7.

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El alfa colgó el teléfono por tercera vez y lo dejó sobre la mesa, podía sentir la mirada de Rossi y sabía lo que significa, había llegado el momento de dar el siguiente paso, han estado trabajando juntos en secreto por meses, reuniendo todo lo que pudieran encontrar en contra de Erin Strauss, desafortunadamente no es demasiado, afortunadamente parece ser suficiente, y ahora hay más testigos que solo ellos dos de que la jefa de sección ha demostrado no solo una conducta objetable, sino también para cuestionar su capacidad en funciones como jefa de sección que es... Podría perder no solo su puesto sino también su empleo, y es en ese punto en el que Aaron había dudado, no quería ser él, sentirse culpable por hacer que una agente del buró pierda su credibilidad y la confianza de la honorable institución, pero también va a defender su trabajo y a su familia, así como está consciente de que, en especial ahora, sería irresponsable quedarse callado con los superiores.

No hizo más que darle a Rossi un sutil asentamiento, seguro se verían en la oficina apenas aterricen de regreso.

El resto del equipo mantenía conversaciones sobre los temas más casuales dejando intencionalmente a un lado los horrores que han visto en ese pueblo. El rico aroma de la comida caliente distrajo a la mayoría cuando la joven mesera se acercó con los platos y empezó a repartirlos, lo mejor de comer en un café de paso en un pueblo es que la comida sabe exactamente igual que los alimentos caseros, y hay una gran diferencia con la comida de los restaurantes en DC o en el resto de las grandes ciudades que han visitado en el país.

Ya nadie del equipo dio atención a Reid cuando vertió limón en su taza de café, nadie excepto por supuesto su alfa, que alcanzó a poner su mano en el borde de la taza antes de que el chiquillo bebiera de ella, ganándose una mirada de reproche.

—Dos

—Pero Hotch...

—El límite es dos ¿Cuántas van hoy?

El omega suspiró.

—Llevas cuatro, sabes que no debes tomar cafeína, mañana no habrá café.

—Pero...

—No es discusión, y menos para café romano— tomó la taza, quitándola suavemente de las manos de su omega y la puso junto a su propio plato, claro que no piensa tomarlo pero puso su propia bebida en la mano de su pareja —Esto les gustará a los dos.

El genio arrugó ligeramente la nariz al ver el vaso lleno de malteada de vainilla, le gusta pero no más que el café —¿Cuándo ordenaste eso?

—Mientras hablabas sobre los chícharos enlatados.

Reid se quedó unos momentos mirando la bebida que fue ordenada específicamente para él al parecer, ya que su alfa nunca toma esas cosas por voluntad propia, admira su valor, ya imagina la mirada de cualquiera que se haya dado cuenta, incluso Rossi pudiera haberse burlado.

...

Strauss se encontraba en su oficina llenando reportes cuando Aaron apareció.

—Es algo temprano para discutir ¿No lo cree, agente Hotchner?

—La estuvimos esperando en la comisaría

—No era necesario que lo hiciera

—Dos de mis agentes regresaron diciéndome que no tenían idea dónde podría estar

—Bueno, no tengo que dar explicaciones, ni a usted ni a sus agentes, por eso soy su oficial superior...

Ahora que lo sabía, cada detalle parecía una elaborada pantomima, en parte estaba asombrado por la gran capacidad de aprendizaje y consecuentemente, de imitación que tiene esta persona para haberlo engañado (y al buró) acerca de su subgénero. Respiró y asintió, contando hasta diez mentalmente.

La manada de papá loboWhere stories live. Discover now