-Seguro se lo dices a todas.- hago una mueca.

Besa mi boca, enredo mis piernas en su cintura sintiendo la presión entre nuestras intimidades.

-Estoy sintiendo algo por ti.- acaricia mis mejillas.

Casi me atraganto, ¿que le digo?, que estoy realmente queriendolo.

-Estamos prohibidos.- pongo mis manos en sus hombros.

-Mi lobita.- sonríe en mis labios.

Hayli sólo disfruta el momento, seguro es sólo un capricho suyo.

Le quito la camisa desabrochando boton por botón llenandolo de besos, paso la yema de mis dedos por su abdomen bien tonificado, bajo mas, lo siento bien erecto a pesar que lo cubre el pantalón y boxer.
Se pone de pie, me toma en brazos hasta dejarme sobre la cama, a absolutamente nadie había traído a mi habitación, ni a Pablo.
Queda totalmente desnudo antes mis ojos, parece que fue esculpido por los dioses en persona, muerde su labio mirandome con la mano en la cintura.

-Ven por mi.- lo llamo con mis dedos.

-No traje protección.- encoje sus hombros.

Lo que faltaba, por suerte yo ando con uno en mi mochila, siempre tengo cigarros, remedios, condón, un corta plumas y linterna, un quid de supervivencia.
Llego hasta él por su espalda, muerdo el lóbulo de su oreja besandole el cuello, rompo el envase, llevo mi mano hasta su miembro, es bien grande, nunca he hecho esto, le coloco el condón algo nerviosa, me toma el rostro plantando un beso con legua dejándome acostada y él sobre mí.
Lo siento en mi entrada, juega con mis pechos.

-Si quieres lo metes.- me río.

-Déjame disfrutar de estos dos melones tan sabrosos.- tira de mis pezones.

No aguanto y lo meto dentro, se mueve mirándome a los ojos viendo como lo disfruto, deja mi pelo detrás de la oreja para besar mi cuello.

-Ahg, quiero seguir con esto.- rasguño su espalda.- Pero no quiero dañar a mi amiga.

-Ambos ya la dañamos.- aumenta el ritmo.

-Es nuestro....ahg, secreto leoncito.

-Nos las apañaremos lobita.

Me da rápido hasta que el orgasmo llega a mi ser, muerdo su hombro apretando las sábanas, sonríe victorioso de su acto, junta nuestras frentes aún moviéndose, paso mi mano por su pecho sudado.

-Ahg, eres el Cristiano Ronaldo combinado con Messi en la cama, un crack.

-Tú y yo, piénsalo.- queda a mi lado y me abraza.

Esto es romántico, no dudo y quedo acurrucada en él, da besos en mi espalda, es genial, la mejor forma de dormir luego de un buen orgasmo.

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Alguien está perdiendo la apuesta!!

AMOR PROHIBIDOWhere stories live. Discover now