No hay vuelta atrás

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Calle abrió su puerta con una amplia sonrisa; la que al instante se convirtió en una mirada de extrañeza. La miré con una tímida sonrisa mientras en mi mano sostenía la última oportunidad que tenía. Apreté mi mano, sosteniendo con fuerza la nota que había escrito segundos antes."Hola" dije mirando a los ojos cafés  sin expresión; los mismo ojos que hace meses irradiaban felicidad al estar a mi lado. La mirada de Calle bajó hasta el piso, ella no pronunció ninguna palabra, mientras mis manos temblorosas intentaban sostener el papel. "Te necesito" susurré mientras pude sentir la mirada de ella en mí, ahora era yo la que bajaba la mirada. Un silencio inundó el lugar durando unos minutos; "aprendí a vivir sin ti" susurró Daniela, mientras su rostro reflejaba dolor. Mi corazón se partió en mil pedazos al escuchar su respuesta. Pero esto no era del todo convincente; por lo menos para mí, la persona más ingenua de todas. Debía preguntarle de una vez si me había olvidado. Necesito saber si ella aún siente lo que yo siento por ella o solo soy yo la que sigue empeñada a recuperar nuestra relación. "Sé que no me quieres aquí. Pero necesito saber una cosa, solo una cosa y dejaré tu vida para siempre" dije mientras los ojos cafés se acumulaban lagrimas.

"aún me amas?" le pregunté mientras sentía como mi corazón se aceleraba, al no escuchar una respuesta. Mi mente decía que la tomara entre mis brazos y la besara, pero la razón me hacía entender que este no era el momento de dejarse llevar y que debía esperar su respuesta. Los segundos pasaron como días delante de mis ojos. Si esto era una tortura, por favor mátenme de una vez, pensé mientras veía como los ojos vidriosos de Calle se iban formando más y más rojos.

"creo que me iré al trabajo hermosa" escuché como alguien hablaba dentro de la casa. Vi salir a un hombre de ojos cafés vestido con traje mientras su cabello rubio brillaba por el sol que había en ese minuto. "Gracias por la cena, estuvo deliciosa, vendré dentro de 2 horas para terminar lo que comenzamos" dijo el hombre mientras besaba los labios de Calle delante de mis ojos.

Era el fin.

Si alguna vez tuve una esperanza de volver a ser feliz con Dani. Esta se había terminado en el momento en que lo vi a los ojos. Ese maldito intruso se entrometía en mi vida y arruinaba todo por lo que alguna vez ansiaba seguir viviendo. "Buenos días señorita" dijo mientras se hacía espacio y pasaba por mi lado. Calle parecía no moverse. Al igual que yo. El dolor en mi corazón no se podía comprar con nada. El papel que tenía en mi mano estaba completamente arrugado, mientras mis manos formaron un puño. El mismo puño que ocupé para golpear una pared, después de salir corriendo de casa de Calle.

Vague por las calles horas y horas, mientras escuchaba una y otra vez la voz de Calle en mi mente. "aprendí a vivir sin ti", no tenía nada porqué vivir. Si seguía viva era por causa de Calle. Ella era la que me mantenía en pie; era ella la que me enseñaba a superarme cada día, era ella la que me daba fuerzas para soportar la vida de mierda que me había tocado vivir. Era ella la persona que me había llenado de vida este último tiempo.

Perderla a ella, era como perder la mitad de mi vida. Sin ella, era como si mi mente divagara por el espacio, mientras mi cuerpo seguía ahí, tirado en la avenida, sintiendo las miradas discriminadoras de las personas que pasaban. Desperté en la acera con un claro de luz que entraba por mis pupilas. A mi lado había una cantidad de dinero suficiente para tomar un café. Las personas que pasaron por mi lado, de seguro pensaron que era una vagabunda, por mi aspecto demacrado. Pero era mejor que pensaran eso, a que se enteraran de mi triste realidad.

Mis ojos ardían, al igual que mi estómago a causa del nerviosismo. La decisión estaba tomada. Hoy era el día y nada ni nadie me detendrán. Hoy será el día en que mis problemas se solucionarán. Hoy será el día en que deje de existir.

Una parte de mi quería irremediablemente estar cerca de ella, pero mi corazón decía exactamente lo contrario. Ella ya no me necesitaba, estaba haciendo exactamente lo que debía haber hecho aquel día, esto es lo que había planeado por años. Las terapias, los médicos, las pastillas, no sirvieron. Realmente Nada sirve en momentos como estos. La depresión consume a cualquier persona, ninguna está a salvo de ella. Esta no le importa el género, la edad o la condición de una persona; solo aparece para hacer tu vida más miserable de lo que ya es.

14 días de vida con Daniela Calle [Caché] Terminada.Where stories live. Discover now