-Jen, vamos cálmate. Creo que estás siendo algo dramática ¿No crees?-
-Chaeyoung, esa tipa está encima de ella ¡Le está coqueteando! Es una perra y Lisa no hace nada al respecto- Dice sumamente molesta.
Jennie y Lisa llevaban saliendo poco más de un año. Lisa es un año mayor que Jennie y estaba próxima a graduarse, cosa que hacía la situación mucho más difícil para la castaña, pues su novia era una sexy atleta capitana del equipo de básquet que estaba a punto de graduarse y por la cual la mitad de chicas y chicos se derretían y morían por llevarla a la cama. Lisa le había dejado en claro a su novia que aunque hubiera mil chicas mas bonitas que Jennie, ella jamás se daría cuenta por qué a sus ojos era la persona más hermosa que habitaba la tierra y que aunque la mismísima Kim Kardashian se quisiera acostar con ella ofreciéndole millones de dólares, no lo aceptaría por qué únicamente deseaba su cuerpo, pero para Jennie era difícil mantenerlo, pues desde la chica soñadora que se siente detrás de todos sin ser mirada, hasta la capitana de porristas estaban a sus pies y dispuestas a tenerla entre sus muslos si Lisa quería aquello.
La mejor amiga de Jennie, Chaeyoung era quien más trataba de controlar de sus ataques de celos a la castaña y era quien la hacía poner los pies en la tierra, pues había veces en que su amiga de mirada felina pasaba los límites con sus celos casi enfermizos cuando Lisa nisiquiera tenía la culpa, pues la rubia era popular, bonita y tenía que admitir que cargaba un buen cuerpo, pero desde el momento uno en que se convirtió en la novia de su mejor amiga se había vuelto una persona de carácter ejemplar en cuanto a la relación.
-¡Chaeyoung! ¡Le está poniendo los pechos en la cara!- Dice mientras azotaba sus pies contra el piso como si fuera una niña pequeña.
-Bueno, creo que está vez tienes razón. Esa chica estaría dispuesta a bajarse las bragas en este momento por estar con tu novia-
-Es una maldita zorra- Dice Rosé mientras su mejor amiga se levanta de la mesa en dónde estaba tomando el almuerzo.
-¿Jen? ¿A dónde vas?-
-Le voy a mostrar a esa perra que Lisa es mía y que jamás tendrá ojos para ella- Dice levantando un poco su falda dejando ver la buena proporción de sus muslos y abriendo un botín más de su camisa sin llegar a ser vulgar.
Jennie llegó a la mesa en dónde se encontraba su novia quien al percatarse de su presencia le mostró una hermosa sonrisa que se borró al momento de ver la expresión de la castaña. Sabía que estaba celosa y realmente tenía razón, pues hacía ya tiempo que Krystal se le había estado insinuando y ella no la había parado, peor tenía que admitirlo y realmente no valía la pena negar que le encantaba poner celosa a su novia.
Lisa estaba sentada con sus compañeros de equipo y algunas chicas que trataban de ser el centro de atención, pero su mirada estaba en su novia tratando de analizar cuál sería su próximo movimiento, pues por supuesto que había notado su falda más corta de lo usual y su jugoso escote.
Jennie pasó a la chica que estaba junto a Lisa casi empujándola y se puso frente a su novia en el reducido espació que había entre la silla y la mesa.
-¡Oye! Muévete, ya no cabes aquí- Dijo Krystal esta vez acaparando la atención de Lisa, quien la miraba con el ceño fruncido. Estuvo a punto de decir algo, pero Jennie le robó la palabra.
-¡Oh! Lo siento- Dijo con falso arrepentimiento -Me sentaré aquí entonces - Dijo sentandose sobre la mesa frente a Lisa abriendo ligeramente las piernas para que su novia pudiera tener el privilegio de ver cosas que los demás no podían. -Hola mi amor- Dijo Jennie poniendo sus manos alrededor del cuello de Lisa para después robarle un beso que había dejado sin aliento a la mayor.
