"Abuemag."

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Matthew.

Han pasado dos años desde que el abuelo de Matthew murió.
Desde ese día cada año, el susodicho visita sin falta a su abuela para ir juntos al cementerio y dejar flores en la polvorosa tumba.
Para Matthew era realmente triste llegar y tener que ver como la tumba de su abuelo se llenaba cada vez más de polvo y flores secas sin color, así que antes de visitar a su abuela decidió ir a limpiar rápidamente, para así hacer que su abuela sonría aunque fuese un poco.
Al llegar, Matthew se sorprendió ya que encontró la tumba desempolvada, con rastros de agua sobre el frío concreto, y con un hermoso ramo de flores sobre la cabecera de la tumba...

Mientras tanto la abuemag, se encontraba desorientada ya que comenzaba a olvidar mayor parte de sus recuerdos, por la mañana salió a comprar orquídeas y calas, las favoritas de su esposo, pero como era de esperarse olvido por completo como llegar a su casa, afortunadamente alguien muy amable la encontró y decidió ayudarla a regresar.

[***]

El susodicho tocó la puerta de la casa, pero nadie le respondía, pensó que tal vez su abuela estaría en el jardín trasero, así que se dirigió ahí pero tampoco estaba, afortunadamente sabía dónde su abuela dejaba la llave así que decidió abrir la puerta delantera, pero al introducir dicha llave, se percató de que esta ya estaba abierta, entró e inspeccionó el lugar, pero, su abuela no estaba.

Rápido Matthew salió corriendo dispuesto a buscarla por las calles, pero se detuvo al ver entrar a su abuela por la puerta de la casa.

-. Matthi, cariño, ¿cómo entraste?

-. La puerta estaba abierta, así fue como entré, – contestó serio Matthew – ¿dónde estabas, y porqué dejaste abierto?

-. Quizas olvide cerrar al salir, fui a la florería, pero me perdí en el parque querido, no lograba recordar como llegar a casa, afortunadamente me topé con un chico muy amable que me ayudó a venir aquí.

-. Abuemag, aunque la gente sea amable debes tener cuidado con los desconocidos.

-. Él dijo que no era un desconocido. – contó la abuela mientras caminaba al sofá – Quizás no lo recuerdo por mi enfermedad, pero el asegura se conocen, dice ser hijo de Martín y Renata.

Matthew suspiro, tenía una corazonada de quien podía ser ese chico tan "amable" que ayudó a su abuela.

"El anónimo" Olivo.

Supongo que apesar de todo lo
ocurrido no le has perdido afecto a mi abuela, espero así siga, gracias por traerla a casa.

No hay necesidad de agradecer.
Hice lo que cualquier persona
amable haría.

Pero si tu no eres amable.

Contigo no, con los demás si.
Agradece que no te veré en la
ceremonia por el segundo año de
muerte de tu abuelo. Tengo cosas por
hacer, mis flores anuales ya están ahí.
Y limpie un poco se que a Mag le
entristece ver la tumba gris.

Gracias...

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Su corazonada acertó, ese chico era Olivo, dejando de lado el tema del anónimo él realmente estaba agradecido de que una parte del que solía ser su amigo siguiera ahí intacta.

-. Ya que estás aquí, ¿qué opinas de un café y galletas antes de irnos?.

-. Me encantaría, abuemag.

Matthew y su abuela se dirigieron a la cocina, en donde comenzaron a preparar todo lo necesario para el café, durante todo ese tiempo todo transcurrió con normalidad, los susodichos no paraban de reír al recordar los viejos tiempos, las travesuras, los juegos, los regaños, etc.
Todo era paz y tranquilidad gracias a esos recuerdos, recuerdos que lamentablemente en algún momento del tiempo abuemag comenzará a olvidar...

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"Ding, dong, ding, dong...🎶🔔

Las campanadas que indican el comienzo de la ceremonia fúnebre comenzaron a resonar al rededor del lugar.
Era un salón pequeño y sencillo dentro de una capilla, las personas comenzaron a acercarse y conforme avanzaban el sonido de la campana resultaba ser algo ensordecedor...

-. Bienvenidos, a este su humilde hogar, hoy estamos aquí para conmemorar el segundo año de descanso eterno, de nuestro querido amigo, el señor Matías Andrade.

El sacerdote, dio inicio a la ceremonia pidiendo como siempre un minuto de silencio en señal de respeto al difunto.

Todo transcurría tranquilo, Matthew observaba todo, e incluso repetía cosas que el sacerdote decía, pues para el las ceremonias eran algo innecesarias, ya que cada año era lo mismo, es de esas personas que no necesitan de ceremonias o fechas importantes para recordar a un difunto.

Es decir ya habían pasado dos años, pero él jamás necesito de un día específico como el de hoy para recordar a su abuelo, aunque cada año en la misma fecha lleve flores a la tumba, eso solo lo hace para poder acompañar a su abuela, el resto de los días trata de hacer lo posible por visitar a su abuelo en su pequeño lugar de descanso eterno.

-. Gracias a todos por asistir a la ceremonia de mi querido Mati, aún es duro para mi asimilar que el amor de mi vida ya no está conmigo.

Matthew observaba las lágrimas bajar por el rostro de su querida abuela mientras agradecía a los presentes, era muy conmovedor escucharla decir que el abuelo no dejaba de ser su gran amor incluso después de la muerte...

Apesar de las palabras y abrazos cálidos que la gente brindaba, Abuemag y su familia no pudieron evitar sentirse tristes, pues aunque todos sabían que hoy recordaba con gran alegría y amor a su querido esposo, algún día ella dejaría de recordar quién fue ese gran hombre que cambió su vida.

-. Vamos, visitemos a tu abuelo.

Pidió Abuemag, mientras sostenía la mano de su nieto para dirigirse al cementerio ubicado al costado de la pequeña capilla, Matthew no protesto y después de mirar los ojos vidriosos de su abuela solo asintió y comenzaron juntos a caminar.

-. ¡Matthi!, pero mira que limpia y llena de flores de colores esta la tumba de tu abuelo.

Abuemag sonreía al presenciar que aquella fría, polvosa y grisácea tumba, ahora estaba limpia y llena de lindas flores.
Mientras observaba no pudo evitar que sus ojos comenzarán a gotear, ella deposito las flores que había comprado en un pequeño jarrón, y las coloco justo a un lado de una fotografía de su esposo que había en la tumba.

-. A tu abuelo le gustaban mucho las flores, es por eso que nuestro jardín está lleno.

-. Lo sé, es por eso que dedicas mucho tiempo al cuidado del jardín, ¿no es así?.

-. Es como sentirlo vivo. – contestó abuemag limpiándose las lágrimas.

Matthew suspiro y abrazo a su abuela, la dejo llorar en su pecho y aunque él también quisiera hacerlo se contuvo, y siguió diciéndole hermosas palabras de consuelo junto a sus recuerdos favoritos con aquella persona, a la cual ella no dejariá de llamar "el amor de su vida".

Él Anónimo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora