Capítulo 15: Lo iba a negar

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Peeta P.O.V.

—No te preocupes, yo puedo ayudar y si quieres te ayudo con las compras ¿Necesitas pavo? —le dije con algo de apuro buscando la llaves de mi auto en mis pantalones sucios de ayer.

No ahí no están.

Demonios.

Revolotee por toda la habitación en busca de las llaves con el teléfono móvil pegado a la oreja.

—Sí, aunque no es necesario que ayudes... —dijo Katniss con vergüenza.

Yo la había llamado para pasar una tarde de "Amigos" y ella me dijo que planeaba adornar la casa por navidad y esas cosas, yo por mi parte pensé que sería gran idea ayudar... ella no pensaba lo mismo.

—Claro que lo es, los amigos ayudan con ese tipo de cosas —no me dolió tanto decirlo, había ensayado toda la noche decirle a Katniss que sólo somos amigos.

La oí vacilar, ella no quería intentarlo realmente, ella no quería arriesgarse a enamorarse de mí de nuevo.

—De acuerdo, ¿puedes venir a buscarme dentro de 10 minutos? —preguntó.

Sonreí. —Por supuesto, nena. Estaré ahí. —corté la llamada antes de que me riñera por haberla llamado así.

Me estaba divirtiendo como si hubiera hecho una travesura. Pero después caí en cuenta.

10 minutos... ¡¿Dónde están las jodidas llaves?!

[...]

Me apee del auto junto con Katniss frente al supermercado. Ella tenía ropa informal con una bufanda verde bosque con botas del mismo color, su suéter se veía acogedor con esa tela lanosa. Nos habíamos detenido antes para tomar un café por el clima que según me decía Katniss duraría hasta principios de febrero.

Le abrí la puerta del supermercado como todo un caballero pero ella me miró con advertencia al pasar.

Con esa mirada me quiso decir:《No estás jugando limpio》

—Bien, vamos a las verduras. Prim me dio una lista de lo que debemos comprar y lo que debemos comprar primero.

La seguí a través de la sección de verduras con un carrito del supermercado mientras ella elegía lo que necesitaba Prim.

Fue divertido, al parecer ser amigos se estaba haciendo fácil aunque no podía negar que cuando ella reía me daban ganas de besarle, pero no podía hacer eso... los amigos no se besan entre así, al menos no los tipos de amigos que ella quiere que seamos.

Luego del súper fuimos a una carnicería y como le había ofrecido le compré un pavo.

—Gracias. —dije cuando me lo hubo entregado. El señor me miró con los ojos entrecerrados.

—¿Usted no es...? —lanzó a atinar.

—Peeta Mellark, señor.

El hombre asintió rápidamente.

—Sí, sí, sí. Mi esposa es su fan. ¿Podría darle un autógrafo? —pidió apresuradamente, me reí un poco y le respondí afirmativamente.

Casi brincó de emoción cuando le mencioné en el autógrafo de su esposa que él es un gran hombre. 

Katniss me esperaba fuera de la carnicería con cara de diversión absoluta.

—En serio te gusta esto, ¿Verdad? —me preguntó sonriendo.

—¿A quién no le gustaría? —respondí con otra pregunta.

Frunció el ceño.

—A muchos artistas egocéntricos y arrogantes. —sonreí, eso no era del todo cierto.

¡Cambié! (¿CBOCM? #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora