Cuatro: Mike Fuentes, el indirecto.

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Se escuchó una voz femenina anunciando la cena. La madre de Mike era una gran cocinera. Mostraba sus dotes obtenidos en sus amplios años de experiencia. La agilidad, el exquisito sabor, la presentación, las porciones…Todo era envidiable.

Escuchó la puerta del cuarto de Vic abrirse. Era un adolescente hambriento la mayor parte del tiempo. Era un antónimo a Mike, quien permanecía más de ocho horas sin ingerir alimentos. Sobrevivía con refrescos y bebidas alcohólicas.

—Debo dejaros, muchachos. El deber me llama.

—No puedes llamar deber a irte a comer—comentó Kellin.

— ¿Cómo te atreves, infiel? —inquirió Tony. Estaba ofendido—. La madre del Dios Mike es la mejor cocinera de este mundo pagano.

—Nunca me has invitado a cenar —gruñó el moreno, produciendo leves carcajadas provenientes de Mike—. Me vengaré, Mikey.

—Oh, cariño, no te enfades. Te recompensaré en la cama.

La llamada finalizó. Desde su posición, Kellin realizó una sorprendente apertura en sus labios. La tonalidad rosada se posó sobre sus pómulos. Tony le admiró con rebeldía. Golpeo el brazo del moreno, produciendo que su atención se posara sobre él. — ¿Te sigue gustando Mike, verdad? —Kellin afirmó, avergonzado. Habían transcurrido trece meses, y su situación no variaba. Estaba enamorado de Mike.

Cuando Mike salió de su cuarto, admiró la figura de Vic acercándose. La penumbra era espesa, pero sus anchos hombros eran de sencillo reconocimiento. Iluminó a Mike con su teléfono móvil y sonrío. Hizo una leve seña con su mano, indicando su añorada presencia en la cena.

—Te he escuchado reír mucho, Mike —comentó su madre. La figura del menor se dirigió hacia ella. Posó un beso sobre el pómulo de la mujer antes de tomar asiento—. ¿Estabas hablando con Tony? —él afirmó con la cabeza. Sus ojos rodearon el plato frente a él. Una gran pizza se encontraba en el centro de la mesa circular. Era de queso. Una porción triple. La familia Fuentes no adquiría grasas—. Hace mucho que no le veo. Oh, ¿y qué tal con…? No recuerdo su nombre. ¿Kendall, quizás?

—Kellin —río—. Es Kellin.

—Lo siento. No ha venido a casa demasiado seguido. No es como Tony, ¿verdad? —Mike negó. Estiró su brazo y tomó un trozo de pizza. Vic le observaba desde su posición. Parecía interesado—. Deberías invitarle a cenar un día.

—En realidad, él me ha dicho que quería venir. Tony farda mucho de haber comido algunos de tus platos.

La mujer río. El rubor se expandió rápidamente por sus pómulos. Agitó sus pestañas con inocencia. Tomó uno de sus mechones oscuros, y lo enrolló en su dedo índice.

—Bueno, Vic, ¿cómo te va? —cuestionó Mike. Abandonó a su madre. Había conseguido un estado bloqueado en la mujer. Cuando Tony la halagaba, ella tomaba un extraño comportamiento.

Un leve encogimiento de hombros fue su respuesta. Vic mordió su trozo de pizza. Masticó durante ligeros instantes antes de tragar y mirar a su hermano menor.

—Nada nuevo. Estoy planeando estrategias para que los profesores me aprueben. Creo que les contare chistes malos hasta que accedan.

—Oh, hermano, deberías ofrecerles dinero.

Repentinamente, Vic quedó paralizado. Mike había lanzado una indirecta notoria, pero actuó a la perfección. Ingirió un nuevo mordisco de pizza. Parecía no conocer el plan. Vic soltó un suspiro preocupado antes de imitar el acto de su hermano.

La pizza solucionaba cualquier problema visible. 

like a girl ☹ kellicWhere stories live. Discover now