Claro que lo tenía muy claro, su abuela había dado todo de ella para mantenerla y cuidarla. Era por eso que le dolía tanto estar en ese sillón, hablando con su abuela en una camilla de un hospital cualquiera.

—Omma...

—¿Sí, Lisa?

—¿Podrías decirme qué fue lo que pasó?

—Tu sabes lo que pasó, Lili.

Lisa asintió, recordando el doloroso día en el que su abuela le explicó que tenía diabetes, que no la estaba pasando para nada bien y que tendría que quedarse algunos días en casa de Jisoo a dormir porque necesitaría ''pasar algunos días fuera de Bucheon para conseguir algunas medicinas'', una clara mentira que en realidad escondía que sería la primera operación de la mujer debido a la enfermedad. Lisa sabía que su abuela tenía diabetes desde hace muchos años, sabía que había perdido sus riñones a causa de eso y que había tenido más de tres trasplantes (cada uno de ellos fallidos). También sabía que su abuela no podía ver del todo y que estaba más cerca de la demencia que cualquier otra persona. Sabía que su abuela aumentaba cada vez más la cantidad de diálisis que requería a la semana.

Y con cada diálisis, con cada cirugía, con cada inyección de insulina, la mujer sabía que el fin estaba cerca. Y en el fondo, Lisa también lo sabía, simplemente no lo quería aceptar.

—Yo sé lo que pasa —dijo la menor, dolida—, me refiero, ¿qué es lo que está pasando ahora?

La mujer suspiró.

—Te lo explicaré y después disfrutaremos el tiempo que tengamos juntas, ¿sí? —pidió, Lisa asintió— Bien, Lili. Mi insuficiencia renal está demasiado avanzada y no te voy a mentir, ya no puedo con las diálisis. Estoy vieja, Lisa, y estoy cansada. —le explicó con honestidad.

Lisa entendía y no la iba a obligar a seguir luchando, sabía que su abuela se la pasaba en el hospital por las diálisis, que sólo la dejaban más agotada y adolorida. Con o sin el tratamiento, su abuela se deterioraba más día a día. Como también sabía que esa platica era la manera de su abuela de pedirle permiso para concluir con su vida. Lisa tomó la mano de su abuela y asintió con una sonrisa, aceptando la decisión de su abuela. Su abuela sonrió.

—Muchas gracias, mi estrellita —agradeció la mayor, acariciando la mejilla de la chica—. Cambiemos el tema, Lili. ¿Qué tal vas con tu búsqueda? ¿Aún no encuentras a tu alma gemela? —preguntó, sonriente. Lisa dudó un poco.

—Lo hice.

—Te habías tardado un montón, cariño. ¿Cómo es ella? —preguntó la mujer, alegre.

Lisa pensó.

—Espera, ¿cómo sabes que tengo un alma gemela? —preguntó la chica.

—¿Crees que te leí todo eso para nada, Lili? Sé que tienes un alma gemela, siempre lo supe. Jamás te lo dije porque vi lo dramática que te ponías por el tema y lo más seguro era que terminarías haciéndote heridas a propósito ¡y ya eras lo suficientemente torpe! -se burló y la menor rio—. Yo sé que no tuviste el mejor ejemplo con tus padres, Lili, pero debes luchar por ella. Si sale mal, ¿qué más da? Lo olvidas y punto. Pero si sale bien, jamás te vas a arrepentir —le dijo, dándole una sonrisa con todo el amor posible. Lisa comenzó a llorar—. Cariño, esa persona, ¿tiene miedo, cierto?

Lisa asintió.

—Y yo la amo...

—Yo sé que la amas. No te rindas, mi estrellita. —dijo, dándole un abrazo con la poca fuerza que tenía— Vamos, Lili, ¡Cuéntame sobre ella!

—Es preciosa —dijo la menor, sonriendo, pensando en el primer día que vio a Jennie—, tiene una sonrisa muy bonita y un muy hermoso lunar justo aquí —dijo, señalando debajo de su ceja—. Es una idiota y juega mucho con mi corazón, pero yo daría todo por ella.

Scars - JenlisaWhere stories live. Discover now