Once: Los príncipes se comieron sus perdices mutuamente.

1.8K 266 62
                                    

No todo resultaba humorístico. Pero Mike era incapaz de cesar sus carcajadas. El ambiente era incómodo. Vic gritaba constantemente. Dirigía sus insultos, principalmente, hacia Tony. El sobornador. El culpable. Todos conocían la realidad. Sus tratos descendían su agresividad sobre Kellin porque, a pesar de haber descubierto su secreto, seguía enamorado. El amor necesitaba un tratamiento intensivo de desintoxicación. Una terapia de soledad, lágrima, helado y telenovelas románticas.

Entonces el ruido finalizó. Vic respiró hondo. Permaneció inmóvil leves instantes. Admiraba hipnotizado la figura del moreno. Su mirada se centraba en sus rodillas. Estaban ocultas tras la leve tela de unas medias blanquecinas. Era tierno. La timidez se expandía en el ambiente. Procedía de sus poros. Su expresión carecía de maldad. Estaba vacía. Sólo mostraba arrepentimiento. Vic lo notaba. Deseaba poder acercarse, acariciar su espalda y susurrar palabras tranquilizadoras. Inútiles consuelos.

—Pero, ahora en serio —habló Mike. Aclaró su garganta. Recibió una seca mirada procedente de Tony. Suplicaba silencio. No deseaba empeorar la situación—. No puedes tocar a la princesa. ¿Acaso no se nota? Somos pareja.

Los globos oculares de Vic amenazaron con escapar de sus órbitas. Tony soltó una exclamación interrogativa. La sorpresa inundó el lugar. Kellin sonrío. ¿Era real? ¿O una simple broma?

—No me tomes el pelo. Ya vale. Me habéis sacado noventa jodidos euros. ¿No os parece suficiente, bastardos? —el menor de los Fuentes volvió a reír.

—En serio, Mike. Yo no le veo la puta gracia —soltó Tony. Pero Mike no atendió sus palabras. Tampoco su mirada. Su expresión cedía una clara narración de sus sentimientos internos. Estaba angustiado. Tan arrepentido como Kellin.

Mike se dirigió hacia Kellin. Tomó la barbilla del moreno. Pidió sin educación un contacto visual. Sonrío extensamente antes de juntar sus labios.

No todas las historias tienen el final adecuado. Y mucho menos para Víctor Fuentes.

like a girl ☹ kellicOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz