𝐍𝐞𝐰 𝐖𝐨𝐫𝐥𝐝 | ᵀʰᵉ ʷᵃˡᵏⁱⁿᵍ ᴰᵉᵃᵈ

Capítulo 2

Oh madre, si estuvieras aquí, no me reconocerías.

Me he convertido en lo que te prometí que no lo haría.

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꧁𝙽𝚎𝚠 𝚆𝚘𝚛𝚕𝚍꧂

2

Las lágrimas nunca faltaban y nunca en un mundo como este, lleno de dolor, tristeza, miedo, de todo menos paz y felicidad.

Si antes el mundo era peligroso, esto es mil veces más que eso.

Mis extremidades tiemblan a más no poder y el pánico no me deja reaccionar. Todo está pasando al frente mío, es como una película, pero lastimosamente es la realidad.

Lo que hace una hora atrás era un barrio tranquilo y normal, donde todos los vecinos se saludaban al toparse en la calle, ahora es todo un caos, unos atacaban a las personas y las matan y otras escapaban de los asesinos, de los monstruos. Zombies.

Sangre, cadáveres, gritos, violencia está por todos lados, no había lugar en donde uno podía estar en paz y seguro.

Siento mucho miedo, demasiado, tanto, que casi no puedo respirar, siento que me moriré por el pánico.

Uno de ellos giró su cabeza a mi dirección y me ve con esos ojos vacíos, sin vida. Empieza a caminar hacia mí, cada paso que da es otra lágrima que cae de mis ojos. No sé qué hacer, no puedo moverme, no puedo hacer nada.

El zombie se acerca a paso lento, dándole más suspenso a la situación y eso me pone los pelos de punta.

Ahora solo me quedaba esperar mi muerte.

Cerré los ojos y de un momento a otro siento que me jalan fuerte del brazo...

¡¡NO!!

-¡NO! -me levanté agitada de la cama, sacudí mi cabeza, tratando de sacar ese recuerdo de mi mente, pero no lo logro, obviamente- Carajo. -miro hacia mi lado y al ver a Grace durmiendo como un tronco me relajé.

Hace mucho que no dormíamos en una cama cómoda.

Me levanto de la cama y camino hacia el baño y abro la llave del lava manos, mojo mi rostro con el agua que salía, helada. Siento como si hubiera rejuvenecido, genial.

Miro mi rostro por el espejo que está al frente de mí y observo mis facciones. Cuando creí que estaba mejor, eso vino de nuevo.

"Escapemos y formemos una vida juntos..."

Mis extremidades empiezan a temblar ligeramente, pero me controlo y al segundo pararon, como siempre.
Ya me tiene harta, cada vez que creía que iba a estar bien, siempre volvía a joderme la existencia. Pero no puede ganarme, esta vez no, así que mojo de nuevo mi rostro y salgo del baño, actuando como si nada hubiera pasado.

Tomo mi catana y la cuelgo en mi espalda, me pongo mis botines y adentro de cada uno guardo una navaja.
Me amarro el pelo, formando una cola y me acerco a la cama para darle un beso a mi hija en la frente, susurrándole un "te amo".