CAPÍTULO 3: "¿TE TENGO O ME TIENES?"

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Me desperté por el ruido del llanto de mi hermanita. Miré la hora: 9:00am.

- Joder - murmuré y me tapé la cara con la almohada. Intenté recordar la causa de mi cansancio. El día anterior había sido estresante. Mario abusaba de mí y la única persona que lo sabía y que se preocupaba era un hacker que también me amenazaba y me espiaba. 

¿Todos los tik toks y memes sobre el espía del FBI detrás de la cámara del ordenador? ¡Ja! Bitches, yo tenía a un Anonymous. Yo estaba en otro nivel.

A pesar del cansancio, me levanté con esa esencia de diva reina. Me puse la canción de Hung Up de Madonna mientras me duchaba y luego le envié un audio de WhatsApp a mi querido acosador/número desconocido.

- Buenos días amor. Si me has estado escuchando esta noche; espero no haber roncado demasiado... ¡Besos Anony-love! - dije con énfasis en el "love". Decidida a burlar a ese canalla y a sentirme segura y poderosa, me puse mi moño destrozado y me preparé para descubrir quién era Anony-love.

Enchufé mi portátil al cargador y estuve toda la mañana activando el antivirus y preparando a mi pequeñín para cualquier ciber-ataque. Desayuné y comí en mi habitación, como una ermitaña. Me preparé dos o tres cafés, una manta sucia que cubría mis hombros y espalda y no hice contacto social con nadie. Todo el contacto social que tenía era mirar por la ventana pero, por culpa de la cuarentena no pasaba nadie. Mentira. Había un motorista. De vez en cuando pasaba por delante. Me creaba historias en la mente: "irá a ver al amor de su vida" "su casa será su moto" "es un espía del gobierno que se pasea por las calles para buscar a la gente que se salta la ley". Así de aburrido fue mi día hasta que...

38%... 67%... 85%... 99%... casi completado... ¡100%! ¡Acababa de conocer la dirección ip del hacker! Me entusiasmé al ver unos números en la pantalla. ¡Ya lo tenía! ¡Y tan solo me había costado un día!

Cogí el móvil que estaba tirado en la cama y me reí exageradamente.

- ¡Jódete que te he encontrado! - le grité entre carcajadas a la pantalla.

Salté y bailé sin música en mi habitación, como una niña pequeña que le acaban de regalar el juguete que quería. Por la ventana vi al motorista que pasaba por tercera vez por la calle de delante. Entusiasmada y sin vergüenza abrí la ventana, me asomé y le chillé:

- ¡Te quiero! - el motorista frenó y se me quedó mirando, entonces recordé que soy Harriet, la chica que se sienta al final de la sala para no obtener atención de los demás, la que tiene una sola amiga, la que cuando le dan el cambio mal en una tienda tiene vergüenza de ir a reclamar. Mis mejillas se enrojecieron. Me había oído. Cerré la ventana de golpe y me escondí en la silla del escritorio. Puse mis manos en la boca y me reí tímidamente.

Okay Harriet, ya basta, te has entusiasmado demasiado.

Volví mi mirada al portátil y recordé lo que había pasado la última vez que había intentado obtener la información de Anonymous: hackeada.

"Basta de celebrarlo, Harriet" pensé en mis adentros ". Descubre de una vez por todas quién es."

Busqué la dirección.

Mi moño rubio se había medio-deshecho con tanto celebrarlo a saltos y mis ojos azules se estaban tornando rojos de estar tanto tiempo frente el dispositivo.

Un poco más y...

Nada.

Eso es lo que obtuve de la dirección.

Absolutamente nada.

O demasiado.

La dirección provenía de varios repetidores. Es decir, que había millones de puntos en el mapa, repartidos por todos los lados del mundo. Era imposible saber cuál era el origen del tweet.

Mi alegría se derrumbó por unos instantes pero luego volvió a surgir en mí una llamarada de esperanza.

Amplié el mapa y busqué los puntos que había en Estados Unidos, mi país. Amplié en mi zona; Utah -sí, ese lugar tan desierto-.

Habían unos 10 puntos de localizaciones. Podía ser cualquiera de ellos.

Si no estuviera encerrada en casa iría a todos esos lugares, pero hoy no es mi día. Este no es mi mes. 2020 no es mi año (ni el de nadie). Encerrada en casa tengo que buscar una manera de encontrar cuál de estos 10 lugares podría ser la casa de Anonymous.

"pim, pim" sonó mi móvil. ¡Un mensaje! ¡Anonymous!

Abrí el celular y deslicé las notificaciones. Efectivamente tenía un mensaje larguísimo de mi querido amigo hacker.

"Harriet... yo también sé investigar. He mirado tu instagram: 67 seguidores. ¿67? No debes ser alguien popular. Fotos en las que te hayan mencionado: 3, todas de la misma persona, tu amiga Sally. Tu ÚNICA amiga. También he visto que tienes Wattpad. En tu biblioteca: "A través de mi ventana", "Perfecto mentiroso" y... ¿"Shrek y Hitler"? ¿Qué tipo de novela romántica es "Shrek y Hitler"?" empezaba el mensaje.

Okay. Quiero hacer un inciso aquí. Sí. Me he leído una novela en Wattpad que trata sobre el amor entre Shrek y Hitler. No me avergüenzo.

Maybe un poquito...

Pero no me arrepiento de haber leído tal obra maestra.

*Cof, cof* prosigo con el mensaje.

"También he leído tus búsquedas en Google y... eso no lo voy a comentar. No creo que quisieras que se supieran. Deja de meterte en mis asuntos y yo dejaré de meterme en los tuyos. Con amor, Anonymous, Anony-love para ti, preciosa".

- Vomito en tu cara - le dije al teléfono. Luego me di cuenta de que Anonymous me estaría escuchando.

"Mira por tu ventana" recibí al poco tiempo después. Fui corriendo hacia la ventana y lo único que vi era el motorista que seguía parado enfrente de mi casa. Parecía distraído con su móvil. ¡Con su móvil! Bajé la mirada y vi que el número desconocido me estaba escribiendo algo. Volví a subir la mirada y efectivamente (y no creo que fuera casualidad) el motorista estaba escribiendo algo en el teléfono.

"pim, pim". Nerviosa leí el mensaje.

"Me ha emocionado cuando antes me has chillado: ¡Te quiero!" tragué saliva y miré al motorista. De repente él giró su cabeza hacia a mí y sentí que nuestras miradas se cruzaban a pesar de que llevase un casco negro que le cubría el rostro. Dejó un segundo su móvil encima del asiento y usó ambas manos para formar un corazón. ¿Me estaba enviando un corazón?

¡Se estaba burlando de mí! ¡Ese de ahí era Anonymous y llevaba todo el día paseándose por mi cara sin que yo lo supiera!

Estaba paralizada, con la boca en forma de O. Volvió a sonar mi móvil:

"Yo también te quiero". Como una furia salí de mi habitación hacia el jardín. Pero él ya no estaba ahí. Era mucho más astuto que yo. Siempre un paso por delante de mí. Lo odiaba. ¡Lo odiaba demasiado!

Me estaba haciendo la vida imposible... pero... también me estaba haciendo la cuarentena más divertida.



Anony-loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora