Hacker

Presentando a Bond, Adam Bond.

Los trajeados se acercaban cada vez más rápido y cómo si eso no fuera suficiente, los zombies ( A.K.A Ethan, Agnes y Luke) también se acercaban desde el lado opuesto.

Pero eso no fue lo que me sorprendió.

Lo que me dejó paralizada fue verle a él, alguien de mi pasado tan oculto que dolía sólo de recordarle.

Y estaba allí mirándome y acercándose.

- Jesús Killian cuando me darás la voz de salida.- Le grité.

Estaba un poco nerviosa.

Sólo un poco.

Que cualquiera de los que me seguían supiera de la existencia de él, incluido Killian golpeaba la mierda dentro de mi de una manera que me provocaba arcadas.

Nunca en todo este tiempo le había vuelto a ver.

Le creí muerto o eso hizo creer a la gente de Tucson cuando estrelló su camioneta en plena huida.

Pero estaba tan vivo como horteras eran mis pintas.

La bilis subía por mi garganta además de la emoción de verle con vida.

No podía dejar de odiarle por hacerme creer que había muerto y por todo lo que me hizo en el pasado pero tampoco podía detener el sentimiento que tenía de alivio, por ver que todo era sólo una cortina de humo.

La gente de los alrededores se alejaron tan rápido que casi no les vi.

Cuando recobré el sentido me fijé en todo nuevamente.

Y este era el panorama.

Por delante más a la derecha a unos veinte metros se encontraban Ryder con su equipo de federales.

A mi izquieda a unos diez metros se encontraba él.

Y a la derecha de Killian se encontraban los zombies.

Y detrás teníamos un banco de piedra y un maldito roble.

Un maldito y enorme roble...

- Killian yo... te partiré las piernas como no salga de aquí...Y como no sea ya no te dejaré elegir entre un bate de beisbol y un mazo para la carne molida.

- Espera. Todavía no es el momento.

- A mi me parece un buenísimo momento para...

No pude terminar cuando me cortaron.

- Vaya, vaya. Sigues levantando pasiones.-Mi respiración se cortó.- Quién lo diría. Un federal, unos muertos y un delincuente con doble identidad. Por no hablar del asesino serial con un humor negro. Y por supuesto yo.

Todos miraron al hombre que se reía ya que todos avanzaron lo suficiente como para hacer un circulo a mi alrededor.

- Adam Cooper.- Odié como me tembló la voz.

- Adele Castelan, Silena Ann, Ivy Hearth,Olga Smath, Fiona Fiore o Anya Ekaterina.-Numeraba con los dedos, los nombres caían como piedras en mi estómago.- Te preguntaría cual es tu favorito pero ni siquiera se tu verdadero nombre. Lo cierto es que sigo teniendo esa duda.

- Y la seguirás teniendo siempre.

- Eres buena siendo un fantasma, pero...eres la reina de las mentiras.- Hizo una pausa mirando las caras sorprendidas de todos.- y por lo que veo ellos son tus marionetas.

No dije nada.

No podía.

Había una presión en mi pecho que me entumecía las puntas de los dedos y apretaba mi garganta.