Capítulo 24 金钱万能

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Retiraron el velo que cubría mi cabeza después de sentarme en una silla de plástico. Estaba en una sala vacía y sin ventanas, donde la única iluminación procedía de la pantalla de un ordenador portátil que tenía en frente, sobre una mesa baja. Tardé en acostumbrarme al brillo, solo veía un halo blanquecino y desenfocado que me obligaba a entrecerrar los ojos.

—Disculpa, Verónica —dijo una voz a través de los altavoces del portátil.

—¿Quién eres?

—Es difícil de explicar.

Cuando me acostumbré a la luz, pude ver en la pantalla el rostro de una mujer adulta. Al principio pensé que se podía tratar de la Yegua, pero no era ella, solo se parecía físicamente.

—Debido a mis actividades —continuó—, tengo que delegar mi presencia y mis comunicados a gente que trabaja para mí. Este es el caso, la persona con la que estás hablando no es la misma que decide qué decir.

La mujer llevó la mano hasta su oreja y sacó un pequeño pinganillo que volvió a colocar en su lugar.

—Como un ventrílocuo del siglo veintiuno. Yo hablo, pero quien mueve los labios y emite el sonido es este otro cuerpo que ves. Lo hago por seguridad, no te preocupes. ¿Tienes la bala?

Todo apuntaba a que se trataba del Perro. Conocía el ritual de las balas y mi nombre. Me había encontrado en la zona en la que yo debía buscarle y, por el momento, no me había hecho daño alguno. Si utilizaba a otra persona para poner una cara y voz, esta podía recibir esa información a su vez de otros intermediarios.

—¿Qué bala? —pregunté para asegurarme.

—La de Gao Yu. ¿Cuánta gente crees que conoce esos detalles?

—A estas alturas puedo pensar que no son pocos.

La imagen en la pantalla cambió y la mujer que hablaba se sustituyó por un chico más joven, debía ser otro de los intermediarios.

—Cada día que pasa lo sabe más gente, es normal —dijo la nueva voz—. Hay que encontrar a tu padre lo antes posible.

—Entonces está bien.

—Está vivo, no sé en qué estado.

—¿Cómo lo sabes? —pregunté.

—Me hizo llegar un mensaje con el título de dos canciones, escrito de su puño y letra. La primera canción es el código con el que nos comunicamos entre los dos, por lo que deduje que la segunda canción estaba destinada a otra persona. Fue entonces cuando llegaron rumores de que su hija estaba reuniendo a las balas.

—¿Cómo se titula la segunda canción?

Encontrarme a mí mismo.

No cabía duda de que era quien decía ser, aunque la información era tan volátil en ese momento que todo se reducía a confiar al cien por cien, o no hacerlo en absoluto. También el Gallo había recibido un mensaje similar por parte de mi padre y me había vendido, según la Yegua.

—Si lo que dices es cierto, debes conocer a una de las balas.

—Long Ke.

Long Ke, el Dragón, era el último miembro de la lista, la última bala. La imagen volvió a cambiar, un niño con grandes auriculares se concentraba en escuchar a través de ellos.

—¿Dónde está?

—Detrás de tu pista desde el momento en que pisaste este país. Si hay alguien que puede rivalizar con tu padre, ese es Long Ke. Si eso ocurre, todo mi negocio desaparece, él se lo quedaría todo. Por eso no tienes nada que temer del resto de sus balas, solo de él. Aquí estamos para ganar dinero y la mejor garantía para hacerlo es Yang Fei.

BEIJING 888Where stories live. Discover now