Hacker

Hacker Vs. Robin

Mierda, qué oportuno.

Miré en el techo y vi que el techo estaba hecho con vigas.

Bendito el yoga y los tres meses que duré en gimnasia rítmica.

Cogí la ganzúa, me impulsé todo lo que pude hacía la viga que estaba más cerca de mí e impulsándome con la pared pude quedarme colgada haciendo fuerza contra la viga justo en el momento que abrieron la puerta.

- Estáis paranoícos, os he dicho que no había nadie. Seguramente fue la mujer malhumorada de abajo.

Agnes Withmore, Ethan Glasbury y Luke Williams estaban justo debajo mío y no muertos como Ryder había dicho.

Como se me caiga algo ahora de los bolsillos juro que quemaré esta mierda de chaqueta de hombre que tengo puesta

Además, el papel del pantalón me va a dejar un sarpullido.

Si estas fueran mis bolas de verdad iría a un cirugano plástico a que me las recolocara porque una la tenía casi por el tobillo.

- Tenemos que tener cuidado, esta gente no se anda con juegos. Y la hacker menos.- Dijo Ethan

Vaya gracias, al menos mi trabajo era reconocido por zombies. Era un principio.

- Pero que hace esta tía que no pueda hacer yo.- Dijo la tal Agnes.

Que ganas me daban de soltarme y caerle encima.

Gritarle jódete perra era una frase que estaba siendo repetida por mi mente.

- Esta "tía" es capaz de colarse en el servidor de la casablanca, el péntagono y otros sitios que no podrías ni siquiera imaginar.-Dijo Luke.- Tú ni siquiera puedes meterme en el servidor del Wallmart...

Vaya, me caen bien.

Y no es por presumir pero es cierto.

Soy la puta ama.

Bueno...sin tanto puta pero...Da igual.

- La necesitamos. Y es la única que nos puede ayudar. Lo sabes.- Volvió a decir Ethan

- Vale, vale. Entonces la espiamos y...

- De momento espiamos, no somos los únicos que la quieren. Ahora mismo vale su peso en oro para otras personas con propósitos menos puros...Además está ese grano en el culo del agente Wilson.

Si, Ryder llegaba a ser un molesto grano en el culo, chico.

Pero te acostumbras.

- Como si los nuestros fueran puros.- Dijo burlándose Agnes mientras salían de la sala.

Joder.

A veces no me gustaba para nada ser tan buena en mi trabajo.

Cuando estuve por fin en el suelo me froté las manos y salí por la ventana corriendo.

Cogí la bolsa con todas las cosas que había dejado en el contenedor, me quité los pantalones quedandomé con la camisa y la gorra.

Estaba en bragas pero no importaba mucho tampoco. Eran las de encaje y no las de conejitos asi que estaba bien.

El taxista que me llevó no dejó de mirarme las piernas.

Al menos no era tan feo.

De camino llame por el móvil que le pedí prestado al taxista. Pobre ingenuo pensaba que verá algo más que unas bragas.

Posiblemente Ryder ya estaría pinchando la llamada y sabría donde estaba porque aún tenía su placa que contenía un dispositivo de seguimiento.