Extra: El nacimiento de la Primavera y algunas cositas más

2.4K 192 119
                                    

Mes de abril del 2019

Deze afbeelding leeft onze inhoudsrichtlijnen niet na. Verwijder de afbeelding of upload een andere om verder te gaan met publiceren.

Mes de abril del 2019


La pareja que se había casado en el mes de septiembre junto con una pequeña reunión familiar y sus hijos peludos, esperaba la llegada de una niña en pocos días más y tanto Nieves como Eros estaban realmente nerviosos.

Los dos estaban dentro del cuarto de la bebé, ella sentada en la silla mecedora mientras que Eros terminaba de pintarle la última letra del nombre de la niña sobre la pared con colores pasteles.

—¿Qué te parece? —preguntó él mirándola.

—Divino. Me encanta. No sabía que tenías manos de pintor. —Dijo casi riéndose.

—Soy multifunción, querida.

—Ya lo creo que sí —volvió a carcajearse.

Luna y Júpiter estaban echados delante de ella, Júpiter apoyando su cabeza en los pies de la mujer ya que estaba descalza.

—¿Quieres que le remarque algo al nombre?

—No, así me gusta, ¿a ti?

—Sí, también... Me gusta el nombre que se te ocurrió, Primavera.

—¿Y no te parece que es ideal?

—Sí, Nieves la fresquita —la señaló—, y Eros el calentito —se auto-señaló.

Ella no pudo evitar reírse.

—Un nombre relativamente poco común debía de tener con los padres que se carga la niña —recalcó levantando hombros y manos.

—Exacto.

—¿No ves rara a Luna?

—Rara, ¿en qué sentido?

—Más gorda, sin ganas de correr o jugar.

—Así estabas tú en la mitad del embarazo —comentó Eros.

Nieves clavó los ojos en él.

—¿Crees que está embarazada también? —cuestionó con espanto.

—Puede ser. Júpiter desde que la vio le tenía ganas —sonrió de lado y le guiñó un ojo—. Fue como su dueño, le tenía ganas a la vecinita.

Ella le tiró un cojín y él lo cazó en el aire.

—¿Y no es cierto? Tú también me tenías ganas, no me lo puedes negar. Si no me hubieras tenido ganas, jamás me habrías espiado con los binoculares. Admite que te encantaba y estabas derretida por mí.

—No... —acotó y se levantó sosteniéndose de los posa-brazos—. Voy a comer una mandarina, ¿quieres tú?

—Bueno.

Cuando Nieves le dio la espalda y estaba saliendo del dormitorio de la bebé, empezó a cantar una canción de un dibujo animado muy conocido argentino. Su versión original era cantado por un bebé hacia su vecinita, pero ella lo había adaptado a su modo.

La lista del hombre (casi) Perfecto ©Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu