Capítulo 31 - "Escapar"

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Ambas jóvenes hicieron planes para encontrarse inmediatamente luego de esos mensajes. Poché dejando de lado su trabajo, y Calle dejando atrás una vida. Sus planes eran los mismos pero sus ideas diferentes.

Poché estaba dando vueltas alrededor de su departamento mientras mordía sus perfectas uñas esperando el momento de que la bailarina llamara a su puerta, Ramón, confundido y a la vez feliz de ver a su dueña temprano de vuelta en casa, la seguía paso a paso, vuelta por vuelta. No sabía de qué forma exactamente iba a expresar sus pensamientos en palabras, o como Calle se iba a tomar la decisión... Aunque tampoco sabía si era la decisión correcta, estaba confundida. Ella no había pensado en la posibilidad de tomarse un tiempo para aclarar sus pensamientos, pero Camila era quien sabía respecto a eso después de todo, por eso decidió tomar en serio su consejo, pero por otra parte pensaba "Debe haber algún motivo por el cual los psicólogos no acostumbran a aconsejar a sus pacientes", y tal vez era porque sus consejos no eran confiables. Tal vez. Lo descubriría cuando lo pusiera en práctica.

Calle, por otra parte, no tuvo tiempo de pensar lo que hacía o de pensar lo que iba a decir cuando viera a Poché en unos minutos, solo tuvo el tiempo necesario más que para hacer una llamada y preparar su equipaje antes de que su padre volviera a casa del club. Del que por cierto, el hombre no había vuelto aún. La familia supuso que era por el estrés de haber perdido a una de sus mejores bailarinas a la fuerza, pero también agradecieron no tener que soportar con el ebrio trasero de Germán esa noche.

—¿Qué paso? —Preguntaron ambas jóvenes al mismo tiempo cuando Poché abrió la puerta del departamento. Calle se sorprendió al ver la mirada de preocupación en los ojos de la ojiverde, pero Poché se sorprendió aún más y su preocupación creció, no solo al ver todas las maletas que Calle traía consigo, sino que por los cortes y heridas que cubrían el hermoso rostro de la joven. Y por la gravedad, sabía que no eran los únicos.

—Creo que será mejor que entres y hablemos las cosas con calma. —Fue lo único que la joven empresaria dijo, y las únicas palabras que se intercambiaron durante los minutos en los que se ocuparon de entrar las maletas al departamento.

—No hay otra manera de decir esto que no sea directamente. —Dijo Calle mientras Poché cerraba la puerta luego de haber entrado el último objeto del equipaje.

—¿Tiene que ver con las maletas? —Preguntó la otra joven sin entender mucho la situación.

—En parte. —Confesó. —Me fui de mi casa. —Ahora todo comenzaba a tener sentido.

—El té hizo... Eso... ¿Verdad? —Dijo refiriéndose a las heridas de la chica, Calle asintió. —No había forma de que ocultaras eso diciendo que fue una caída.

Justo cuando Calle estaba a punto de responder, Ramón apareció corriendo emocionado, a estas alturas el cachorro ya reconocía la voz de la joven bailarina, y esta no era la excepción, por eso no pudo contener la emoción al no ser capaz de reconocer la preocupación que rondaba en el ambiente.

—Hola pequeño... —Calle se agachó para poder acariciar el pelaje del pequeño pug, y en ese momento Poché pudo notar el vendaje en la mano de la joven. Lo había estado ocultando desde que llamó a la puerta del departamento.

—¿Qué te paso en la mano? —Preguntó acercándose a la chica.

—Oh... —Calle se puso de pie para quedar frente a frente con ella, mientras miraba su mano y se regañaba así misma por no haberla escondido mejor. Sabía que Poché lo iba a descubrir eventualmente, pero prefería que fuera luego de que le confesara lo que tenía en mente. —A Papá se le fue la mano, un poco.

—¿Un poco? —Poché tomó delicadamente la mano herida de Calle para examinar la herida, aunque no iba a ser posible por todas las vendas que la cubrían.

Culpable Tentación [Caché]Where stories live. Discover now