Maleficios Vampiricos - Colección de Vampiros ll

1. El vampiro que hacía orgías.

Historia homosexual +18

ESTA ADVERTIDO.

En uno de los castillos de Valaquia, en algún lugar de Europa viven una sociedad de vampiros que aclaman con apoderarse de las tierras con humanos y consumirlos para su disfrute.

-Conde Archer Sturian ¿A donde va tan alegre? .- este rubio lo seguia por los largos corredores de su casa victoriana.- ¿Que pasara con su pareja de hace un momento?

Mientras se burlaba, el conde de la casa Hallway no paraba de caminar hacia su destino.

- Ya que has llegado, has interrumpido la diversión que tenia.

-Me disculpara, pero me mandaron a llamarlo de urgencia.- Se disculpó mientras lo seguía.

-Hmph, no entiendo para que me necesitan con tanta urgencia.- rodó los ojos.

- Pues...- este se cruzó en su camino para detenerlo.

-Que....

- No ha atendido a las llamadas del consejo de vampiros. Creíamos que el pueblo ya lo había linchado.

- Que absurdeces son esas.... como puedes ver estoy perfectamente bien. No necesito que vengan a supervisarme.

-Mi señor, sabe que son reglas que debemos seguir.- Respondió mientras suspiraba.- Solo dígale que esta bien.

- Lo hare, en cuanto su bello mensajero me deje disfrutar de mi sexualidad como merezco en mi propio palacio.- este lo miraba con sus ojos azules.

-Haré en la medida de lo posible conpaginar con sus aficiones.

Era bien sabido en todos lados que aquel conde era un promiscuo. Solamente se preocupaba por las fiestas y el placer.

- ¿Para que me querian?.- le dijo mirandole de arriba abajo.

- Quieren ver las sugestiones de los pueblerinos. Su devoción a dios los hace inmunes a fijar contratos con nosotros.- dijo este mientras veia sus apuntes.- Si tenemos mas reservas vivas de sangre sera mejor para todos.

-¿Porque tenemos que hacer contratos con ellos? Es más fácil solamente tomarlos a la fuerza. ¿Quien se va a atrever a detenernos?

-Señor, sabe muy bien que no podemos hacer eso.- Lo miro fijamente.- Por muchos siglos sus ancestros han trabajado en el decreto de paz con los humanos.

- Y eso que importa. Los humanos no son mas fuertes que nosotros.- su cabello castaño se veia peinado por el mismo conde.- Solo pueden servir para ser consumidos.

- Parece que el conde no tiene problemas en "comer" todo tipo de gustos ...- este susurró.- ¿Que le pareceria comerme a... mi? Por ejemplo.

-No cumples con mis "requisitos"- Lo miro por encima del hombro con una sonrisa.- Tendrás que esforzarte más en poder llamar mi atención.

- Bueno, quiza usted pueda decirme como puedo hacer una mejor impresión a usted...- tomando uno de sus mechones castaños lo miro y se detuvo a mirarlo.- Es muy hermoso.

- No sabia que la corte tenia personal tan atrevido.- este lo miro con una sonrisa incrédula.

- ¿Esto le parece atrevido de mi parte? Yo preferiria llamarle seducción.

-Eres un mero sirviente, ¿cómo te atreves a siquiera tocarme sin permiso?- Alzó una ceja.

-Lo siento, pero no puedo evitarlo cuando estoy cerca de usted.- Susurro acercandose a su rostro.

-Arrodillate.- Sostuvo su mandíbula.- Muestrale respeto a tu superior.

- Le suplico que me disculpe Conde Archer de Sturian... disculpe a este insubordinado que no supo como hablarle.- desde aquella posición, se veia completamente en un estado sumiso mientras que con sus ojos verdes se ocultaban unas intenciones con mayor picardia hacia el vampiro de la casa.

-Mereces que te azote por tu atrevimiento.- Lo empujo, dejándolo boca abajo y colocó su pie sobre su pecho.

-Puede hacerme lo que quiera. Aceptaré cualquier castigo.

- . . .- El castaño se veía tan fascinado por la sumisión del rubio a sus pies. Era tan directo a lo que queria y lo que deseaba, que solo pensarlo, lo hacía estremecerse severamente en su lugar. Cuando retiró su pie dijo.

"Que vampiro tan peculiar ha llegado a mi castillo, de repente las cosas son mas interesantes."