7. Súbete a mi ranfla

21.6K 2.7K 4.4K
                                    

•Midoriya•

No lo quería admitir, pero estoy muy emocionado por salir con Bakugou.

¿¡Qué debía ponerme!?, Sería dependiendo del lugar al que fuéramos, pero, ¿¡A dónde iríamos!?

Me puse algo normal, según yo. Ahora sólo debía esperar a Bakugou, ¿O yo debería ir por él?

Mi teléfono vibró, era un mensaje de un número desconocido.

"Tons qué, morro. ¿Yastas?, Pa' pasar por ti". Decía. Supe inmediatamente de quién se trataba. Le respondí "Sí".

En menos de 2 minutos él ya estaba tocando mi puerta.

•Bakugou•

- Morro, este es el mamalón, ¿apoco no está bien perro?, Ven, súbete a mi ranfla que te voy a dar un roll - Le abrí la puerta y se metió, todavía se veía medio chiveado, pero no hay falla, al rato se lo quito.

- Eh... ¿A dónde vamos a ir? - Me preguntó cuando ya andábamos los dos adentro.

- Tu aguanta, que te voy a llevar a un lugar que está con madre -

Ya tenía todo preparado. No había dormido nada por planear que todo saliera bien.

Hoy era la fiesta del santo Malverde, así que de ahuevo iba a haber un chingo de puestos de comida en un parque, y si dios quiere, a lo mejor y hasta juegos hay.

Llegamos al parque y gracias a dios si había un putomadral de puestos y también juegos, nos la íbamos a pasar a toda riata.

- Ya llegamos, chiquito -

Me bajé primero del coche pa' abrirle la puerta y darle la mano. Ni me quería agarrar la mano, pero igual lo hizo, pinche morrillo desidioso.

Llegamos a un puesto de tacos a comer. Pensé que el morro se iba a hacer de la boca chiquita pero se chingó cuatro tacos, una quesadilla y una torta. Salió bien tragón, así como me gustan. Después anduvimos caminando un rato en el parque para bajar la comida.

Después lo llevé arrastrando a los juegos que había, yo me quería subir al dragón pa' adultos pero él quería el de morritos. Al final lo convencí de subirnos al grandote.

El pinche vato miedoso se anduvo agarrando de mi durante todo el juego, re bonito.

Nos pasamos al puesto de las canicas y le gané una tortuga a mi futuro jaino. Después fuimos a comprar unas nieves de garrafa y nos sentamos en una banca del parque.

- Tonses qué, Izuku, ¿te la estás pasando chido? -

- Muchísimo. Gracias por invitarme - Me enseñó otra de sus bellas sonrisas.

- No hay de qué, morro. ¿Qué te parece si nos conocemos más?, ¿Qué transita por tus venas? - Como que no me entendió a la primera, porque se me quedó viendo medio raro, pero ya después se rió y agarró la onda.

- Pues no hay nada muy interesante, tengo 20, casi 21. Estoy estudiando medicina. Me mudé para acá porque me quedaba más cerca la universidad, ¿Tú qué me cuentas? - Me volteó a ver con sus ojitos color nopal.

Nos seguimos conociendo un rato y nos hicimos un poco más cercanos, el morro era bien llevadito una vez ya entrando en confianza.

- Oye, la primera vez que me viste, ¿Neta pensaste que te iba a robar? -

- La verdad sí, y lo lamento mucho si te ofendí - Me miró con arrepentimiento y luego bajó su carita preciosa.

- No te agüites que no hay falla. La banda siempre que nos ven a mis homies y a mí, piensan que los vamos a asaltar o a navajear. Cuando la gente nos ve, gritan y dicen "aah auxilio, corran. Una bola de maleantes nos va asaltar", nos juzgan sin siquiera conocernos... -

El ambiente se puso bien incómodo a la verga. Gracias a Dios que empezó a sonar música en el parque, un rolón que a mí me gustaba un putero.

- Vente, nopalito, vamos a bailar este cumbion -

Me llevé al Izuku al kiosco que andaba en el centro del parque, pinche kioscote mamalón.

- No sé bailar -

- Sobres, yo te enseño -

Yo quiero bailar muchachos la guaracha sabrosona
Yo quiero bailar muchachos la guaracha sabrosona

Con una linda muchacha que sepa bailar guaracha
Con una linda muchacha que sepa bailar guaracha

Guarachera linda, guarachera hermosa
Oye las trompetas, yo se que lo goza

Traté de enseñarle a mover el esqueleto a mi chanekito, pero estaba más tieso que los bolillos de Soriana.

Ya se había hecho de noche, se nos fue volando el día.

Nos fuimos a la ranfla, le abrí la puerta y le di la mano pa' que se trepara. Se quedó jetón a la mitad del viaje. Se veía bien pinche hermoso.

Llegamos a los apartamentos y él aún seguía dormido, no hayaba ni cómo despertarlo. Le hablé muchas veces pero ni ni de pedo se despertó. Entonces me acerqué a su oreja.

- nopaLITOOOOOOOOO -

Casi se me cae de la nave por el susto. Pa' la otra le voy a gritar más quedito.

Lo acompañé hasta su casa, tampoco es como si quedara muy lejos de la mía, pues. Llegamos a su puerta y se me quedó viendo feo, de seguro se me emputó por el susto. Trató de sostener su miradita de "chingas a tu madre" pero no pudo, al final se terminó riendo el muy wey.

- Gracias por lo de hoy - Me dijo con sus cachetitos todos rojillos, ay dios mío, ¿Acaso se puede ser más lindo?

- Gracias a tí, morro, por darme la oportunidad. ¿Tonses jalas a repetirlo otro día? - Sólo asintió y se puso aún más rojo

- Ja...Jalo - Se nota que este morro no es de barrio, pero igual todo le sale re bonito.

- Paro pues, fresita, ahí nos vamos viendo - Ya me andaba llendo cuando él me tomó de la mano y me plantó un beso en el cachete.

Él azotó la puerta y yo me quedé como pendejo afuera, aún pensando en lo que acababa de pasar.

















Órale, ¿qué hay?

En este capítulo metí unas cuantas referencias ajajja, específicamente 2, al que las adivine, le hago un edit culero.

Ustedes sí wachan el dragoncito y el juego de las canicas?, están perros. A mi cuando era morra me mamaba el de las canicas.

Hasta arriba les dejé una foto del Bakugou con su mamalón.

Esta es la rola que bailaron los weyes estos:

Y ya nomás de adrede, ahí les va otra rola que me gusta mucho


Ora sí, buenas noches.

El niño fresa no quiere con BakugouWhere stories live. Discover now