"El partido. Parte#2"

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Después de que Melisa fuera por mi, nos sentamos en nuestros asientos para seguir observando lo poco que quedaba de partido antes del medio tiempo.

-. ¡Este va para tí, porque eres la mejor!. – grita Logan señalando a Mel, después de hacer su segunda anotación.

-. ¿No es Logan Malloy un sueño? – suspira una chica a mi lado.

-. Él es tan guapo. – dice la chica que la acompañaba.

-. Lastima que no está soltero. – vuelve a decir la primera chica.

-. Tienes razón,  aunque el hecho de que tenga una novia no me impide seducirlo y/o emborracharlo y poder llevarlo a la cama. – la segunda chica sonrió.

-. Dejen de hablar sobre mi novio, ¿o acaso quieren que puñe y tazo, – dice mientras levanta sus puños – visiten sus lindos rostros?. – interrumpe mi mejor amiga con furia a las chicas.

Las chicas miraron mal a Melisa y comenzaron a reír,  genial conociendo a mi mejor amiga, una pelea de insultos, gritos, garras, etcétera, se aproxima.

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-. ¿Te duele? – pregunta Logan mientras toca el rasguño en la mejilla izquierda de Melisa.

Mi amiga asiente con una mueca de dolor seguido de un "Auch".
Resulta que tras haberse reído de la susodicha, el trío de chicas comenzó una pelea de insultos que rápidamente se transformó en garras y jalones de cabello, afortunadamente logré que pelearán fuera de los asientos.
Cuando el medio tiempo fue anunciado, en menos de lo que canta un gallo, Logan llegó para encontrar a su hermosa novia llena de rasguños y con el cabello desordenado,  así que al ver la mejilla de la susodicha sangrar al igual que parte de su labio, rápidamente corrió por un botiquín y regresó para curar a Melisa.

-. No parece que le haya dolido al momento de pelear. – canturreo Matthew divertido ganandose una mala mirada de la parejita.

-. Matthew, – me queje y le di un codazo en el brazo – no digas esas cosas.

Matthew me observó divertido yme abrazo por los hombros, mientras todos reímos.
Mi teléfono volvió a sonar anunciando un mensaje, y automáticamente al leerlo comencé a temblar y mi risa finalizó.

Desconocido:
"Debo admitir, que ustedes dos se ven bien juntos.
Aunque sería una lastima si algo o alguién le hiciera daño a Matthew, ¿no crees?. 😊👀
Solo tómalo como aviso, si no quieres que algo le pase manténgase alejados. 😉"

-. Debo irme a casa, lo siento. – Digo y salgo corriendo dejando a las tres personas atrás.

-. ¡Hella espera!, – grita Matthew, pero no me detengo.

Salgo del lugar, camino por el estacionamiento y me detengo frente a mi auto rojo, buscó las llaves en mi bolso,  las encuentro enseguida y justo cuando estoy por abrir la puerta las llaves me son arrebatadas de la mano.
Giro sorprendida y observo a Matthew jugar con mis llaves entre sus dedos.

-. Por favor, dame mis llaves. 

-. Te las doy, pero a cambio quédate a ver el partido, por favor. – pidió amablemente mientras tomaba mis manos.

-. No puedo. – dije cabizbaja y en un veloz movimiento arrebate las llaves de su mano.

Abri el auto y subí, cerré todas las puertas y me asegure de que las ventanas estuvieran de igual manera. Encendi el auto, pero antes de poder marcharme Matthew golpeo la ventana, mientras me miraba confundido y preocupado.
Suspire derrotada y bajé del auto.
Lo observé en silencio, sentía que en cualquier momento estallaría en llanto y volvería a subir en mi auto para largarme de aquí, pero tenía miedo.
Miedo de que ese bueno para nada de "anónimo" estuviera por ahí esperando precisamente que yo haga eso, que huya de aquí para poder encontrarme sola y hacer quien sabe que conmigo.

-. ¿Ahora tu eres la que me quiere evitar? – suelta de la nada.

-. ¿Porque me evitaste esta semana? – pregunté devuelta.

No dijo nada guardo silencio como si tuviera un debate interno el cual consistía en si debía o no decirme la verdad.
Suspiro, apretó sus labios y dejó caer su frente en mi hombro,  dicha acción de su parte me tomó por sorpresa, lo único que pude hacer fue quedarme quieta en mi lugar y esperar hasta que se decidiera a hablar,  o lo que sea que pasará primero.

-. No puedo estar contigo. – rompí el silencio que nos rodeaba, ya que él no tenía intenciones de hacerlo – No es bueno, para ninguno de los dos, especialmente para tí, debes alejarte de mí, yo..., yo no soy buena...

-. No digas esas estupideces... – soltó de la nada haciendo que guardará silencio – si alguien no es buena influencia aquí, soy yo, no tú.

Quería decirle y se callara, gritarle que el se equivocaba,  pero no podía, ya había roto en llanto, y no cualquier llanto.
Era ese llanto incontrolable que aunque quieras no puedes parar,  ese que te quema hasta el alma, que te hace arder los ojos, y sentir miles y miles de punzadas en el corazón junto con nudos que te impedían cualquier posibilidad de hablar.

-. Yo tengo la culpa,  yo inicié todo esto. – fijo lamentándose.

-. No es tu culpa.

-. Si lo és, si nunca hubiera aceptado enviar esas tontas cartas, esto no estaría pasando. Yo... hice un trato con el autor de esas cartas.

-. ¿Qué clase de trato?

-. Uno del que me arrepiento. – suspiro y levantó su cabeza y me miro directo a los ojos – Yo entregaría esas cartas, con la condición de que la hermana del tipo se alejará de mí,  pero a cambio yo no debía hablar contigo...

-. Esa vez bajo los árboles...

-. Comenzó esta porquería de problema. Lo siento – se acercó para tomar mi mano pero me alejé.

-. Ahórrate tus disculpas.

Lo empuje suavemente y subí al auto.
Encendi el auto y lo miré a través de la ventana, la cual bajé un poco y dije:

-. Debiste pensar dos veces antes de correr para hablar conmigo. Lo mejor será no volvernos a ver,  ahora entra que tienes un partido pendiente. Adiós Matthew Brownsville.

Subí la ventana y salí del estacionamiento en dirección a mi casa.

Él Anónimo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora