La Respuesta

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Me la he pasado en mi habitación casi todo el día. Theo ha estado entrenando más de lo normal, imagino que participar en torneos nacionales ha de ser más complicado de lo que imaginé, está mucho más fuerte, y se ve increíble. Es una lástima que no tenga visión a las canchas desde mi ventana, pero al mismo tiempo el no verlo me ayuda a analizar mejor mis decisiones... lo que haré a partir de ahora.

Aún faltan cerca de cuatro meses para que la escuela acabe. Esta es mi última semana en Cooperhill y luego empezaré mi nueva pasantía en Industrias Schlesinger. Aún no me he ido y ya siento que el tiempo se me escapa de las manos. Anoche lo conversé con mis padres, ambos están de acuerdo con el plan de Charles, pero mamá está algo asustada de participar en las investigaciones... y es que me cuesta creer que detrás de un imperio como lo es Industrias Schlesinger, existan tantas amenazas.

Papá me comentó sobre los tres casos que están abiertos sobre posibles ataques, tanto monetarios como tecnológicos. La competencia en ocasiones no es tan limpia como uno esperaría... eso me hizo entender el miedo de Charles, por supuesto estaré tratando con personas peligrosas, estaré involucrada en casos muy serios y aunque papá diga que es la mejor manera de aprender, me parece una locura... pero entiendo el punto, ahora lo entiendo, y odiaría que algo le sucediera a Theo.

Estoy observando por la ventana cuando escucho la puerta de mi habitación abrirse y luego cerrarse, no me molesto en voltear, no tengo mucho humor para hablar con mis padres.

— ¿Qué observas? —susurran en mi oído y segundos después siento como soy envuelta en un abrazo desde mi espalda.

— ¿No estabas en entrenamiento? —digo aún sin voltearme, no puedo mirarlo a los ojos y decirle que aceptaré ir a Boston, al programa de la CIA y el trabajo que su padre me ha ofrecido, todo a cambio de él... no puedo...

— Lo estaba, acabo de terminar. Louise me dijo que no has querido salir de este lugar en todo el día. ¿Qué ocurre? —inquiere aún en susurros haciendo que mi espina dorsal se estremezca.

— Solo no he tenido muchas ganas de nada, ¿no te ha sucedido? Estar cansado, y solo eso.

— Por supuesto, mi ritmo es agotador, pero suelo manejarlo. ¿Segura que solo es eso?

No, por supuesto que no.

—Si, solo es eso. No te preocupes —digo, finalmente dándome por vencida y girándome para observarlo, aunque sea una última vez.

Aún lleva su ropa deportiva, se ve algo acalorado y se ve que ha estado sudando bastante. No mentía cuando me dijo que trabajaría mucho más en sus brazos, se puede notar el progreso.

No puedo hacer esto...

—Theo, ¿estás seguro de tu futuro? —pregunto de pronto, y él parece con comprender mi pregunta al principio, pero luego suspira y me mira algo inquieto.

—Se que tendré que estar al frente de la compañía en algun momento. Iré a Harvard o a MIT igual que mis padres, y estudiaré economia, ¿por qué lo preguntas?

— ¿Eso es lo que realmente quiere? ¿Es con lo que sueñas? —él lo piensa, y a juzgar por su mirada, se que la respuesta verdadera es no —Se que tu pasion es el arte, lo veo ne tus ojos cuando estás en el estudio y te consumes en tus lienzos... se que odias la ideas de estar a cargo de la compañía, y también se que no tienes ninguna intencion de estudiar economía, te aburren las matemáticas —digo sonriendo levemente porque lo conozco demasiado bien —. Si alguien te ofreciese estudiar arte en la mejor escuela del mundo, y un trabajo ideal a cambio de dejar algo que amas en verdad... ¿lo aceptarias?

— ¿Una carrera perfecta a cambio de algo que ame? —pregunta y yo asiento de imediato —Bueno... suena genial, pero si para lograrlo tengo que abandonar algo que amo... deja de ser tan genial.

— ¿Por qué?

—Bueno, para empezar necesitaria entender que tendria que dar a cambio, por ejemplo si hablamos del tenis, es algo que amo y si tuviese que dejarlo a cambio de un futuro idea, lo haría, porque aunque lo amo puedo vivir sin él... pero si me pidiesen dejar a mi familia, o a ti... no lo aceptaría.

» Nada puede ser tan genial si a cambio debo dejarte a ti.

Demonios, ¡cállate!

Siento un nudo enorme en mi garganta, y como la presión comineza a subirme... ¿qué se supone que debo de hacer? 

Sophie, Schlesinger ExtrasDär berättelser lever. Upptäck nu