𝕄𝕚 𝕟𝕚𝕟̃𝕖𝕣𝕠 | 🅙🅘🅚🅞🅞🅚

Prólogo

— Mimi Hyung, ¿puedo comer una galletita?.

Él pequeño Sigma esperó que sus padres se fueran para pedirle a su niñero aquellas galletas que su madre siempre dejaba en un lugar donde él no podía llegar.

— No puede comer hasta que comas tú comida Koo.

Jimin siempre era paciente con los niños que él cuidaba, siempre dejaba que sus feromonas fueran tranquilas para que aquellos Omegas se mantuvieran quietos cuando se pusieran demandantes, cuando querían dulces o no se quedaban en sus lugares, pero aún así son fácil de cuidar, sólo debías darles ciertos mimos, dejar besitos en sus mofletes para que ellos fueran felices, además de los sumisos que son con los Alphas.

Los Betas eran un poco más accesibles, siempre están detrás de algún Alpha, complaciendoles en todo lo que ellos piden, obedeciendo con rapidez y más de uno se había vuelto él lacayo del Alpha Park.

Pero con Jeon Jungkook era un desafío enorme, quién iba pensar que un Sigma fuera tan complicado de cuidar y que capacidad tiene de contradecir una autoridad de alto rango como un Alpha. Con sus cuatro años le hacía difícil la vida a su niñero, siempre desafiante, manipulador y era peor cuando hacía sus berrinches, por que cambiaba a su forma híbrida para esconderse en lugares pequeños donde Jimin no podía llegar.

— Pero no me gusta lo que mi Omma preparó.

Él pequeño Sigma no es como cualquier niño de cuatro años, su inteligencia es casi de un niño de doce años que se da cuenta de lo que es bueno y malo, es consciente de que si hace alguna travesura tendrá castigos, si come algo ante del almuerzo también, pero le da igual, si él quiere algo antes se lo tienes que dar las si no te dará problemas.

— No y no Koo sabes las reglas, además sabes que si no me obedeces no tendrás los premios que tanto te gustan.

Los chantajes siempre animan al menor a continuar con sus berrinches, pero ya sabe más o menos Jimin como bajar la guardia de Koo y aunque él Sigma no lo confiese sabe que si le da mimos se queda tranquilo.

Pero no es facil que él ceda, si no es algo que le conviene.